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Este capítulo o blog está en "reconstrucción".
Sus entradas están ya en orden.
Faltan las correcciones y repaso a los temas.
Conforme se terminen en la "versión Word" de este libro se publicaran en el blog.
Disculpen las molestias como se dice en obras y carreteras. En muy breve estará en su edición definitiva.
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jueves, 24 de enero de 2008
01.- "Haz, Dios mío, que yo me conozca"
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COMO CRECER EN EL AMOR.
CULTIVAR EL AMOR.
Cultivar con “mimo” estos detalles:
I.- CONOCERNOS.
CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS.
Mi Diario. Reunión del once de febrero de 2006. Sábado.
Hemos empezado hoy la última parte del tema “El Amor”, Crecer en el amor, y para ello lo primero que debemos hacer es conocernos. Primero a nosotros mismos, luego a la pareja y a todas las demás personas que tratamos.
Conociéndonos podremos valorarnos, aceptarnos y amarnos. No hay que confundir el amor equilibrado y sensato a nuestra propia persona, que es una obligación y una virtud con el amor propio nacido del orgullo, de la envidia o de la arrogancia de supervalorarnos por encima de los demás, con el desprecio consiguiente al prójimo.
Pero como dice San Agustín sin el aunque muy limitado conocimiento de Dios, es difícil que nosotros, sus imágenes y semejanzas, nos podamos conocer realmente bien.
El, San Agustín, lo hace en forma de oración de petición. “Haz Dios mío que yo te conozca” para que “yo me conozca”.
Una mirada dentro de nosotros mismos, una introspección, un buen examen de conciencia, no de nuestras faltas y pecados, de nuestras debilidades y ofensas a Dios y al prójimo sino de nuestro carácter, nuestra forma de ser, nuestro talante ante la vida y los acontecimientos, nuestra idiosincrasia.
Bueno voy a copiar la carta de Carlos que son la base de nuestras reuniones en general y al final añadiré unas consideraciones sobre las aportaciones en la reunión de grupo.
Carta: A Jimena.
“Nóverim te, nóverim me”
Conocernos a nosotros mismos.
Querida Jimena:
Me dices que Pachín no te conoce pero que crees que tú tampoco te conoces a ti misma.
Te sorprendes muchas veces de ti y te sorprenden tus reacciones, que no son ni mucho menos las que tú te esperabas de tu forma de ser y de tu carácter. No son “tu persona”, tu personalidad. Reaccionas con tolerancia, yo te diría que con respeto a los demás, en cosas en que tú te crees muy tajante e inamovible, homosexualidad y lesbianismo, rupturas matrimoniales y separaciones, con nuevas parejas incluido, agnosticismos y descreimientos, falta de compromiso y de ser consecuentes con las convicciones o compromisos, como fe, trabajo, amigos, etc. Y que en otras que te creías abierta y que aceptabas desenfadada, te revuelves como una fiera corrupia y enfurecida, como mal trato femenino o masculino, explotación del más débil o del trabajador por cuenta de otro, abandono de los niños o de la educación de los hijos, egolatría de los poderosos, “raza superior” de las señoras sobre las sirvientas, todo eso siempre ha existido, decías, en tiempos atrás y no podemos cambiarlo.
Pero lo que me dices te tiene hecha un verdadero lío es tu mente al pensar, tus actos al obrar y tu corazón al amar.
Juzgas al pobre de Pachín con una severidad que casi te aterra a ti misma, no le pasas ni una, haces lo que te viene en gana cada momento sin pensar las consecuencias, y tu corazón a veces se desboca ante un hombre bien puesto, eso que llamáis “está muy bueno”, y tonteas y coqueteas, sin llegar a más, quizás no sabes ni por qué. Te detienes en el límite sin saber si te has detenido por miedo o por principios.
Ante un mismo hecho saltas de diferente manera y usas las mismas maneras para diferentes hechos. Eres imprevisible. Te enfadas con una amiga por una bobería, y te tragas el sapo de otra sin rechistar siquiera. ¿Por qué soy tan voluble?
Bueno ya te vas conociendo un poco: eres voluble.
Ahora te queda ir concretando en que eres voluble y porqué reaccionas así o asado.
“Nosce te ipsum” Conócete a ti mismo. El conocimiento de nosotros es tan importante que San Agustín se lo pedía a Dios, como un gran favor. Conócete a ti mismo, dice la Biblia.
Te lo pondré en latín que queda muy bien y muy culto. Quod si nosmetipsos dijudicaremus, non útique judicaremur. I Cor. XI, 31.
“Si nos juzgáramos a nosotros mismos ciertamente no seríamos juzgados.”
Pero para conocerte a fondo te hace falta además de muchísima humildad y deseos ardientes de enderezar lo que pueda estar algo torcido, alguna charla y diálogo con un juez tranquilo, sereno e imparcial, que te mire además con buenos ojos, para que no sea muy severo sino que te vea desde el cariño y la amistad, y que tampoco se lo trague todo porque sea un bonachón o te quiera excesivamente. Aunque si el amor es también la verdad la excesiva condescendencia es debilidad del que juzga e injusticia de desamor al juzgado. Es no querer bien. La persona ideal, siéntate, sí, siéntate para escucharlo, es Pachín, tu marido. Bene noscit te. Él te conoce bien.
Tiene todas las características que te he dicho: Te quiere, es bondadoso, es recto, no se deja llevar por un cariño sensiblero y relamido, desea por encima de todo tu bien, pues te quiere con locura, yo lo sé, y tu también lo sabes, ¿verdad?, y se le abrirá el corazón en amor y ternura hacia ti cuando se lo pidas. Le hará feliz poder ayudarte y te pedirá, estoy seguro, que sea recíproco, que tú le ayudes. Conocerse mejor el uno al otro para así poder amarlo mejor y poder dejarse amar con más fuerza por él.
Sí mi querida sobrina Jimena, bueno, sobrina nieta, ¿no?, es Pachín. Tu Pachín. El asturianísimo Francisco Reverte del Lieja.
Una tarde, cuando ya estéis solos y algo tiernos, quizás acurrucados en el sofá, le dices con esa voz tan deliciosa que tienes y que entra bien por los oídos.
¿No me dijo una vez Pachín que de lo primero que se había enamorado era de tu voz?
Bien, le dices: tengo que pedirte algo. Aquí le besas suavemente en la frente, si está su cabeza reposando en tu regazo. Mira, Pachín, me he dado cuenta que algunas veces te juzgo con severidad y me trago mis propios sapos. Pero lo que es peor, me hago un lío conmigo misma y ni me conozco ni me entiendo. ¿Comprendes? No se cómo soy y por más que hago por conocerme, cada vez me conozco peor. Necesito tu ayuda, hablar contigo de mi misma, que me orientes, me ausculte, entres por todos los resquicios de mi alma y de mi mente, de mi corazón, y me ayudes a ponerlos en orden. ¿Lo harás? ¿Me seguirás queriendo aunque lo que veas no sea muy bueno?
Creo que en ese momento él te besará con esos besos que no son de pasión sino de todo amor, ternura, y cariño derretido.
De ahí para adelante solo hay que buscar un hueco sereno en el tiempo agitado de tu vida, un tema que tu mismas puedes sugerir, y una paz y sencillez para aceptar del otro lo que nunca será reproche sino amor y como amor debe ser recibido.
¿Te parezco muy presumida? Bueno, ¿en qué? ¿Vestidos, peinados, adornos, pero si no me has comprado más que bisutería, bribón desde el anillo y la pulsera de pedida, movimientos, al andar, en posturas, “poses”, al hablar, al dirigirme a tus amigos o a los demás, al mirarme siempre a todo espejo que se me ponga por delante, al…, al…?
Y así podrás ir sacando temas o facetas de ti misma. Le irá entregando tu yo y tu persona entera en todas sus facetas, le harás participe para pedirle perdón en lo que se haya pasado de más y corregirlo en eso que tu llamas “tus coqueteos”, pondrás en orden una serie de valores que tienes desordenados, de menos a más y de más a menos, afianzarás tus principios y criterios, siendo tolerante o respetuosa con los dispares de otro, y dulcificarás y flexibilizarás tus opiniones y manera de pensar sobre temas que no sean convicciones.
He dicho tolerarás disparidades a tus criterios y principios pues estos son la base de nuestro aceptado pensar que creemos firmemente que estás asentados en la verdad y el bien. Desde ahí no hacemos guerra, pero tampoco dejación de nuestras posturas en esos temas.
Te pondré un caso: para ti el matrimonio debe ser indisoluble y fiel, pues está basado en el amor y el amor es permanente y fiel sino no es amor. Pero aceptarás que otro no lo vean y piensen en boda civil, parejas de hechos, o relaciones humanas, hombre-mujer, de parejas estables. Y hasta inestables.
No aceptarás la homosexualidad o el aborto, pero sin compartir el criterio tolerarás o respetarás que otros piensen así.
En las opiniones es distinto. La opinión es un juicio provisional en que los elementos de juicios que tienes no son completos y por tanto no puedes alcanzar un criterio cierto y verdadero, o la cosa es tan sin importancia en sí, que al ver las otras caras del prisma puedes cambiar de opinión y hasta nueva orden. Si tal película es buena o mala, si ese cuadro es bello o feo, si debió obrar así o asado. En todos estos casos interviene en tal alto grado nuestra subjetividad, nuestra educación, nuestra cultura, nuestro ambiente, nuestras circunstancias, incluso desde el tiempo o la edad en que lo juzgamos, que elevarlo a criterio sería una estupidez de la mente, y una altanería del ego casi bestial.
Bueno, Jimena, un abrazo fuerte a Pachin y para ti un besazo fuerte y cariñoso.
Espero que el camino se haga suave al andarlo los dos juntos. Espero que deis los pasos acompasados y que el conoceros mejor sea para amaros más. Espero que vayas aclarando tu mente, dirigiendo al bien tu voluntad y amando y amando a tope la vida, los hombres, nuestros hermanos, todos, la naturaleza y las cosas, la bella naturaleza, el maravilloso mundo que Dios nos ha dado, el hermano sol, la hermana luna, el hermano lobo, etc. Y sigue tú con San Francisco, el poverello, y sobre todo a tu Pachín querido del alma, desde el amor tan irresistible que le tenías de novio, hasta la cumbre del amor en el sacramento que os hizo alianza y espejo del amor de Dios.
Con todo mi cariño y el de Elena,
Carlos.
Preguntas:
1.- ¿Cómo es nuestra mente al pensar, nuestra voluntad en sus actos al obrar y nuestro corazón al amar a las demás personas?
2.- ¿Me juzgo con benevolencia y le echo las culpas de todas “mis deficiencias”, las cosas que salen mal, a los demás empezando por los más próximos, mi marido, hermanos, etc.?
A los hijos los dejo casi siempre fuera porque “nada que haya salido de mí puede ser imperfecto”
3.- ¿Tengo humildad suficiente para juzgarme rectamente, la humildad es la verdad, decía Santa Teresa, sin buscarme subterfugios para disculparme o falsas razones para comprenderme?
4.- ¿Busco en una persona equilibrada y que m quiera bien, pero sin que se ofusque, sus criterios y sus opiniones sobre como soy, ya sea mi propia pareja, un amigo común muy cercano, un Sacerdote o consejero espiritual?
5.- ¿Tengo bien claro cuales son mis principios, firmes e inamovibles y mis opiniones, fundadas en una visión circunstancial y parcial de las cosas y por tanto adecuada a la verdad conforme la vaya conociendo?
Reunión de Grupo:
Sobre lo que discutimos más, sí discutimos pues los ánimos se levantan y olvidamos que estamos para dialogar, aunque al final todas las aguas se remansan, es sobre la facilidad que tenemos todos de buscar, como los niños chicos, añadió Elena que ya es abuela y lo ve muy claro en sus nietos, “chivos expiatorios” sobre quien hacer recaer todas las culpas dejando nuestra persona incólume y perfecta.
¿Quién ha sido? Pregunta a sus nietos. Ha sido María, Elenita, Blanca, Pía, o Marioles.
(Todos menos yo, claro.) Dijo Santiago.
Casi todos hacíamos o habíamos hecho examen de conciencia. Pero todos en relación a nuestras relaciones con Dios y con el próximo, que es la prioridad de Dios.
Tomás dijo que a veces hace de opiniones y costumbres de ver las cosas así, ideas furibundas a defender furibundamente. Que todos debíamos hacer un examen de conciencia mental sobre nuestras ideas para reducir nuestras convicciones a las que realmente deben serlas, que no son muchas. Lo que hay que creer es el Credo y muy poquitas cositas más, decía un curita francés amigo mío.
Y sin embargo, añadió Francisco Javier, yo veo a casi todo el mundo renuncia a la defensa de sus convicciones, sobre todo las religiosas, cogidas con pinzas muchas veces a su cabeza, y hoy aún más las profundamente humanas, sobre la vida, el aborto, la eutanasia, el suicidio, el matrimonio diferente al de hombre-libre mujer-libre, etc.
La dejación en educación, autoridad, lucha contra el consumismo y su bombardeante propaganda, la felicidad y el placer como último y único fin de la vida, caiga quien caiga, exprimiendo los momentos como un limón, y usando a las personas como pañuelos de papel, que cuando están usados se tiran a la basura y se busca otros que nos vuelva a enaltecer en el placer.
El relativismo, añadió Clara, hoy tan combatido por Benedicto XVI, que hace a mi conciencia y mente última referencia del bien, prescindiendo de Dios y de la naturaleza maravillosa y equilibrada de su Creación.
Todos los del grupo pensamos que conocerse bien era muy difícil y que quién mejor nos podía ayudar era nuestra propia pareja y la oración humilde y callada, añadió Mónica.
Conclusión:
Dame Dios mío inteligencia y tu luz para conocer la verdad y el bien, humildad y sencillez para aceptarla y amarla , y valor, generosidad y fe para defenderla con respeto a los demás y sin apabullar o imponerme.
