miércoles, 13 de junio de 2007

80.- "Tu has guardado el vino bueno para el final"

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Mi Diario. Reunión del diez de noviembre de 2007. Sábado.
LA EXPERIENCIA PROPIA EN LA EVOLUCIÓN DEL AMOR.

Entrada al tema:

Carta De Mónica y Francisco Javier.

Dicen, queridos Carlos y Elena, que los vinos buenos mejoran con los años. El día de nuestro matrimonio, el Señor Jesús, en Nuestras Bodas de Caná, transformo el agua de nuestro amor humano, y sin dejar de serlo, en el vino de su amor divino.
Pero ha ido, como vino bueno, dejando que cada día se fuera haciendo solera y tomando paladar y cuerpo.
Y ayer repasando nuestro caminar por los senderos del amor y de nuestro amor, no hemos tenido más remedio, bueno, éstas no son las palabras, nos hemos sentido profundamente agradecidos a Dios, y hemos caído los dos de rodillas, a los pies de nuestra cama, que preside el Crucifijo y un icono de María, nuestra Madre, y darle gracias y gracias y gracias, por cómo había ido El haciendo crecer nuestro amor, y en su Amor.
Sí, Carlos y Elena, con humildad profunda, sabiendo que todo es don suyo, merced y dádiva suya, fruto de su muerte en Cruz, de su entrega total, “por mí”, como dice Pablo, y de su Resurrección en nosotros, debemos reconocer que nuestro vino se ha hecho añejo, solera del dos mil tres, diecisiete de enero, nuestra boda, pero cuerpo y paladar del año treinta, de las Bodas de Caná, y hoy es fuerte, recio, compenetrado, confiado, leal, fiel, exclusivo o único del uno para el otro, dado, entregado, sin exigencias, íntimo, deseoso, no sensiblero, meloso o blandengue, sensible, tierno, cariñoso, lleno de caricias y ternuras, sensual, anhelante, vehemente, apasionado, sexual, bienhechor, manso, expresivo, generoso, enamorado, sí, un amor profundamente enamorado, alegre, de buen humor, fundado en la verdad y la humildad, esperanzado y lleno de fe en la correspondencia del otro, realizado, total, feliz y benefactor, seguro, para siempre, sacrificado, cuando lo exige el amor, hemos sabido pasar sin titubeos las noches oscuras o las rachas malas, correspondido, sincero, comunicativo, confiado, compresivo, sencillo, acogedor, servicial, generoso, respetuoso, libre, no machista ni feminista, enamorado, amoroso, detallista, profundo, soñador, realista, benéfico, ilusionado, gozoso, pacifico, tranquilo, lleno de perdón del corazón y olvidos de los fallos de la pareja, humano, profundamente humano, y por tanto profundamente divino, fundado, fundamentado, anclado, varado en el Amor de Dios, vivo y vivificante, viviendo dentro del Amor de Dios, de Dios mismo, y por tanto indestructible, indisoluble y permanente, eterno. Nuestro amor está lleno de encuentros con el Señor, con Jesús, bajo los ojos misericordiosos de su Madre, María, nuestra Madre.
Sí, Carlos, hemos visto que hemos tenido que luchar, los dos, sacrificarnos, renunciar muchas veces a cosas y apetencias, matar nuestros egoísmos, individualismos y egolatrías, personalismos, materialismos y egocentrismos, dejar y salir de nuestro yo para poder entrar con plenitud en el tú, para formar unidad, el nosotros.
Pero, con toda sinceridad te hemos de confesar que nos ha valido la pena. Nuestras vidas se han llenado de plenitud. De plenitud humana, terrena, creada, y de plenitud divina. Somos inmensamente felices al sentirnos y sabernos “hijos de Dios”, como Cristo nos reveló. Es un Dios que es Padre, que tiene corazón de Padre y Madre, y que nos ama como Padre. Hemos visto, cómo con la ayuda de Dios, nuestro amor ha ido cambiando y creciendo como el árbol de mostaza, que de ser las semillas más pequeñas de todas se convierte en un árbol, fuerte, hermoso y lleno de frutos cuando se le cultiva con mimo y primor.
Con nuestro cariño, afecto y amistad sincero, Mónica y Francisco Javier.

Reunión de Grupo:
Conclusión:

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