Por eso Carlos nos adelantó que nuestro próximo tema sería “el estudio cariñoso del otro” por medio de unas encuestas “muy indiscretas”
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COMO CRECER EN EL AMOR.
CULTIVAR EL AMOR.
Cultivar con “mimo” estos detalles:
I.- CONOCERNOS.
CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS.
Mi Diario. Reunión del once de febrero de 2006. Sábado.
Hemos empezado hoy la última parte del tema “El Amor”, Crecer en el amor, y para ello lo primero que debemos hacer es conocernos. Primero a nosotros mismos, luego a la pareja y a todas las demás personas que tratamos.
Conociéndonos podremos valorarnos, aceptarnos y amarnos. No hay que confundir el amor equilibrado y sensato a nuestra propia persona, que es una obligación y una virtud con el amor propio nacido del orgullo, de la envidia o de la arrogancia de supervalorarnos por encima de los demás, con el desprecio consiguiente al prójimo.
Pero como dice San Agustín sin el aunque muy limitado conocimiento de Dios, es difícil que nosotros, sus imágenes y semejanzas, nos podamos conocer realmente bien.
El, San Agustín, lo hace en forma de oración de petición. “Haz Dios mío que yo te conozca” para que “yo me conozca”.
Una mirada dentro de nosotros mismos, una introspección, un buen examen de conciencia, no de nuestras faltas y pecados, de nuestras debilidades y ofensas a Dios y al prójimo sino de nuestro carácter, nuestra forma de ser, nuestro talante ante la vida y los acontecimientos, nuestra idiosincrasia.
Bueno voy a copiar la carta de Carlos que son la base de nuestras reuniones en general y al final añadiré unas consideraciones sobre las aportaciones en la reunión de grupo.
Carta: A Jimena.
“Nóverim te, nóverim me”
Conocernos a nosotros mismos.
Querida Jimena:
Me dices que Pachín no te conoce pero que crees que tú tampoco te conoces a ti misma.
Te sorprendes muchas veces de ti y te sorprenden tus reacciones, que no son ni mucho menos las que tú te esperabas de tu forma de ser y de tu carácter. No son “tu persona”, tu personalidad. Reaccionas con tolerancia, yo te diría que con respeto a los demás, en cosas en que tú te crees muy tajante e inamovible, homosexualidad y lesbianismo, rupturas matrimoniales y separaciones, con nuevas parejas incluido, agnosticismos y descreimientos, falta de compromiso y de ser consecuentes con las convicciones o compromisos, como fe, trabajo, amigos, etc. Y que en otras que te creías abierta y que aceptabas desenfadada, te revuelves como una fiera corrupia y enfurecida, como mal trato femenino o masculino, explotación del más débil o del trabajador por cuenta de otro, abandono de los niños o de la educación de los hijos, egolatría de los poderosos, “raza superior” de las señoras sobre las sirvientas, todo eso siempre ha existido, decías, en tiempos atrás y no podemos cambiarlo.
Pero lo que me dices te tiene hecha un verdadero lío es tu mente al pensar, tus actos al obrar y tu corazón al amar.
Juzgas al pobre de Pachín con una severidad que casi te aterra a ti misma, no le pasas ni una, haces lo que te viene en gana cada momento sin pensar las consecuencias, y tu corazón a veces se desboca ante un hombre bien puesto, eso que llamáis “está muy bueno”, y tonteas y coqueteas, sin llegar a más, quizás no sabes ni por qué. Te detienes en el límite sin saber si te has detenido por miedo o por principios.
Ante un mismo hecho saltas de diferente manera y usas las mismas maneras para diferentes hechos. Eres imprevisible. Te enfadas con una amiga por una bobería, y te tragas el sapo de otra sin rechistar siquiera. ¿Por qué soy tan voluble?
Bueno ya te vas conociendo un poco: eres voluble.
Ahora te queda ir concretando en que eres voluble y porqué reaccionas así o asado.
“Nosce te ipsum” Conócete a ti mismo. El conocimiento de nosotros es tan importante que San Agustín se lo pedía a Dios, como un gran favor. Conócete a ti mismo, dice la Biblia.
Te lo pondré en latín que queda muy bien y muy culto. Quod si nosmetipsos dijudicaremus, non útique judicaremur. I Cor. XI, 31.
“Si nos juzgáramos a nosotros mismos ciertamente no seríamos juzgados.”
Pero para conocerte a fondo te hace falta además de muchísima humildad y deseos ardientes de enderezar lo que pueda estar algo torcido, alguna charla y diálogo con un juez tranquilo, sereno e imparcial, que te mire además con buenos ojos, para que no sea muy severo sino que te vea desde el cariño y la amistad, y que tampoco se lo trague todo porque sea un bonachón o te quiera excesivamente. Aunque si el amor es también la verdad la excesiva condescendencia es debilidad del que juzga e injusticia de desamor al juzgado. Es no querer bien. La persona ideal, siéntate, sí, siéntate para escucharlo, es Pachín, tu marido. Bene noscit te. Él te conoce bien.
Tiene todas las características que te he dicho: Te quiere, es bondadoso, es recto, no se deja llevar por un cariño sensiblero y relamido, desea por encima de todo tu bien, pues te quiere con locura, yo lo sé, y tu también lo sabes, ¿verdad?, y se le abrirá el corazón en amor y ternura hacia ti cuando se lo pidas. Le hará feliz poder ayudarte y te pedirá, estoy seguro, que sea recíproco, que tú le ayudes. Conocerse mejor el uno al otro para así poder amarlo mejor y poder dejarse amar con más fuerza por él.
Sí mi querida sobrina Jimena, bueno, sobrina nieta, ¿no?, es Pachín. Tu Pachín. El asturianísimo Francisco Reverte del Lieja.
Una tarde, cuando ya estéis solos y algo tiernos, quizás acurrucados en el sofá, le dices con esa voz tan deliciosa que tienes y que entra bien por los oídos.
¿No me dijo una vez Pachín que de lo primero que se había enamorado era de tu voz?
Bien, le dices: tengo que pedirte algo. Aquí le besas suavemente en la frente, si está su cabeza reposando en tu regazo. Mira, Pachín, me he dado cuenta que algunas veces te juzgo con severidad y me trago mis propios sapos. Pero lo que es peor, me hago un lío conmigo misma y ni me conozco ni me entiendo. ¿Comprendes? No se cómo soy y por más que hago por conocerme, cada vez me conozco peor. Necesito tu ayuda, hablar contigo de mi misma, que me orientes, me ausculte, entres por todos los resquicios de mi alma y de mi mente, de mi corazón, y me ayudes a ponerlos en orden. ¿Lo harás? ¿Me seguirás queriendo aunque lo que veas no sea muy bueno?
Creo que en ese momento él te besará con esos besos que no son de pasión sino de todo amor, ternura, y cariño derretido.
De ahí para adelante solo hay que buscar un hueco sereno en el tiempo agitado de tu vida, un tema que tu mismas puedes sugerir, y una paz y sencillez para aceptar del otro lo que nunca será reproche sino amor y como amor debe ser recibido.
¿Te parezco muy presumida? Bueno, ¿en qué? ¿Vestidos, peinados, adornos, pero si no me has comprado más que bisutería, bribón desde el anillo y la pulsera de pedida, movimientos, al andar, en posturas, “poses”, al hablar, al dirigirme a tus amigos o a los demás, al mirarme siempre a todo espejo que se me ponga por delante, al…, al…?
Y así podrás ir sacando temas o facetas de ti misma. Le irá entregando tu yo y tu persona entera en todas sus facetas, le harás participe para pedirle perdón en lo que se haya pasado de más y corregirlo en eso que tu llamas “tus coqueteos”, pondrás en orden una serie de valores que tienes desordenados, de menos a más y de más a menos, afianzarás tus principios y criterios, siendo tolerante o respetuosa con los dispares de otro, y dulcificarás y flexibilizarás tus opiniones y manera de pensar sobre temas que no sean convicciones.
He dicho tolerarás disparidades a tus criterios y principios pues estos son la base de nuestro aceptado pensar que creemos firmemente que estás asentados en la verdad y el bien. Desde ahí no hacemos guerra, pero tampoco dejación de nuestras posturas en esos temas.
Te pondré un caso: para ti el matrimonio debe ser indisoluble y fiel, pues está basado en el amor y el amor es permanente y fiel sino no es amor. Pero aceptarás que otro no lo vean y piensen en boda civil, parejas de hechos, o relaciones humanas, hombre-mujer, de parejas estables. Y hasta inestables.
No aceptarás la homosexualidad o el aborto, pero sin compartir el criterio tolerarás o respetarás que otros piensen así.
En las opiniones es distinto. La opinión es un juicio provisional en que los elementos de juicios que tienes no son completos y por tanto no puedes alcanzar un criterio cierto y verdadero, o la cosa es tan sin importancia en sí, que al ver las otras caras del prisma puedes cambiar de opinión y hasta nueva orden. Si tal película es buena o mala, si ese cuadro es bello o feo, si debió obrar así o asado. En todos estos casos interviene en tal alto grado nuestra subjetividad, nuestra educación, nuestra cultura, nuestro ambiente, nuestras circunstancias, incluso desde el tiempo o la edad en que lo juzgamos, que elevarlo a criterio sería una estupidez de la mente, y una altanería del ego casi bestial.
Bueno, Jimena, un abrazo fuerte a Pachin y para ti un besazo fuerte y cariñoso.
Espero que el camino se haga suave al andarlo los dos juntos. Espero que deis los pasos acompasados y que el conoceros mejor sea para amaros más. Espero que vayas aclarando tu mente, dirigiendo al bien tu voluntad y amando y amando a tope la vida, los hombres, nuestros hermanos, todos, la naturaleza y las cosas, la bella naturaleza, el maravilloso mundo que Dios nos ha dado, el hermano sol, la hermana luna, el hermano lobo, etc. Y sigue tú con San Francisco, el poverello, y sobre todo a tu Pachín querido del alma, desde el amor tan irresistible que le tenías de novio, hasta la cumbre del amor en el sacramento que os hizo alianza y espejo del amor de Dios.
Con todo mi cariño y el de Elena,
Carlos.
Preguntas:
1.- ¿Cómo es nuestra mente al pensar, nuestra voluntad en sus actos al obrar y nuestro corazón al amar a las demás personas?
2.- ¿Me juzgo con benevolencia y le echo las culpas de todas “mis deficiencias”, las cosas que salen mal, a los demás empezando por los más próximos, mi marido, hermanos, etc.?
A los hijos los dejo casi siempre fuera porque “nada que haya salido de mí puede ser imperfecto”
3.- ¿Tengo humildad suficiente para juzgarme rectamente, la humildad es la verdad, decía Santa Teresa, sin buscarme subterfugios para disculparme o falsas razones para comprenderme?
4.- ¿Busco en una persona equilibrada y que m quiera bien, pero sin que se ofusque, sus criterios y sus opiniones sobre como soy, ya sea mi propia pareja, un amigo común muy cercano, un Sacerdote o consejero espiritual?
5.- ¿Tengo bien claro cuales son mis principios, firmes e inamovibles y mis opiniones, fundadas en una visión circunstancial y parcial de las cosas y por tanto adecuada a la verdad conforme la vaya conociendo?
Reunión de Grupo:
Sobre lo que discutimos más, sí discutimos pues los ánimos se levantan y olvidamos que estamos para dialogar, aunque al final todas las aguas se remansan, es sobre la facilidad que tenemos todos de buscar, como los niños chicos, añadió Elena que ya es abuela y lo ve muy claro en sus nietos, “chivos expiatorios” sobre quien hacer recaer todas las culpas dejando nuestra persona incólume y perfecta.
¿Quién ha sido? Pregunta a sus nietos. Ha sido María, Elenita, Blanca, Pía, o Marioles.
(Todos menos yo, claro.) Dijo Santiago.
Casi todos hacíamos o habíamos hecho examen de conciencia. Pero todos en relación a nuestras relaciones con Dios y con el próximo, que es la prioridad de Dios.
Tomás dijo que a veces hace de opiniones y costumbres de ver las cosas así, ideas furibundas a defender furibundamente. Que todos debíamos hacer un examen de conciencia mental sobre nuestras ideas para reducir nuestras convicciones a las que realmente deben serlas, que no son muchas. Lo que hay que creer es el Credo y muy poquitas cositas más, decía un curita francés amigo mío.
Y sin embargo, añadió Francisco Javier, yo veo a casi todo el mundo renuncia a la defensa de sus convicciones, sobre todo las religiosas, cogidas con pinzas muchas veces a su cabeza, y hoy aún más las profundamente humanas, sobre la vida, el aborto, la eutanasia, el suicidio, el matrimonio diferente al de hombre-libre mujer-libre, etc.
La dejación en educación, autoridad, lucha contra el consumismo y su bombardeante propaganda, la felicidad y el placer como último y único fin de la vida, caiga quien caiga, exprimiendo los momentos como un limón, y usando a las personas como pañuelos de papel, que cuando están usados se tiran a la basura y se busca otros que nos vuelva a enaltecer en el placer.
El relativismo, añadió Clara, hoy tan combatido por Benedicto XVI, que hace a mi conciencia y mente última referencia del bien, prescindiendo de Dios y de la naturaleza maravillosa y equilibrada de su Creación.
Todos los del grupo pensamos que conocerse bien era muy difícil y que quién mejor nos podía ayudar era nuestra propia pareja y la oración humilde y callada, añadió Mónica.
Conclusión:
Dame Dios mío inteligencia y tu luz para conocer la verdad y el bien, humildad y sencillez para aceptarla y amarla , y valor, generosidad y fe para defenderla con respeto a los demás y sin apabullar o imponerme.
Por eso Carlos nos adelantó que nuestro próximo tema sería “el estudio cariñoso del otro” por medio de unas encuestas “muy indiscretas”
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02.- "Las encuestas indiscretas. El alma al desnudo"
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EL “ESTUDIO” CARIÑOSO DEL OTRO.
Mi Diario. Reunión del veinticinco de febrero de 2006. Sábado
La encuesta inquisidora sobre mi/tu amor.
Carlos nos ha dado una encuesta interminable sobre el amor.
Primero hay que hacerla cada uno por separado, solos. Sobre mi amor. Sobre su amor.
Luego, sentados los dos juntos y los dos solos, sin testigos, y con una acumulación preparatoria, casi empacho, de paciencia y humildad, para no saltar cuando el otro levante los faldones de nuestros egoísmos, con cariño, pero sin contemplaciones, examinaremos cada uno la encuesta del otro, para bien y para mal. Será una disección descarnizadora, un bisturí cortante, una espada de doble filo, el suyo y el mío. Pero vendrá empapada y embadurnada en el ungüento del cariño, la compresión y el amor mutuo.
Sed realistas, nos dijo. No os dejéis llevar por la benevolencia, la misericordia, la compasión o la falsa ilusión, creando príncipes azules. Recordar la reunión de “aceptar al otro tal cual es” en la que Mónica nos afirmaba que Francisco Javier ni “es príncipe ni mucho menos azul” y que a veces tiene “mucha guasa aguantarle, por mucho que yo le quiera”. “Y él a mí”, añadió humildemente, cuando Francisco Javier la miró con ojos de risita cariñosa.
José Carlos y yo la hemos ido haciendo cada uno en su casa y ayer domingo en nuestra ya habitual excursión la pusimos en común.
Debo decirte que algunas cosas que dijo me molestaron. Fue demasiado sincero y se dejo llevar por la honestidad más allá quizás que por la justicia. Me conoce hasta las fibras más íntimas de mi ser y el “muy canalla” se lo tenía bien callado. Me desnudó el alma.
Yo al final se lo agradecí con todo mi corazón porque a pesar de todas aquellas cosas que el llamó limitaciones y yo debilidades o caprichos, faltas de personalidad y equilibrio, me quiere sin límites. Son incluso falta de honradez ante Dios y ante los hombres (coram homine et coram Deo, dijo Don Matías cuando se acercó al grupo) y por tanto a veces pecaminosas o pecado, a cada cosa hay que llamarla por su nombre, aunque “pecado” sea una palabra en desuso de predicadores, cristianos y demás usuarios.
¿Pero como me puedes querer, si me ves así?
Y entonces empezó la retahíla de lo que él llama mi “manera de ser”, mi personalidad, “mi Ana,” y casi me pone colorada.
¿De verdad tú me ves tan así y crees que soy tan así?
Si contara lo que me dijo desde la punta del cabello hasta la punta de mis zapatos negros se pondrían coloradas.
Me sentí tan feliz que casi me olvidé de que yo debía también “destrozarle”, “despedazarle” y “destriparle”, no digo con fruición, pero sí con cierto sabor de revancha amorosa. Dejarle al desnudo el alma. Que él sepa completamente como yo le sé.
Bueno ¿y yo? Y volvimos a empezar. No le perdoné nada. Le desmenucé con alevosía y nocturnidad. Y volvieron las limitaciones, con las que acepto y quiero vivir, si son y porque son suyas, y las virtudes que deseo que se encarnen en nuestra pareja para compartirlas y vivirlas juntos ante Dios y ante los hermanos.
Creo que muchas parejas desnudan el cuerpo sin haber nunca desnudado el alma delante del amado. Y sólo el alma transparente a los ojos del otro, crea la unión perfecta.
Sí, otro día te las contaré, curiosón.
Hoy nos vamos a dormir felices de querernos y aceptarnos como somos. Y de desear mejorar con la ayuda del otro y el amor del otro, para que nuestra pareja sea reflejo del amor de Dios. “Nos hizo semejantes a Él” y nosotros queremos ser la Imagen que El Padre tiene de nosotros dos como pareja.
Gracias, José Carlos. Buenas noches, mi amor “casi perfecto”, mi príncipe azul destronado y bajado de la peana de mis ilusionadas ilusiones y de mi soñolientas elucubraciones o de mis ensoñaciones amorosas y puesto en el suelo de las realidades humanas. Fue barro lo que sopló el Espíritu de Dios. Gracias, Señor, porque José Carlos ni es perfecto ni es pluscuamperfecto y así puedo aceptarlo sin complejo ni inferioridades desde mis limitaciones y debilidades y él puede también aceptarme a mí, su “inacabada, perfectible e inconclusa amada”. Besos. Ana.
Preguntas:
1ª.- ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez, serena y honestamente, cómo es nuestra pareja, “para bien y para mal”, o sólo vemos sus defectos y agriamente se los echamos en cara cuando estamos enfadados con ella o algo os molesta, injustamente y como revancha sin amor de pareja y sin caridad de hermanos en la fe?
2ª.- ¿Conozco las virtudes de mi pareja tanto o más que sus defectos o “limitaciones”, a veces no imputables, pues son fruto más de su naturaleza y carácter que de su voluntad, ejemplo limitación de la capacidad para ciertas cosas como la memoria, (olvida los recados o lo que tiene que hacer urgente) o las matemáticas, (es un desastre para las cuentas de los gastos de casa y los personales) o las habilidades (no le gustan “los papeles los tiene en desorden, los pierdes, no los lee) etc.?
3ª.- ¿A veces llevado por un falso amor no dialogamos, en serenidad, sus defectos o los míos, y callo lo que sería mejor decir y solucionar en la aceptación de la manera de ser del otro?
4ª.- ¿Exijo que mi pareja cambie para que sea como yo quiero y deseo que sea, no solo en su forma de ser sino también en las cosas de la casa, “dónde tener sus cosas y como tenerlas” , lugar de los muebles, cómo distribuirnos las faenas domésticas, etc. y quiero hacerla “como un guante a mi mano” sin dejar que sea como es o como quieres ser ella y sin dejarle “espacio vital” para vivir a su gusto, gasto y uso de su tiempo, lugar donde tiene sus cosas personales, ropa que usa y cómo viste, etc.?
5ª.- ¿Hemos dialogado sobre los defectos o debilidades del otro, (las limitaciones o los gustos individuales hay que respetarlos y aceptarlas como son y por tanto no son “exigibles” que los cambie sino por un deseo de agradarnos si se lo pedimos sin exigencia y con amor y en el amor,) de los dos, para ver cómo podemos ayudarle a vencerlos y superarlos teniendo harta paciencia para aceptarlos y perdonarlos mientras se den, puesto que sabemos cómo es y así lo aceptamos cuando nos enamoramos?
6ª.- ¿Distinguimos bien entre lo que es inadmisible e intolerable, causa incluso de ruptura y separación, por ser grave, hiriente y humillante, engaños, borracheras, drogas,
juergas con amigos y/o amigas, etc. y lo que son pequeñas llamémoslas deficiencias como algunos prontos, caprichos pequeños, algo de mal genio, desorden en sus cosas, olvidos de cosas pequeñas, pequeños egoísmos como comodidad, falta de ayuda en cosas no esenciales, aficiones excesivas que le hacen olvidar u obviar cosas necesarias o más importantes, etc.?
7ª.- ¿Nos damos cuentas que la convivencia no son solo los momentos “entrañables o apasionados o amorosos” de ilusiones y momentos felices juntos, sino también el soportar “con paciencia las molestias e incomodidades de nuestro prójimo” y de qué con quién es más difícil convivir, y hay que aprender por amor y con amor, es nuestra propia pareja `pues comparte con nosotros todas las horas de día, juntos o separados en el tiempo y lugar pero no en la unión de vidas, los momentos y realidades buenas y malas, felices o tristes y dolorosas, bien hechas o mal hechas, virtudes y pecados, amor y desamor, generosidad y egoísmos?
(Claro que es más fácil convivir con el vecino del quinto con el que tenemos poco más en común que darnos los buenos días o las buenas noches en el ascensor al salir de casa por las mañanas o al volver por las noches.)
Reunión de Grupo:
Hoy si que ha sido Troya. Guerra sin cuartel y proyectiles y balas cruzadas en los aires entre los dos miembros de cada pareja. Nos hemos tenido que parar, tras unas palabras imponiéndose de Mónica “de llamada a la serenidad y cordura”, “nos hemos reunido para legar a la concordia y unión, para ayudarnos unos a otros con sus visiones y aportaciones propias de sus experiencias, no para acribillarnos y despellejarnos entre los dos miemos de cada pareja”, “volvamos a la serenidad y a la seriedad”. Nos callamos avergonzados, nos calmamos, nos miramos unos a otros y nos echamos todos a reír, tras la risa de Isabela, una de las más atacantes, que de sopetón dijo “cómo me he podido dejar llevar, soy tonta, perdóname Juan Carlos, perdonarme todos porque como veis soy una “chiquilla muy caprichosa”, y se echó a reír de su propio ridículo.
Tras la serenidad y ya sin las acusaciones personales superadas de “sí pero tu más en esto y en lo otro”, balas de cañón a veces, Carlos nos resumió:
Os he dejado despellejaros, callado como un muerto, riéndome un poco para mis adentros, porque vosotros solos estabais dando la razón al tema y es que la convivencia y sobre todo en los pequeños detalles que hacen el día a día, el minuto a minuto, es difícil, a veces muy difícil, y hay que ir construyéndola con humildad, sí fijaros en primer lugar con humildad, con muchísima humildad, recordar la “humildad es la verdad”, (qué difícil es aceptar nuestros propios egoísmos y limitaciones,) con paciencia, bienaventurado los pacíficos, creando paz, mucha paz, “bienaventurado los mansos,” y con muchísimo sentido común. Y todo ello nacido del amor mutuo, impulsado por el amor común, vivido en el amor de pareja, aceptado y querido en el amor conyugal, y bendecido y ayudado por la Alianza con Dios en el amor Sacramental, del Sacramento del Matrimonio.
Conclusión:
Conocernos para aceptarnos como somos, diferentes y con peculiaridades propias, aceptarnos en el amor y por amor para enamorados amarnos, amarnos que es ayuda generosa y respetuosa con el otro, para ser mejores “coram Deo y coram homines” ante Dios y ante los hombres, “para ser ante los hombres el reflejo del amor de Cristo a su Iglesia y e Dios a los hombres” y ante los hermanos todos sin distinción de raza o fe, la luz y la sal de la tierra, como el Señor nos pidió que fuéramos por amor a los hermanos, sus hermanos.
Nota Bene: El texto de las encuestas está en: http://diariodeana10.blogspot.com
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EL “ESTUDIO” CARIÑOSO DEL OTRO.
Mi Diario. Reunión del veinticinco de febrero de 2006. Sábado
La encuesta inquisidora sobre mi/tu amor.
Carlos nos ha dado una encuesta interminable sobre el amor.
Primero hay que hacerla cada uno por separado, solos. Sobre mi amor. Sobre su amor.
Luego, sentados los dos juntos y los dos solos, sin testigos, y con una acumulación preparatoria, casi empacho, de paciencia y humildad, para no saltar cuando el otro levante los faldones de nuestros egoísmos, con cariño, pero sin contemplaciones, examinaremos cada uno la encuesta del otro, para bien y para mal. Será una disección descarnizadora, un bisturí cortante, una espada de doble filo, el suyo y el mío. Pero vendrá empapada y embadurnada en el ungüento del cariño, la compresión y el amor mutuo.
Sed realistas, nos dijo. No os dejéis llevar por la benevolencia, la misericordia, la compasión o la falsa ilusión, creando príncipes azules. Recordar la reunión de “aceptar al otro tal cual es” en la que Mónica nos afirmaba que Francisco Javier ni “es príncipe ni mucho menos azul” y que a veces tiene “mucha guasa aguantarle, por mucho que yo le quiera”. “Y él a mí”, añadió humildemente, cuando Francisco Javier la miró con ojos de risita cariñosa.
José Carlos y yo la hemos ido haciendo cada uno en su casa y ayer domingo en nuestra ya habitual excursión la pusimos en común.
Debo decirte que algunas cosas que dijo me molestaron. Fue demasiado sincero y se dejo llevar por la honestidad más allá quizás que por la justicia. Me conoce hasta las fibras más íntimas de mi ser y el “muy canalla” se lo tenía bien callado. Me desnudó el alma.
Yo al final se lo agradecí con todo mi corazón porque a pesar de todas aquellas cosas que el llamó limitaciones y yo debilidades o caprichos, faltas de personalidad y equilibrio, me quiere sin límites. Son incluso falta de honradez ante Dios y ante los hombres (coram homine et coram Deo, dijo Don Matías cuando se acercó al grupo) y por tanto a veces pecaminosas o pecado, a cada cosa hay que llamarla por su nombre, aunque “pecado” sea una palabra en desuso de predicadores, cristianos y demás usuarios.
¿Pero como me puedes querer, si me ves así?
Y entonces empezó la retahíla de lo que él llama mi “manera de ser”, mi personalidad, “mi Ana,” y casi me pone colorada.
¿De verdad tú me ves tan así y crees que soy tan así?
Si contara lo que me dijo desde la punta del cabello hasta la punta de mis zapatos negros se pondrían coloradas.
Me sentí tan feliz que casi me olvidé de que yo debía también “destrozarle”, “despedazarle” y “destriparle”, no digo con fruición, pero sí con cierto sabor de revancha amorosa. Dejarle al desnudo el alma. Que él sepa completamente como yo le sé.
Bueno ¿y yo? Y volvimos a empezar. No le perdoné nada. Le desmenucé con alevosía y nocturnidad. Y volvieron las limitaciones, con las que acepto y quiero vivir, si son y porque son suyas, y las virtudes que deseo que se encarnen en nuestra pareja para compartirlas y vivirlas juntos ante Dios y ante los hermanos.
Creo que muchas parejas desnudan el cuerpo sin haber nunca desnudado el alma delante del amado. Y sólo el alma transparente a los ojos del otro, crea la unión perfecta.
Sí, otro día te las contaré, curiosón.
Hoy nos vamos a dormir felices de querernos y aceptarnos como somos. Y de desear mejorar con la ayuda del otro y el amor del otro, para que nuestra pareja sea reflejo del amor de Dios. “Nos hizo semejantes a Él” y nosotros queremos ser la Imagen que El Padre tiene de nosotros dos como pareja.
Gracias, José Carlos. Buenas noches, mi amor “casi perfecto”, mi príncipe azul destronado y bajado de la peana de mis ilusionadas ilusiones y de mi soñolientas elucubraciones o de mis ensoñaciones amorosas y puesto en el suelo de las realidades humanas. Fue barro lo que sopló el Espíritu de Dios. Gracias, Señor, porque José Carlos ni es perfecto ni es pluscuamperfecto y así puedo aceptarlo sin complejo ni inferioridades desde mis limitaciones y debilidades y él puede también aceptarme a mí, su “inacabada, perfectible e inconclusa amada”. Besos. Ana.
Preguntas:
1ª.- ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez, serena y honestamente, cómo es nuestra pareja, “para bien y para mal”, o sólo vemos sus defectos y agriamente se los echamos en cara cuando estamos enfadados con ella o algo os molesta, injustamente y como revancha sin amor de pareja y sin caridad de hermanos en la fe?
2ª.- ¿Conozco las virtudes de mi pareja tanto o más que sus defectos o “limitaciones”, a veces no imputables, pues son fruto más de su naturaleza y carácter que de su voluntad, ejemplo limitación de la capacidad para ciertas cosas como la memoria, (olvida los recados o lo que tiene que hacer urgente) o las matemáticas, (es un desastre para las cuentas de los gastos de casa y los personales) o las habilidades (no le gustan “los papeles los tiene en desorden, los pierdes, no los lee) etc.?
3ª.- ¿A veces llevado por un falso amor no dialogamos, en serenidad, sus defectos o los míos, y callo lo que sería mejor decir y solucionar en la aceptación de la manera de ser del otro?
4ª.- ¿Exijo que mi pareja cambie para que sea como yo quiero y deseo que sea, no solo en su forma de ser sino también en las cosas de la casa, “dónde tener sus cosas y como tenerlas” , lugar de los muebles, cómo distribuirnos las faenas domésticas, etc. y quiero hacerla “como un guante a mi mano” sin dejar que sea como es o como quieres ser ella y sin dejarle “espacio vital” para vivir a su gusto, gasto y uso de su tiempo, lugar donde tiene sus cosas personales, ropa que usa y cómo viste, etc.?
5ª.- ¿Hemos dialogado sobre los defectos o debilidades del otro, (las limitaciones o los gustos individuales hay que respetarlos y aceptarlas como son y por tanto no son “exigibles” que los cambie sino por un deseo de agradarnos si se lo pedimos sin exigencia y con amor y en el amor,) de los dos, para ver cómo podemos ayudarle a vencerlos y superarlos teniendo harta paciencia para aceptarlos y perdonarlos mientras se den, puesto que sabemos cómo es y así lo aceptamos cuando nos enamoramos?
6ª.- ¿Distinguimos bien entre lo que es inadmisible e intolerable, causa incluso de ruptura y separación, por ser grave, hiriente y humillante, engaños, borracheras, drogas,
juergas con amigos y/o amigas, etc. y lo que son pequeñas llamémoslas deficiencias como algunos prontos, caprichos pequeños, algo de mal genio, desorden en sus cosas, olvidos de cosas pequeñas, pequeños egoísmos como comodidad, falta de ayuda en cosas no esenciales, aficiones excesivas que le hacen olvidar u obviar cosas necesarias o más importantes, etc.?
7ª.- ¿Nos damos cuentas que la convivencia no son solo los momentos “entrañables o apasionados o amorosos” de ilusiones y momentos felices juntos, sino también el soportar “con paciencia las molestias e incomodidades de nuestro prójimo” y de qué con quién es más difícil convivir, y hay que aprender por amor y con amor, es nuestra propia pareja `pues comparte con nosotros todas las horas de día, juntos o separados en el tiempo y lugar pero no en la unión de vidas, los momentos y realidades buenas y malas, felices o tristes y dolorosas, bien hechas o mal hechas, virtudes y pecados, amor y desamor, generosidad y egoísmos?
(Claro que es más fácil convivir con el vecino del quinto con el que tenemos poco más en común que darnos los buenos días o las buenas noches en el ascensor al salir de casa por las mañanas o al volver por las noches.)
Reunión de Grupo:
Hoy si que ha sido Troya. Guerra sin cuartel y proyectiles y balas cruzadas en los aires entre los dos miembros de cada pareja. Nos hemos tenido que parar, tras unas palabras imponiéndose de Mónica “de llamada a la serenidad y cordura”, “nos hemos reunido para legar a la concordia y unión, para ayudarnos unos a otros con sus visiones y aportaciones propias de sus experiencias, no para acribillarnos y despellejarnos entre los dos miemos de cada pareja”, “volvamos a la serenidad y a la seriedad”. Nos callamos avergonzados, nos calmamos, nos miramos unos a otros y nos echamos todos a reír, tras la risa de Isabela, una de las más atacantes, que de sopetón dijo “cómo me he podido dejar llevar, soy tonta, perdóname Juan Carlos, perdonarme todos porque como veis soy una “chiquilla muy caprichosa”, y se echó a reír de su propio ridículo.
Tras la serenidad y ya sin las acusaciones personales superadas de “sí pero tu más en esto y en lo otro”, balas de cañón a veces, Carlos nos resumió:
Os he dejado despellejaros, callado como un muerto, riéndome un poco para mis adentros, porque vosotros solos estabais dando la razón al tema y es que la convivencia y sobre todo en los pequeños detalles que hacen el día a día, el minuto a minuto, es difícil, a veces muy difícil, y hay que ir construyéndola con humildad, sí fijaros en primer lugar con humildad, con muchísima humildad, recordar la “humildad es la verdad”, (qué difícil es aceptar nuestros propios egoísmos y limitaciones,) con paciencia, bienaventurado los pacíficos, creando paz, mucha paz, “bienaventurado los mansos,” y con muchísimo sentido común. Y todo ello nacido del amor mutuo, impulsado por el amor común, vivido en el amor de pareja, aceptado y querido en el amor conyugal, y bendecido y ayudado por la Alianza con Dios en el amor Sacramental, del Sacramento del Matrimonio.
Conclusión:
Conocernos para aceptarnos como somos, diferentes y con peculiaridades propias, aceptarnos en el amor y por amor para enamorados amarnos, amarnos que es ayuda generosa y respetuosa con el otro, para ser mejores “coram Deo y coram homines” ante Dios y ante los hombres, “para ser ante los hombres el reflejo del amor de Cristo a su Iglesia y e Dios a los hombres” y ante los hermanos todos sin distinción de raza o fe, la luz y la sal de la tierra, como el Señor nos pidió que fuéramos por amor a los hermanos, sus hermanos.
Nota Bene: El texto de las encuestas está en: http://diariodeana10.blogspot.com
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03.- "Salió al campo y encontró una perla preciosa"
II.- VALORARNOS.
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EL “ESTUDIO” CARIÑOSO DEL OTRO.
Mi Diario. Reunión del veinticinco de febrero de 2006. Sábado
La encuesta inquisidora sobre mi/tu amor.
Carlos nos ha dado una encuesta interminable sobre el amor.
Primero hay que hacerla cada uno por separado, solos. Sobre mi amor. Sobre su amor.
Luego, sentados los dos juntos y los dos solos, sin testigos, y con una acumulación preparatoria, casi empacho, de paciencia y humildad, para no saltar cuando el otro levante los faldones de nuestros egoísmos, con cariño, pero sin contemplaciones, examinaremos cada uno la encuesta del otro, para bien y para mal. Será una disección descarnizadora, un bisturí cortante, una espada de doble filo, el suyo y el mío. Pero vendrá empapada y embadurnada en el ungüento del cariño, la compresión y el amor mutuo.
Sed realistas, nos dijo. No os dejéis llevar por la benevolencia, la misericordia, la compasión o la falsa ilusión, creando príncipes azules. Recordar la reunión de “aceptar al otro tal cual es” en la que Mónica nos afirmaba que Francisco Javier ni “es príncipe ni mucho menos azul” y que a veces tiene “mucha guasa aguantarle, por mucho que yo le quiera”. “Y él a mí”, añadió humildemente, cuando Francisco Javier la miró con ojos de risita cariñosa.
José Carlos y yo la hemos ido haciendo cada uno en su casa y ayer domingo en nuestra ya habitual excursión la pusimos en común.
Debo decirte que algunas cosas que dijo me molestaron. Fue demasiado sincero y se dejo llevar por la honestidad más allá quizás que por la justicia. Me conoce hasta las fibras más íntimas de mi ser y el “muy canalla” se lo tenía bien callado. Me desnudó el alma.
Yo al final se lo agradecí con todo mi corazón porque a pesar de todas aquellas cosas que el llamó limitaciones y yo debilidades o caprichos, faltas de personalidad y equilibrio, me quiere sin límites. Son incluso falta de honradez ante Dios y ante los hombres (coram homine et coram Deo, dijo Don Matías cuando se acercó al grupo) y por tanto a veces pecaminosas o pecado, a cada cosa hay que llamarla por su nombre, aunque “pecado” sea una palabra en desuso de predicadores, cristianos y demás usuarios.
¿Pero como me puedes querer, si me ves así?
Y entonces empezó la retahíla de lo que él llama mi “manera de ser”, mi personalidad, “mi Ana,” y casi me pone colorada.
¿De verdad tú me ves tan así y crees que soy tan así?
Si contara lo que me dijo desde la punta del cabello hasta la punta de mis zapatos negros se pondrían coloradas.
Me sentí tan feliz que casi me olvidé de que yo debía también “destrozarle”, “despedazarle” y “destriparle”, no digo con fruición, pero sí con cierto sabor de revancha amorosa. Dejarle al desnudo el alma. Que él sepa completamente como yo le sé.
Bueno ¿y yo? Y volvimos a empezar. No le perdoné nada. Le desmenucé con alevosía y nocturnidad. Y volvieron las limitaciones, con las que acepto y quiero vivir, si son y porque son suyas, y las virtudes que deseo que se encarnen en nuestra pareja para compartirlas y vivirlas juntos ante Dios y ante los hermanos.
Creo que muchas parejas desnudan el cuerpo sin haber nunca desnudado el alma delante del amado. Y sólo el alma transparente a los ojos del otro, crea la unión perfecta.
Sí, otro día te las contaré, curiosón.
Hoy nos vamos a dormir felices de querernos y aceptarnos como somos. Y de desear mejorar con la ayuda del otro y el amor del otro, para que nuestra pareja sea reflejo del amor de Dios. “Nos hizo semejantes a Él” y nosotros queremos ser la Imagen que El Padre tiene de nosotros dos como pareja.
Gracias, José Carlos. Buenas noches, mi amor “casi perfecto”, mi príncipe azul destronado y bajado de la peana de mis ilusionadas ilusiones y de mi soñolientas elucubraciones o de mis ensoñaciones amorosas y puesto en el suelo de las realidades humanas. Fue barro lo que sopló el Espíritu de Dios. Gracias, Señor, porque José Carlos ni es perfecto ni es pluscuamperfecto y así puedo aceptarlo sin complejo ni inferioridades desde mis limitaciones y debilidades y él puede también aceptarme a mí, su “inacabada, perfectible e inconclusa amada”. Besos. Ana.
Preguntas:
1ª.- ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez, serena y honestamente, cómo es nuestra pareja, “para bien y para mal”, o sólo vemos sus defectos y agriamente se los echamos en cara cuando estamos enfadados con ella o algo os molesta, injustamente y como revancha sin amor de pareja y sin caridad de hermanos en la fe?
2ª.- ¿Conozco las virtudes de mi pareja tanto o más que sus defectos o “limitaciones”, a veces no imputables, pues son fruto más de su naturaleza y carácter que de su voluntad, ejemplo limitación de la capacidad para ciertas cosas como la memoria, (olvida los recados o lo que tiene que hacer urgente) o las matemáticas, (es un desastre para las cuentas de los gastos de casa y los personales) o las habilidades (no le gustan “los papeles los tiene en desorden, los pierdes, no los lee) etc.?
3ª.- ¿A veces llevado por un falso amor no dialogamos, en serenidad, sus defectos o los míos, y callo lo que sería mejor decir y solucionar en la aceptación de la manera de ser del otro?
4ª.- ¿Exijo que mi pareja cambie para que sea como yo quiero y deseo que sea, no solo en su forma de ser sino también en las cosas de la casa, “dónde tener sus cosas y como tenerlas” , lugar de los muebles, cómo distribuirnos las faenas domésticas, etc. y quiero hacerla “como un guante a mi mano” sin dejar que sea como es o como quieres ser ella y sin dejarle “espacio vital” para vivir a su gusto, gasto y uso de su tiempo, lugar donde tiene sus cosas personales, ropa que usa y cómo viste, etc.?
5ª.- ¿Hemos dialogado sobre los defectos o debilidades del otro, (las limitaciones o los gustos individuales hay que respetarlos y aceptarlas como son y por tanto no son “exigibles” que los cambie sino por un deseo de agradarnos si se lo pedimos sin exigencia y con amor y en el amor,) de los dos, para ver cómo podemos ayudarle a vencerlos y superarlos teniendo harta paciencia para aceptarlos y perdonarlos mientras se den, puesto que sabemos cómo es y así lo aceptamos cuando nos enamoramos?
6ª.- ¿Distinguimos bien entre lo que es inadmisible e intolerable, causa incluso de ruptura y separación, por ser grave, hiriente y humillante, engaños, borracheras, drogas,
juergas con amigos y/o amigas, etc. y lo que son pequeñas llamémoslas deficiencias como algunos prontos, caprichos pequeños, algo de mal genio, desorden en sus cosas, olvidos de cosas pequeñas, pequeños egoísmos como comodidad, falta de ayuda en cosas no esenciales, aficiones excesivas que le hacen olvidar u obviar cosas necesarias o más importantes, etc.?
7ª.- ¿Nos damos cuentas que la convivencia no son solo los momentos “entrañables o apasionados o amorosos” de ilusiones y momentos felices juntos, sino también el soportar “con paciencia las molestias e incomodidades de nuestro prójimo” y de qué con quién es más difícil convivir, y hay que aprender por amor y con amor, es nuestra propia pareja `pues comparte con nosotros todas las horas de día, juntos o separados en el tiempo y lugar pero no en la unión de vidas, los momentos y realidades buenas y malas, felices o tristes y dolorosas, bien hechas o mal hechas, virtudes y pecados, amor y desamor, generosidad y egoísmos?
(Claro que es más fácil convivir con el vecino del quinto con el que tenemos poco más en común que darnos los buenos días o las buenas noches en el ascensor al salir de casa por las mañanas o al volver por las noches.)
Reunión de Grupo:
Hoy si que ha sido Troya. Guerra sin cuartel y proyectiles y balas cruzadas en los aires entre los dos miembros de cada pareja. Nos hemos tenido que parar, tras unas palabras imponiéndose de Mónica “de llamada a la serenidad y cordura”, “nos hemos reunido para legar a la concordia y unión, para ayudarnos unos a otros con sus visiones y aportaciones propias de sus experiencias, no para acribillarnos y despellejarnos entre los dos miemos de cada pareja”, “volvamos a la serenidad y a la seriedad”. Nos callamos avergonzados, nos calmamos, nos miramos unos a otros y nos echamos todos a reír, tras la risa de Isabela, una de las más atacantes, que de sopetón dijo “cómo me he podido dejar llevar, soy tonta, perdóname Juan Carlos, perdonarme todos porque como veis soy una “chiquilla muy caprichosa”, y se echó a reír de su propio ridículo.
Tras la serenidad y ya sin las acusaciones personales superadas de “sí pero tu más en esto y en lo otro”, balas de cañón a veces, Carlos nos resumió:
Os he dejado despellejaros, callado como un muerto, riéndome un poco para mis adentros, porque vosotros solos estabais dando la razón al tema y es que la convivencia y sobre todo en los pequeños detalles que hacen el día a día, el minuto a minuto, es difícil, a veces muy difícil, y hay que ir construyéndola con humildad, sí fijaros en primer lugar con humildad, con muchísima humildad, recordar la “humildad es la verdad”, (qué difícil es aceptar nuestros propios egoísmos y limitaciones,) con paciencia, bienaventurado los pacíficos, creando paz, mucha paz, “bienaventurado los mansos,” y con muchísimo sentido común. Y todo ello nacido del amor mutuo, impulsado por el amor común, vivido en el amor de pareja, aceptado y querido en el amor conyugal, y bendecido y ayudado por la Alianza con Dios en el amor Sacramental, del Sacramento del Matrimonio.
Conclusión:
Conocernos para aceptarnos como somos, diferentes y con peculiaridades propias, aceptarnos en el amor y por amor para enamorados amarnos, amarnos que es ayuda generosa y respetuosa con el otro, para ser mejores “coram Deo y coram homines” ante Dios y ante los hombres, “para ser ante los hombres el reflejo del amor de Cristo a su Iglesia y e Dios a los hombres” y ante los hermanos todos sin distinción de raza o fe, la luz y la sal de la tierra, como el Señor nos pidió que fuéramos por amor a los hermanos, sus hermanos.
Nota Bene: El texto de las encuestas está en: http://diariodeana10.blogspot.com/
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EL “ESTUDIO” CARIÑOSO DEL OTRO.
Mi Diario. Reunión del veinticinco de febrero de 2006. Sábado
La encuesta inquisidora sobre mi/tu amor.
Carlos nos ha dado una encuesta interminable sobre el amor.
Primero hay que hacerla cada uno por separado, solos. Sobre mi amor. Sobre su amor.
Luego, sentados los dos juntos y los dos solos, sin testigos, y con una acumulación preparatoria, casi empacho, de paciencia y humildad, para no saltar cuando el otro levante los faldones de nuestros egoísmos, con cariño, pero sin contemplaciones, examinaremos cada uno la encuesta del otro, para bien y para mal. Será una disección descarnizadora, un bisturí cortante, una espada de doble filo, el suyo y el mío. Pero vendrá empapada y embadurnada en el ungüento del cariño, la compresión y el amor mutuo.
Sed realistas, nos dijo. No os dejéis llevar por la benevolencia, la misericordia, la compasión o la falsa ilusión, creando príncipes azules. Recordar la reunión de “aceptar al otro tal cual es” en la que Mónica nos afirmaba que Francisco Javier ni “es príncipe ni mucho menos azul” y que a veces tiene “mucha guasa aguantarle, por mucho que yo le quiera”. “Y él a mí”, añadió humildemente, cuando Francisco Javier la miró con ojos de risita cariñosa.
José Carlos y yo la hemos ido haciendo cada uno en su casa y ayer domingo en nuestra ya habitual excursión la pusimos en común.
Debo decirte que algunas cosas que dijo me molestaron. Fue demasiado sincero y se dejo llevar por la honestidad más allá quizás que por la justicia. Me conoce hasta las fibras más íntimas de mi ser y el “muy canalla” se lo tenía bien callado. Me desnudó el alma.
Yo al final se lo agradecí con todo mi corazón porque a pesar de todas aquellas cosas que el llamó limitaciones y yo debilidades o caprichos, faltas de personalidad y equilibrio, me quiere sin límites. Son incluso falta de honradez ante Dios y ante los hombres (coram homine et coram Deo, dijo Don Matías cuando se acercó al grupo) y por tanto a veces pecaminosas o pecado, a cada cosa hay que llamarla por su nombre, aunque “pecado” sea una palabra en desuso de predicadores, cristianos y demás usuarios.
¿Pero como me puedes querer, si me ves así?
Y entonces empezó la retahíla de lo que él llama mi “manera de ser”, mi personalidad, “mi Ana,” y casi me pone colorada.
¿De verdad tú me ves tan así y crees que soy tan así?
Si contara lo que me dijo desde la punta del cabello hasta la punta de mis zapatos negros se pondrían coloradas.
Me sentí tan feliz que casi me olvidé de que yo debía también “destrozarle”, “despedazarle” y “destriparle”, no digo con fruición, pero sí con cierto sabor de revancha amorosa. Dejarle al desnudo el alma. Que él sepa completamente como yo le sé.
Bueno ¿y yo? Y volvimos a empezar. No le perdoné nada. Le desmenucé con alevosía y nocturnidad. Y volvieron las limitaciones, con las que acepto y quiero vivir, si son y porque son suyas, y las virtudes que deseo que se encarnen en nuestra pareja para compartirlas y vivirlas juntos ante Dios y ante los hermanos.
Creo que muchas parejas desnudan el cuerpo sin haber nunca desnudado el alma delante del amado. Y sólo el alma transparente a los ojos del otro, crea la unión perfecta.
Sí, otro día te las contaré, curiosón.
Hoy nos vamos a dormir felices de querernos y aceptarnos como somos. Y de desear mejorar con la ayuda del otro y el amor del otro, para que nuestra pareja sea reflejo del amor de Dios. “Nos hizo semejantes a Él” y nosotros queremos ser la Imagen que El Padre tiene de nosotros dos como pareja.
Gracias, José Carlos. Buenas noches, mi amor “casi perfecto”, mi príncipe azul destronado y bajado de la peana de mis ilusionadas ilusiones y de mi soñolientas elucubraciones o de mis ensoñaciones amorosas y puesto en el suelo de las realidades humanas. Fue barro lo que sopló el Espíritu de Dios. Gracias, Señor, porque José Carlos ni es perfecto ni es pluscuamperfecto y así puedo aceptarlo sin complejo ni inferioridades desde mis limitaciones y debilidades y él puede también aceptarme a mí, su “inacabada, perfectible e inconclusa amada”. Besos. Ana.
Preguntas:
1ª.- ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez, serena y honestamente, cómo es nuestra pareja, “para bien y para mal”, o sólo vemos sus defectos y agriamente se los echamos en cara cuando estamos enfadados con ella o algo os molesta, injustamente y como revancha sin amor de pareja y sin caridad de hermanos en la fe?
2ª.- ¿Conozco las virtudes de mi pareja tanto o más que sus defectos o “limitaciones”, a veces no imputables, pues son fruto más de su naturaleza y carácter que de su voluntad, ejemplo limitación de la capacidad para ciertas cosas como la memoria, (olvida los recados o lo que tiene que hacer urgente) o las matemáticas, (es un desastre para las cuentas de los gastos de casa y los personales) o las habilidades (no le gustan “los papeles los tiene en desorden, los pierdes, no los lee) etc.?
3ª.- ¿A veces llevado por un falso amor no dialogamos, en serenidad, sus defectos o los míos, y callo lo que sería mejor decir y solucionar en la aceptación de la manera de ser del otro?
4ª.- ¿Exijo que mi pareja cambie para que sea como yo quiero y deseo que sea, no solo en su forma de ser sino también en las cosas de la casa, “dónde tener sus cosas y como tenerlas” , lugar de los muebles, cómo distribuirnos las faenas domésticas, etc. y quiero hacerla “como un guante a mi mano” sin dejar que sea como es o como quieres ser ella y sin dejarle “espacio vital” para vivir a su gusto, gasto y uso de su tiempo, lugar donde tiene sus cosas personales, ropa que usa y cómo viste, etc.?
5ª.- ¿Hemos dialogado sobre los defectos o debilidades del otro, (las limitaciones o los gustos individuales hay que respetarlos y aceptarlas como son y por tanto no son “exigibles” que los cambie sino por un deseo de agradarnos si se lo pedimos sin exigencia y con amor y en el amor,) de los dos, para ver cómo podemos ayudarle a vencerlos y superarlos teniendo harta paciencia para aceptarlos y perdonarlos mientras se den, puesto que sabemos cómo es y así lo aceptamos cuando nos enamoramos?
6ª.- ¿Distinguimos bien entre lo que es inadmisible e intolerable, causa incluso de ruptura y separación, por ser grave, hiriente y humillante, engaños, borracheras, drogas,
juergas con amigos y/o amigas, etc. y lo que son pequeñas llamémoslas deficiencias como algunos prontos, caprichos pequeños, algo de mal genio, desorden en sus cosas, olvidos de cosas pequeñas, pequeños egoísmos como comodidad, falta de ayuda en cosas no esenciales, aficiones excesivas que le hacen olvidar u obviar cosas necesarias o más importantes, etc.?
7ª.- ¿Nos damos cuentas que la convivencia no son solo los momentos “entrañables o apasionados o amorosos” de ilusiones y momentos felices juntos, sino también el soportar “con paciencia las molestias e incomodidades de nuestro prójimo” y de qué con quién es más difícil convivir, y hay que aprender por amor y con amor, es nuestra propia pareja `pues comparte con nosotros todas las horas de día, juntos o separados en el tiempo y lugar pero no en la unión de vidas, los momentos y realidades buenas y malas, felices o tristes y dolorosas, bien hechas o mal hechas, virtudes y pecados, amor y desamor, generosidad y egoísmos?
(Claro que es más fácil convivir con el vecino del quinto con el que tenemos poco más en común que darnos los buenos días o las buenas noches en el ascensor al salir de casa por las mañanas o al volver por las noches.)
Reunión de Grupo:
Hoy si que ha sido Troya. Guerra sin cuartel y proyectiles y balas cruzadas en los aires entre los dos miembros de cada pareja. Nos hemos tenido que parar, tras unas palabras imponiéndose de Mónica “de llamada a la serenidad y cordura”, “nos hemos reunido para legar a la concordia y unión, para ayudarnos unos a otros con sus visiones y aportaciones propias de sus experiencias, no para acribillarnos y despellejarnos entre los dos miemos de cada pareja”, “volvamos a la serenidad y a la seriedad”. Nos callamos avergonzados, nos calmamos, nos miramos unos a otros y nos echamos todos a reír, tras la risa de Isabela, una de las más atacantes, que de sopetón dijo “cómo me he podido dejar llevar, soy tonta, perdóname Juan Carlos, perdonarme todos porque como veis soy una “chiquilla muy caprichosa”, y se echó a reír de su propio ridículo.
Tras la serenidad y ya sin las acusaciones personales superadas de “sí pero tu más en esto y en lo otro”, balas de cañón a veces, Carlos nos resumió:
Os he dejado despellejaros, callado como un muerto, riéndome un poco para mis adentros, porque vosotros solos estabais dando la razón al tema y es que la convivencia y sobre todo en los pequeños detalles que hacen el día a día, el minuto a minuto, es difícil, a veces muy difícil, y hay que ir construyéndola con humildad, sí fijaros en primer lugar con humildad, con muchísima humildad, recordar la “humildad es la verdad”, (qué difícil es aceptar nuestros propios egoísmos y limitaciones,) con paciencia, bienaventurado los pacíficos, creando paz, mucha paz, “bienaventurado los mansos,” y con muchísimo sentido común. Y todo ello nacido del amor mutuo, impulsado por el amor común, vivido en el amor de pareja, aceptado y querido en el amor conyugal, y bendecido y ayudado por la Alianza con Dios en el amor Sacramental, del Sacramento del Matrimonio.
Conclusión:
Conocernos para aceptarnos como somos, diferentes y con peculiaridades propias, aceptarnos en el amor y por amor para enamorados amarnos, amarnos que es ayuda generosa y respetuosa con el otro, para ser mejores “coram Deo y coram homines” ante Dios y ante los hombres, “para ser ante los hombres el reflejo del amor de Cristo a su Iglesia y e Dios a los hombres” y ante los hermanos todos sin distinción de raza o fe, la luz y la sal de la tierra, como el Señor nos pidió que fuéramos por amor a los hermanos, sus hermanos.
Nota Bene: El texto de las encuestas está en: http://diariodeana10.blogspot.com/
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04.- "San José, el santo de José Carlos"
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Mi Diario a diecinueve de marzo de 2006. Domingo.
Su sexto santo, juntos.
José Carlos, su modelo de cristiano.
Ana con siete meses de embarazo.
Hoy nada más despertarme me he inclinado sobre José Carlos, que semidormía esperando el segundo timbre del teléfono-despertado, a “y diez”, para saltar de la cama, darme los buenos días y dirigirse a la ducha, al otro cuarto d baño, desde que me quede embarazada me ha dejado para mí sola y para bañar y cambiar a Ignacio, cuando nazca, nuestro cuarto de baño junto al dormitorio, me he inclinado con muchísimo amor, he buscado sus labios y apretándolos en un beso fuerte y largo, lo he felicitado.
Hoy es su santo, y aunque San José ya no es fiesta civil en esta Comunidad Autónoma, como es domingo no tenemos que levantar con esfuerzo nuestros cuerpos perezosos para dirigirnos a la ducha, y luego al trabajo. Como yo todavía tengo siete meses de embarazo, un poquito menos, los dos tenemos que ir a trabajar aún, y que coincida en domingo es una hermosa felicidad par no tenerlo que hacer. Se olvidó de desconectar el despertador y fue una gozada el abrir los ojos y pensar que aún podíamos regodearnos algo más de tiempo en la cama. Quiero aguantar lo más posible el tiempo de ir al trabajo a pesar de la barriga para contar todos los días libres de permiso de parto a partir de este y poder estar con nuestro hijo el máximo tiempo posible.
Es su sexto santo. Tres antes de casarnos. En el 2000 no nos conocíamos aún pues fue el abril en la boda de Lorena cuando coincidimos de verdad por primera vez. En el 2001 ya hacía cinco meses que éramos novios. Fue el 2002 cuando ya el noviazgo navegaba viento en poco y en plenitud de enamoramiento. Yo coladísima por José Carlos y totalmente ilusionada. El 2003 ya marzo casi alcanzaba al Cursillo de mayo, puerta de nuestra boda. Pero fue en el 2004 cuando sus padres quisieron que su santo coincidiera con la petición de mano como ya te he contado, mi querido Diario. Y nos casamos a las pocas semanas de celebrarlo. En el 2005 ya estábamos casado y hoy, 2006, que está a punto de nacer nuestro primer hijo y de ser “papás”. Cada día, cada minuto lo guardo en mis recuerdos queridos y en mi corazón desbordado de agradecimiento, sin olvidarlos un instante.
Vamos a comer a casa de sus padres y antes pasaremos la mañana juntos, para ir a misa, darle a Dios gracias por todo lo que tenemos que agradecerle, el conocernos, el enamorarnos, los dos años y ocho meses de nuestro maravilloso y sensible noviazgo. Te puedo decir, sin mentirte que he estado todo él en una nube de felicidad y de sensibilidad a tope. Mi corazón ha rebosado continuamente de ilusión y futuro compartido, y puedo jurar que he sentido su amor físicamente en cada partícula de mi cuerpo y en cada rincón de mi alma, con toda la pureza de los limpios de corazón de la que no solo no me avergüenzo como apocada y mentecata retrógrada sino que me enorgullece haberlo vivido en la amistad y gracia de Dios, ante El y ante los hombres.
Hemos sido fieles a nuestras almas y a nuestra fe, pero sobre todo hemos sido limpios a los ojos de Jesús, centro de nuestro noviazgo y de María, la Virgen pura y sin mancha, madre de Dios y nuestra, que tanto hizo por los novios de todos los tiempos, al hacernos primera manifestación pública del amor de Cristo, cuando “aún no había llegado su hora”, el día de las bodas de Caná. En unos tiempos en que los novios hablan poco de la sexualidad pero se regodean en su sexualidad como si bebieran un vaso e agua, nosotros dos, consiente y a veces con esfuerzos y sacrificios, renuncias y oración, hemos ido guardando la entrega total y sin reservas de nuestras personas, para que tuviera su plenitud tras el encuentro con Jesús en el Sacramento y la Alianza con Dios en el Amor.
Le agradeceremos el maravilloso Cursillo” vivido con José Carlos y con mis nuevos y entrañables amigos, que ha marcado para siempre nuestras vidas, en nuestra mente y convicciones, en nuestra escala de valores ante en mundo y “sus pompas”, en nuestro corazón y en el valor del tiempo y de la vida como servicio de amor a los hermanos para cumplir el mandato del Señor. “Un nuevo mandamiento os doy que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Y Carlos nos añadió “me amó”, individualmente, uno a uno, porque conoce a cada oveja por su nombre, “hasta la muerte y muerte de cruz”.
¡Cómo no caer de rodillas ante El para agradecerle el inefable e indeleble encuentro con El, el día de nuestra boda, presencia y encuentro con Jesús, y la Alianza con Dios, nosotros con Dios y Dios con nosotros del Sacramento del Matrimonio.
Sólo me queda agradecer a Dios la paternidad que vamos a compartir con El.
Por nuestro amor encarnado, fruto de la donación y la entrega vehemente y apasionada, el Espíritu de vida, Dios Espíritu Santo ha infundido ya desde el primer instante de la concepción en que el espermatozoide, bendito espermatozoide, ha fecundado al óvulo incrustado en las paredes de mi ovario, bendito óvulo, un alma humana y eterna, criatura de Dios, junta con el cuerpo humano llamada a ser un nuevo hijo de Dios, por el bautismo, ya del agua, ya del deseo y la buena voluntad, ya del fuego y el martirio, ya de la misericordia de Dios en sus designios insondables. (Lo leí en el Catecismo católico hablando del limbo como lugar solo de la especulación teológica pero nunca elevada a verdad de fe)
“Agimus tibi gratiam, proter magna gloriam team”. Me las copió Carlos del Gloria de la Misa cuando se rezaba en latín. Me dijo que era su oración favorita y la que más le llenaba el alma y el corazón, en ansias de Dios. Te damos gracias, Señor, por tu gran gloria. Porque eres Dios de Dios y luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Porque eres grande en tu gloria y riqueza, en tu misericordia y justicia, en tu engendrado no creado de la misma naturaleza que el Padre, y en el amor mutuo tan perfecto y divino que es tercera persona y Espíritu Santo, igual al Padre y al Hijo. Porque eres mi Dios grande, inmenso, inconmensurable, poderoso, amoroso, tierno, paternal con los hombres, amable con toda la creación, vida, amor, verdad, equilibrio, ecuanimidad, fortaleza, roca, escudo, salvación, liberación, redención, Mesías.
“Suma de todos los bienes”, dice mi madre que decía el catecismo que ella estudió, “sin mezcla de mal alguno”.
Así le gusta orar a José Carlos. Cuando rezamos juntos, a media voz para que nuestra oración entre en el alma del otro y juntas suban a Dios, quiere que todas nuestras necesidades queden solo en mano de su Providencia sin pedirle nada. Ana, vamos a intentar ser en manos de Dios sus florecillas del campo o sus aves del cielo. Dejar que El nos haga crecer en su amor y en amor a los demás y dejar que Él nos alimente. Vamos, sólo cuando recemos el Padre Nuestro, porque es voluntad y deseo suyo, a pedirle que nos de el pan nuestro de cada día. Pero no el de mañana y pasado y el de amontonar riquezas para tranquilizar nuestra alma en su inquietud de futuro.
Si vosotros siendo malo les dais pan a vuestros hijos cuando os lo piden, cómo Dios, siendo Padre, os va a dar una serpiente.
José Carlos y yo hemos hecho una opción por la pobreza cristiana dentro del matrimonio y la familia y por los pobres y por los más pobres entre los pobres, que otro día te contaré más despacio, mi inquieto y curiosón Diario.
El dice que ya somos muy ricos, incluso con los bienes materiales que ya tenemos, y que el corazón lo tenemos que tener muy despegado de ellos, cosa que cuesta mucho, muy son como la miel que enseguida se pegan.
Me he perdido escribiendo y alargado. En fin, luego iremos temprano a casa de mis padres a merendar y los que puedan del grupo vendrán a tomar una tortilla a nuestra casa y a brindar con una copa de champaña que a José Carlos le encanta y a mí todavía más.
Hemos invitado a Elena y Carlos pero tienen nietos en casa porque su hija que es azafata vuela y no tiene con quién dejar sus dos hijas.
Mañana te contaré como fue la merienda y la cena. Un beso.
Voy a volver a los temas que estábamos tratando sobre cómo crecer en el amor.
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Mi Diario a diecinueve de marzo de 2006. Domingo.
Su sexto santo, juntos.
José Carlos, su modelo de cristiano.
Ana con siete meses de embarazo.
Hoy nada más despertarme me he inclinado sobre José Carlos, que semidormía esperando el segundo timbre del teléfono-despertado, a “y diez”, para saltar de la cama, darme los buenos días y dirigirse a la ducha, al otro cuarto d baño, desde que me quede embarazada me ha dejado para mí sola y para bañar y cambiar a Ignacio, cuando nazca, nuestro cuarto de baño junto al dormitorio, me he inclinado con muchísimo amor, he buscado sus labios y apretándolos en un beso fuerte y largo, lo he felicitado.
Hoy es su santo, y aunque San José ya no es fiesta civil en esta Comunidad Autónoma, como es domingo no tenemos que levantar con esfuerzo nuestros cuerpos perezosos para dirigirnos a la ducha, y luego al trabajo. Como yo todavía tengo siete meses de embarazo, un poquito menos, los dos tenemos que ir a trabajar aún, y que coincida en domingo es una hermosa felicidad par no tenerlo que hacer. Se olvidó de desconectar el despertador y fue una gozada el abrir los ojos y pensar que aún podíamos regodearnos algo más de tiempo en la cama. Quiero aguantar lo más posible el tiempo de ir al trabajo a pesar de la barriga para contar todos los días libres de permiso de parto a partir de este y poder estar con nuestro hijo el máximo tiempo posible.
Es su sexto santo. Tres antes de casarnos. En el 2000 no nos conocíamos aún pues fue el abril en la boda de Lorena cuando coincidimos de verdad por primera vez. En el 2001 ya hacía cinco meses que éramos novios. Fue el 2002 cuando ya el noviazgo navegaba viento en poco y en plenitud de enamoramiento. Yo coladísima por José Carlos y totalmente ilusionada. El 2003 ya marzo casi alcanzaba al Cursillo de mayo, puerta de nuestra boda. Pero fue en el 2004 cuando sus padres quisieron que su santo coincidiera con la petición de mano como ya te he contado, mi querido Diario. Y nos casamos a las pocas semanas de celebrarlo. En el 2005 ya estábamos casado y hoy, 2006, que está a punto de nacer nuestro primer hijo y de ser “papás”. Cada día, cada minuto lo guardo en mis recuerdos queridos y en mi corazón desbordado de agradecimiento, sin olvidarlos un instante.
Vamos a comer a casa de sus padres y antes pasaremos la mañana juntos, para ir a misa, darle a Dios gracias por todo lo que tenemos que agradecerle, el conocernos, el enamorarnos, los dos años y ocho meses de nuestro maravilloso y sensible noviazgo. Te puedo decir, sin mentirte que he estado todo él en una nube de felicidad y de sensibilidad a tope. Mi corazón ha rebosado continuamente de ilusión y futuro compartido, y puedo jurar que he sentido su amor físicamente en cada partícula de mi cuerpo y en cada rincón de mi alma, con toda la pureza de los limpios de corazón de la que no solo no me avergüenzo como apocada y mentecata retrógrada sino que me enorgullece haberlo vivido en la amistad y gracia de Dios, ante El y ante los hombres.
Hemos sido fieles a nuestras almas y a nuestra fe, pero sobre todo hemos sido limpios a los ojos de Jesús, centro de nuestro noviazgo y de María, la Virgen pura y sin mancha, madre de Dios y nuestra, que tanto hizo por los novios de todos los tiempos, al hacernos primera manifestación pública del amor de Cristo, cuando “aún no había llegado su hora”, el día de las bodas de Caná. En unos tiempos en que los novios hablan poco de la sexualidad pero se regodean en su sexualidad como si bebieran un vaso e agua, nosotros dos, consiente y a veces con esfuerzos y sacrificios, renuncias y oración, hemos ido guardando la entrega total y sin reservas de nuestras personas, para que tuviera su plenitud tras el encuentro con Jesús en el Sacramento y la Alianza con Dios en el Amor.
Le agradeceremos el maravilloso Cursillo” vivido con José Carlos y con mis nuevos y entrañables amigos, que ha marcado para siempre nuestras vidas, en nuestra mente y convicciones, en nuestra escala de valores ante en mundo y “sus pompas”, en nuestro corazón y en el valor del tiempo y de la vida como servicio de amor a los hermanos para cumplir el mandato del Señor. “Un nuevo mandamiento os doy que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Y Carlos nos añadió “me amó”, individualmente, uno a uno, porque conoce a cada oveja por su nombre, “hasta la muerte y muerte de cruz”.
¡Cómo no caer de rodillas ante El para agradecerle el inefable e indeleble encuentro con El, el día de nuestra boda, presencia y encuentro con Jesús, y la Alianza con Dios, nosotros con Dios y Dios con nosotros del Sacramento del Matrimonio.
Sólo me queda agradecer a Dios la paternidad que vamos a compartir con El.
Por nuestro amor encarnado, fruto de la donación y la entrega vehemente y apasionada, el Espíritu de vida, Dios Espíritu Santo ha infundido ya desde el primer instante de la concepción en que el espermatozoide, bendito espermatozoide, ha fecundado al óvulo incrustado en las paredes de mi ovario, bendito óvulo, un alma humana y eterna, criatura de Dios, junta con el cuerpo humano llamada a ser un nuevo hijo de Dios, por el bautismo, ya del agua, ya del deseo y la buena voluntad, ya del fuego y el martirio, ya de la misericordia de Dios en sus designios insondables. (Lo leí en el Catecismo católico hablando del limbo como lugar solo de la especulación teológica pero nunca elevada a verdad de fe)
“Agimus tibi gratiam, proter magna gloriam team”. Me las copió Carlos del Gloria de la Misa cuando se rezaba en latín. Me dijo que era su oración favorita y la que más le llenaba el alma y el corazón, en ansias de Dios. Te damos gracias, Señor, por tu gran gloria. Porque eres Dios de Dios y luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Porque eres grande en tu gloria y riqueza, en tu misericordia y justicia, en tu engendrado no creado de la misma naturaleza que el Padre, y en el amor mutuo tan perfecto y divino que es tercera persona y Espíritu Santo, igual al Padre y al Hijo. Porque eres mi Dios grande, inmenso, inconmensurable, poderoso, amoroso, tierno, paternal con los hombres, amable con toda la creación, vida, amor, verdad, equilibrio, ecuanimidad, fortaleza, roca, escudo, salvación, liberación, redención, Mesías.
“Suma de todos los bienes”, dice mi madre que decía el catecismo que ella estudió, “sin mezcla de mal alguno”.
Así le gusta orar a José Carlos. Cuando rezamos juntos, a media voz para que nuestra oración entre en el alma del otro y juntas suban a Dios, quiere que todas nuestras necesidades queden solo en mano de su Providencia sin pedirle nada. Ana, vamos a intentar ser en manos de Dios sus florecillas del campo o sus aves del cielo. Dejar que El nos haga crecer en su amor y en amor a los demás y dejar que Él nos alimente. Vamos, sólo cuando recemos el Padre Nuestro, porque es voluntad y deseo suyo, a pedirle que nos de el pan nuestro de cada día. Pero no el de mañana y pasado y el de amontonar riquezas para tranquilizar nuestra alma en su inquietud de futuro.
Si vosotros siendo malo les dais pan a vuestros hijos cuando os lo piden, cómo Dios, siendo Padre, os va a dar una serpiente.
José Carlos y yo hemos hecho una opción por la pobreza cristiana dentro del matrimonio y la familia y por los pobres y por los más pobres entre los pobres, que otro día te contaré más despacio, mi inquieto y curiosón Diario.
El dice que ya somos muy ricos, incluso con los bienes materiales que ya tenemos, y que el corazón lo tenemos que tener muy despegado de ellos, cosa que cuesta mucho, muy son como la miel que enseguida se pegan.
Me he perdido escribiendo y alargado. En fin, luego iremos temprano a casa de mis padres a merendar y los que puedan del grupo vendrán a tomar una tortilla a nuestra casa y a brindar con una copa de champaña que a José Carlos le encanta y a mí todavía más.
Hemos invitado a Elena y Carlos pero tienen nietos en casa porque su hija que es azafata vuela y no tiene con quién dejar sus dos hijas.
Mañana te contaré como fue la merienda y la cena. Un beso.
Voy a volver a los temas que estábamos tratando sobre cómo crecer en el amor.
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05.- "Virginia, mi máquina expedidora de reproches"
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Mi Diario. Reunión del veinte y cinco de marzo de 2006. Sábado.
Qué hacer cuando tú me reprochas y reprochas.
Una manera necesaria e imprescindible de crecer en el amor a tu pareja es valorarla y darnos cuenta cuanto vale. Pero a veces como a Virginia, se le ponen unas orejeras tremendas en la cabeza que no le dejan ver más que los defectos, que como todo humano los tiene, del buenazo y paciente Bernabé.
Hete aquí la carta que nos sirvió de base para discutir el tema aunque está expresada más como “enemigo del amor” que en cómo crecer en éste.
Las preguntas y la reunión de grupo le dieron la vuelta.
Carta: De Bernabé.
Valorar al otro.
Querido Carlos: Virginia es una máquina expedidora de reproches. Una perfecta máquina de quejarse. Y cada vez más perfecta. Ahora, aún antes de llegar, no más acercarme ya se pone en marcha. No hace falta echarle monedas. Es automática.
Que si llego tarde a recogerla, esto antes del “hola y un beso”, que si estoy mal afeitado, que si esa camisa no está conjuntada con el pantalón o con el pulóver, que si los zapatos no está bien betunados, que si la correa es marrón y los pantalones azules, que si no me puse perfume, que si así no podemos ir a cenar con sus padres que nos han invitado en la casa del campo, pues tienen una preciosa finca más arriba de Santa Brígida.
Cuando se acaban las de la indumentaria empiezan las del trato, y luego las del trabajo, y luego las de las amigas, y las de los amigos míos o comunes, y las de los políticos, y las del Ayuntamiento, y la de los Curas, empezando por el señor Obispo, eso sí, con señor delante pero con destripe total, salvo el Papa, porque su madre le tiene mucho respeto y devoción con eso de que es de tras el telón de acero y salido de las catacumbas cristianas del Nerón comunista de su país.
Pero de todas ellas sólo yo soy el culpable. Yo no tengo gusto para el vestir, ni soy nada presumido, no me perfumo nunca, solo para ir a las Bodas, ni tengo tacto con la gente, amigos o amigas incluidos, “siempre” (porqué será que sus expresiones siempre van matizadas con el nunca, siempre, jamás, cada vez, ninguna vez.) siempre, digo, me dejo absorber como cualquier ejecutivo de hoy, “yuppie” creo que nos llamó, por el trabajo y los jefes, hasta altas horas de la noche y en las horas de fiestas, no tengo criterios políticos ni exijo mis derechos de ciudadano, no me he quejado al Ayuntamiento por haber puesto parking las aceras de nuestra calle, que entorpecen que puedan aparcar sus amigas cuando vienen a casa, a parlotear un rato o a jugar al bridge, ni al Obispo por dejar que los curas se suban al púlpito a meterse en todo lo social y político, destripando el pasado, el presente y el futuro. Incluso se queja de que no acepte ciertas modas, que me parecen ridículas y “capta bobas y cabecitas vacías”, por ser solo superficialidad en un mundo con terribles problemas de hambre e injusticia.
Soy “calamitas, calamitatis”, la calamidad de las calamidades.
Cuando era pequeña su madre le llamaba “mi niña quejita” y debe seguir siendo su niña quejita.
Yo creo que un cero a la izquierda vale más que yo y sinceramente me pregunto qué vio en mí para enamorarse tan locamente como dice que está de mí, o si lo suyo es masoquismo puro y duro.
Carlos, dime, tu que tienes confianza con ella y ella contigo, ¿en qué me valora? Pero ¿se ha molestado, al menos alguna vez, en valorarme al menos?
Yo le quiero con locura pero ¿podré sufrir eternamente sus quejas eternas o llegará un día que siendo superior a mí, no la podré sufrir por más tiempo y me quemará mi amor por ella?
Yo sé todo lo que vale Virginia en todos los aspectos, personal, física y moralmente, profesional, familiar y ayer como novia, y hoy como mujer, afectiva, cariñosa, sensual y sexualmente. Yo la valoro en mucho, en muchísimo, en el sumum. ¿No puede al menos de cuando en cuando ver que yo también tengo algo bueno por pequeño que sea que alabar y enaltecer?
Espero que me digas algo. Espero que nos ayudes, porque de verdad, de verdad, yo sé que nos queremos, que somos el uno para el otro y que podemos ser una pareja muy, pero que muy feliz, y bien avenida.
Un abrazo. Bernabé.
Preguntas:
1ª.- ¿En qué valoramos a nuestra pareja?
Nombra una lista de cosas positivas que vea en ella, siendo ecuánime y realista.
Son muchas, no lo dudes.
2º.- ¿Nos hemos molestado, al menos alguna vez, en valorar al otro en todo lo que vale?
O ¿Nunca te has sentado a pensar la riqueza que tienes junto a ti compartiendo tu vida?
3.- ¿por qué vemos con tanta facilidad lo que creemos y juzgamos “sus defectos” y nos cuesta tanto descubrir sus virtudes?
4º.- ¿Por qué descubrimos tantas virtudes en los demás, padres, amigos, hermanos, conocidos, y nos cuesta reconocerlas y admirarlas, valorarlas y amarlas en nuestro ser más querido marido o mujer?
5º.- Sí, le queremos con locura pero ¿podrá sufrir eternamente nuestras quejas o llegará un día que siendo superior a él/ella, no las podrá sufrir por más tiempo y se quemará su amor por mí?
6º.- Yo sé todo lo que vale mi pareja en todos los aspectos, personal, física y moralmente, profesional, familiar y ayer como novio/a, y hoy como marido/mujer, afectivo/a, cariñoso/a, sensual y sexualmente. Yo la valoro en mucho, en muchísimo, en el sumum. ¿No puede ella, mi pareja, al menos de cuando en cuando, ver que yo también tengo algo bueno por pequeño que sea que alabar y enaltecer?
7º.-¿qué otra pregunta te harías tu para interrogaros sobre el valorar al otro, y sin aspavientos ni tonterías, poderlo manifestar, comunicar, y trasmitir a mi pareja cariñosa y admirativamente?
Reunión de Grupo:
En la reunión de grupo yo salté como un rayo y retumbé como un trueno para decir que yo valoraba a José Carlos más que a nada en el mundo y que siempre creía que me había quedado corta en la valoración y que su peso en kilates era aún muy superior. Pero que jamás me había quedado ahí. Siempre mi corazón se había abierto plenamente hacia el Señor, par agradecerle lo que sin ningún merito mío me había donado.
Clara se confesó pecadora y muy pecadora. Nos confió y participó que era muy orgullosa y que ello le llevaba a pensar que nadie hacía las cosas tan bien y perfectas como ella, y que sus decisiones eran las mejores para cada cosa y para cada momento, sin duda alguna. Las mejores en gusto, orden, trato, tanto en la casa como fuera de ella y eso era lo que le había llevado a minusvalorar a Giorgio tantas veces en todo llevando la convivencia al límite de la ruptura por culpa de sus imposiciones y exigencias.
Perdón, Giorgio perdón, le dijo delante de todos sin ninguna vergüenza por nuestra presencia y con total humildad. No solo he ignorado y no visto tus valores y virtudes, tu paciencia y amor, sino que te he hecho sufrir mucho, muchísimo en el distanciamiento y casi en el desprecio. Te prometo que desde ahora siempre me fijaré en todo lo bueno que eres y tienes y sobretodo en el amor con que me has aguantado.
Jorge se levantó emocionado, muy emocionado, enormemente mocionado, casi lloroso.
Nada te tengo que perdonar, Clara, hazlo tu conmigo por no haberte comprendido bastante, por no haber sabido superar con amor los malos momentos de desamor.
Y si no los separamos con un fuerte aplauso que nos salió instintivo del alma aún están abrazados.
Qué te diré de los demás. Fue una cascada de “reconciliaciones” incluso de los que ya estaban muy reconciliados.
Conclusiones:
Tú vales, vales mucho, muchísimo para mí. Y tu mayor valor para mí, que veo con infinita claridad y agradezco con infinito cariño, es el amor con que me amas, la ternura con que me quieres y la entrega con que te das. Amor ternura y entrega que jamás podré valorar en todo lo que son, por ser inconmensurables. Infinitas porque están asentadas en Dios y sobrenaturalizadas, sin dejar de ser cien por cien naturales, por su gracia y amor.
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Mi Diario. Reunión del veinte y cinco de marzo de 2006. Sábado.
Qué hacer cuando tú me reprochas y reprochas.
Una manera necesaria e imprescindible de crecer en el amor a tu pareja es valorarla y darnos cuenta cuanto vale. Pero a veces como a Virginia, se le ponen unas orejeras tremendas en la cabeza que no le dejan ver más que los defectos, que como todo humano los tiene, del buenazo y paciente Bernabé.
Hete aquí la carta que nos sirvió de base para discutir el tema aunque está expresada más como “enemigo del amor” que en cómo crecer en éste.
Las preguntas y la reunión de grupo le dieron la vuelta.
Carta: De Bernabé.
Valorar al otro.
Querido Carlos: Virginia es una máquina expedidora de reproches. Una perfecta máquina de quejarse. Y cada vez más perfecta. Ahora, aún antes de llegar, no más acercarme ya se pone en marcha. No hace falta echarle monedas. Es automática.
Que si llego tarde a recogerla, esto antes del “hola y un beso”, que si estoy mal afeitado, que si esa camisa no está conjuntada con el pantalón o con el pulóver, que si los zapatos no está bien betunados, que si la correa es marrón y los pantalones azules, que si no me puse perfume, que si así no podemos ir a cenar con sus padres que nos han invitado en la casa del campo, pues tienen una preciosa finca más arriba de Santa Brígida.
Cuando se acaban las de la indumentaria empiezan las del trato, y luego las del trabajo, y luego las de las amigas, y las de los amigos míos o comunes, y las de los políticos, y las del Ayuntamiento, y la de los Curas, empezando por el señor Obispo, eso sí, con señor delante pero con destripe total, salvo el Papa, porque su madre le tiene mucho respeto y devoción con eso de que es de tras el telón de acero y salido de las catacumbas cristianas del Nerón comunista de su país.
Pero de todas ellas sólo yo soy el culpable. Yo no tengo gusto para el vestir, ni soy nada presumido, no me perfumo nunca, solo para ir a las Bodas, ni tengo tacto con la gente, amigos o amigas incluidos, “siempre” (porqué será que sus expresiones siempre van matizadas con el nunca, siempre, jamás, cada vez, ninguna vez.) siempre, digo, me dejo absorber como cualquier ejecutivo de hoy, “yuppie” creo que nos llamó, por el trabajo y los jefes, hasta altas horas de la noche y en las horas de fiestas, no tengo criterios políticos ni exijo mis derechos de ciudadano, no me he quejado al Ayuntamiento por haber puesto parking las aceras de nuestra calle, que entorpecen que puedan aparcar sus amigas cuando vienen a casa, a parlotear un rato o a jugar al bridge, ni al Obispo por dejar que los curas se suban al púlpito a meterse en todo lo social y político, destripando el pasado, el presente y el futuro. Incluso se queja de que no acepte ciertas modas, que me parecen ridículas y “capta bobas y cabecitas vacías”, por ser solo superficialidad en un mundo con terribles problemas de hambre e injusticia.
Soy “calamitas, calamitatis”, la calamidad de las calamidades.
Cuando era pequeña su madre le llamaba “mi niña quejita” y debe seguir siendo su niña quejita.
Yo creo que un cero a la izquierda vale más que yo y sinceramente me pregunto qué vio en mí para enamorarse tan locamente como dice que está de mí, o si lo suyo es masoquismo puro y duro.
Carlos, dime, tu que tienes confianza con ella y ella contigo, ¿en qué me valora? Pero ¿se ha molestado, al menos alguna vez, en valorarme al menos?
Yo le quiero con locura pero ¿podré sufrir eternamente sus quejas eternas o llegará un día que siendo superior a mí, no la podré sufrir por más tiempo y me quemará mi amor por ella?
Yo sé todo lo que vale Virginia en todos los aspectos, personal, física y moralmente, profesional, familiar y ayer como novia, y hoy como mujer, afectiva, cariñosa, sensual y sexualmente. Yo la valoro en mucho, en muchísimo, en el sumum. ¿No puede al menos de cuando en cuando ver que yo también tengo algo bueno por pequeño que sea que alabar y enaltecer?
Espero que me digas algo. Espero que nos ayudes, porque de verdad, de verdad, yo sé que nos queremos, que somos el uno para el otro y que podemos ser una pareja muy, pero que muy feliz, y bien avenida.
Un abrazo. Bernabé.
Preguntas:
1ª.- ¿En qué valoramos a nuestra pareja?
Nombra una lista de cosas positivas que vea en ella, siendo ecuánime y realista.
Son muchas, no lo dudes.
2º.- ¿Nos hemos molestado, al menos alguna vez, en valorar al otro en todo lo que vale?
O ¿Nunca te has sentado a pensar la riqueza que tienes junto a ti compartiendo tu vida?
3.- ¿por qué vemos con tanta facilidad lo que creemos y juzgamos “sus defectos” y nos cuesta tanto descubrir sus virtudes?
4º.- ¿Por qué descubrimos tantas virtudes en los demás, padres, amigos, hermanos, conocidos, y nos cuesta reconocerlas y admirarlas, valorarlas y amarlas en nuestro ser más querido marido o mujer?
5º.- Sí, le queremos con locura pero ¿podrá sufrir eternamente nuestras quejas o llegará un día que siendo superior a él/ella, no las podrá sufrir por más tiempo y se quemará su amor por mí?
6º.- Yo sé todo lo que vale mi pareja en todos los aspectos, personal, física y moralmente, profesional, familiar y ayer como novio/a, y hoy como marido/mujer, afectivo/a, cariñoso/a, sensual y sexualmente. Yo la valoro en mucho, en muchísimo, en el sumum. ¿No puede ella, mi pareja, al menos de cuando en cuando, ver que yo también tengo algo bueno por pequeño que sea que alabar y enaltecer?
7º.-¿qué otra pregunta te harías tu para interrogaros sobre el valorar al otro, y sin aspavientos ni tonterías, poderlo manifestar, comunicar, y trasmitir a mi pareja cariñosa y admirativamente?
Reunión de Grupo:
En la reunión de grupo yo salté como un rayo y retumbé como un trueno para decir que yo valoraba a José Carlos más que a nada en el mundo y que siempre creía que me había quedado corta en la valoración y que su peso en kilates era aún muy superior. Pero que jamás me había quedado ahí. Siempre mi corazón se había abierto plenamente hacia el Señor, par agradecerle lo que sin ningún merito mío me había donado.
Clara se confesó pecadora y muy pecadora. Nos confió y participó que era muy orgullosa y que ello le llevaba a pensar que nadie hacía las cosas tan bien y perfectas como ella, y que sus decisiones eran las mejores para cada cosa y para cada momento, sin duda alguna. Las mejores en gusto, orden, trato, tanto en la casa como fuera de ella y eso era lo que le había llevado a minusvalorar a Giorgio tantas veces en todo llevando la convivencia al límite de la ruptura por culpa de sus imposiciones y exigencias.
Perdón, Giorgio perdón, le dijo delante de todos sin ninguna vergüenza por nuestra presencia y con total humildad. No solo he ignorado y no visto tus valores y virtudes, tu paciencia y amor, sino que te he hecho sufrir mucho, muchísimo en el distanciamiento y casi en el desprecio. Te prometo que desde ahora siempre me fijaré en todo lo bueno que eres y tienes y sobretodo en el amor con que me has aguantado.
Jorge se levantó emocionado, muy emocionado, enormemente mocionado, casi lloroso.
Nada te tengo que perdonar, Clara, hazlo tu conmigo por no haberte comprendido bastante, por no haber sabido superar con amor los malos momentos de desamor.
Y si no los separamos con un fuerte aplauso que nos salió instintivo del alma aún están abrazados.
Qué te diré de los demás. Fue una cascada de “reconciliaciones” incluso de los que ya estaban muy reconciliados.
Conclusiones:
Tú vales, vales mucho, muchísimo para mí. Y tu mayor valor para mí, que veo con infinita claridad y agradezco con infinito cariño, es el amor con que me amas, la ternura con que me quieres y la entrega con que te das. Amor ternura y entrega que jamás podré valorar en todo lo que son, por ser inconmensurables. Infinitas porque están asentadas en Dios y sobrenaturalizadas, sin dejar de ser cien por cien naturales, por su gracia y amor.
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06.- "Dios mío, dáme paciencia conmigo mismo y átame corto"
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CRECER EN EL AMOR.
II.- ACEPTARNOS.
Aceptarnos como somos.
ACEPTAR A LOS DEMAS COMO SON.
Mi Diario. Reunión del ocho de abril de 2006. Sábado.
Reunión de Grupo. (Con tema y con preguntas incluidas)
Hoy hemos entrado en la Reunión de Grupo sin tema previo por medio de una carta de las que os dan Carlos y Elena ni siquiera unas preguntas previas sobre el tema. Sólo en la reunión anterior fijamos que dentro del apartado “Aceptarnos” dialogaríamos, iba a poner discutiríamos y me he tenido que corregir a mi misma por respeto a mí misma y a los demás del grupo, sobe como tenemos que compartir, disentir, consentir y asentir y coincidir, dialogar, digo, sobre “Aceptarnos” y aceptarnos a nosotros mismos como somos. Después habláramos de cómo aceptar a los demás como son, sin intentar cambiarlos, pero ayudándoles en aquello que deba ser cambiado por ellos mismos y no desde fuera ni desde la presión externa, - eso queda para la educación de los hijos por sus propios padres, dentro de unos límites razonables y de una edad apropiada, luego no, y por fin entraríamos en la aceptación de nuestra propia pareja.
El proceso pues es bien simple y progresivo. Conocer, valorar y aceptar. Conocer con equidad y justicia, valorar lo conocido, para poder aceptar lo valorado, y aceptado compartir y convivir en el respeto, la ayuda y el amor.
Aceptarnos a nosotros mismos pude ser, dijo Giorgio, o muy fácil o muy difícil. Los autocomplacientes se lo consienten todo, se lo disculpan todo, se lo perdonan todo cuando no ven más allá de sus narices y se ven así mismo dechados de virtudes y perfecciones, insuperables por ningún igual, que ya desde enojes quedan muy por debajo.
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CRECER EN EL AMOR.
II.- ACEPTARNOS.
Aceptarnos como somos.
ACEPTAR A LOS DEMAS COMO SON.
Mi Diario. Reunión del ocho de abril de 2006. Sábado.
Reunión de Grupo. (Con tema y con preguntas incluidas)
Hoy hemos entrado en la Reunión de Grupo sin tema previo por medio de una carta de las que os dan Carlos y Elena ni siquiera unas preguntas previas sobre el tema. Sólo en la reunión anterior fijamos que dentro del apartado “Aceptarnos” dialogaríamos, iba a poner discutiríamos y me he tenido que corregir a mi misma por respeto a mí misma y a los demás del grupo, sobe como tenemos que compartir, disentir, consentir y asentir y coincidir, dialogar, digo, sobre “Aceptarnos” y aceptarnos a nosotros mismos como somos. Después habláramos de cómo aceptar a los demás como son, sin intentar cambiarlos, pero ayudándoles en aquello que deba ser cambiado por ellos mismos y no desde fuera ni desde la presión externa, - eso queda para la educación de los hijos por sus propios padres, dentro de unos límites razonables y de una edad apropiada, luego no, y por fin entraríamos en la aceptación de nuestra propia pareja.
El proceso pues es bien simple y progresivo. Conocer, valorar y aceptar. Conocer con equidad y justicia, valorar lo conocido, para poder aceptar lo valorado, y aceptado compartir y convivir en el respeto, la ayuda y el amor.
Aceptarnos a nosotros mismos pude ser, dijo Giorgio, o muy fácil o muy difícil. Los autocomplacientes se lo consienten todo, se lo disculpan todo, se lo perdonan todo cuando no ven más allá de sus narices y se ven así mismo dechados de virtudes y perfecciones, insuperables por ningún igual, que ya desde enojes quedan muy por debajo.
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07.- "¿Porqué me enamoré de tí?"
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III.- ENAMORARNOS.
FIN DE SEMANA EN LAS DOMINICAS.
Retiro sobre el Amor.
Se entra el 14 de abril de 2006 por la noche.
Retiro el día 15 de abril de 2006.sábado.
Retiro el día 16 de abril de 2006. Domingo.
Salida por la tarde, tras la Misa.
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Mi Diario a catorce de abril de 2006. Viernes.
Voy a contarte sin pelos en la lengua, por qué me enamoré de José Carlos. Y para decirlo con verdad y pronto te diré que no lo sé. Tantas cosas y tantos detalles, esa manera de ser, de pensar, de sentir, de amar, de convivir, de vivir, de obrar, de ser hijo, nieto, amigo, novio, amante, en el verdadero sentido de amante, del que ama y ama de verdad en la verdad del amor, amigo, compañero, estudiante, trabajador, ayudador en casa, servicial con todos, delicado con el prójimo, sensible al sufrimiento, a la pobreza y a los pobres, a los emigrantes, a los niños, a los ancianos, a los desvalidos, creo José Carlos que nunca terminará de nombrar y nombrar cualidades tuyas que he ido viendo y absorbiendo desde que te conocí y con más intensidad desde que nos hicimos novios y desde que nos casamos.
Dicen que la convivencia es difícil en el matrimonio porque cada uno somos hijos de nuestro padre y nuestra madre, tenemos nuestras costumbres y hasta nuestras manías, estamos atávicamente aferrados a nuestra forma de pensar y de comportarnos y no queremos ni movernos ni ser desalojados de nuestra manera de ser.
Tengo que decirte, mi querido Diario, que para mí José Carlos ha sido el novio perfecto y es hoy el marido ideal. ¿Qué es porque estoy enamorada, enamoradísima de él y tan cegada que no veo lo que no quiero ver?
He hecho muchas veces el esfuerzo de salir de mi misma y de intentar verle desde fuera. Y es tan igual al de dentro que son la misma cosa. Pero así e ven mis padres, los suyos, nuestro amigos, sus compañeros de trabajo, sus jefes, sus inferiores todos en la escala de la oficina, desde la limpiadora al botones, que me lo alaban cuando no tienen por qué, y en el día a día, en la convivencia tanto serena como íntima y apasionada, su delicadeza, su finura, su tacto, su amor y cariño, es tan sencillo , natural y entrañable, sin afectación alguna, nacido de su más que noble corazón, que me quedo maravillada y anonadada de por qué el Señor me regalo inconmensurable regalo. Aún cuando discrepa de lo que se le dice, aún cuando alguien ataca virulentamente sus criterios y principios, aún cuando se e oponen con maldad a la bondad de sus actos, permanece inalterable, ecuánime, sereno, dueño de sí mismo y responde con convicción pero sin acritud y con un profundo respeto a las diferencias y discrepancias, sin ridiculizar al otro aunque su postura sea ridícula, sin ofender ni menospreciar, sin romper la paz y la concordia.
Nunca jamás me ha llevado la contraria ni ha intentado imponer su voluntad sobre la mía. Con cariño me ha dicho, Ana, yo no pienso así, pienso… pero claro, puedo estar equivocado. Pensaré mucho en lo que me has dicho. Con todo te ruego que tengas paciencia y respete mi forma de pensar u obrar, que estoy dispuesto a cambiar o a suspender mientras te hieran o disgusten.
José Carlos es un primor. Es una rara avis, es un mirlo blanco. Yo no sé, pero mi corazón sí sabe muy bien, porqué, José Carlos, me enamoré de ti.
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III.- ENAMORARNOS.
FIN DE SEMANA EN LAS DOMINICAS.
Retiro sobre el Amor.
Se entra el 14 de abril de 2006 por la noche.
Retiro el día 15 de abril de 2006.sábado.
Retiro el día 16 de abril de 2006. Domingo.
Salida por la tarde, tras la Misa.
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Mi Diario a catorce de abril de 2006. Viernes.
Voy a contarte sin pelos en la lengua, por qué me enamoré de José Carlos. Y para decirlo con verdad y pronto te diré que no lo sé. Tantas cosas y tantos detalles, esa manera de ser, de pensar, de sentir, de amar, de convivir, de vivir, de obrar, de ser hijo, nieto, amigo, novio, amante, en el verdadero sentido de amante, del que ama y ama de verdad en la verdad del amor, amigo, compañero, estudiante, trabajador, ayudador en casa, servicial con todos, delicado con el prójimo, sensible al sufrimiento, a la pobreza y a los pobres, a los emigrantes, a los niños, a los ancianos, a los desvalidos, creo José Carlos que nunca terminará de nombrar y nombrar cualidades tuyas que he ido viendo y absorbiendo desde que te conocí y con más intensidad desde que nos hicimos novios y desde que nos casamos.
Dicen que la convivencia es difícil en el matrimonio porque cada uno somos hijos de nuestro padre y nuestra madre, tenemos nuestras costumbres y hasta nuestras manías, estamos atávicamente aferrados a nuestra forma de pensar y de comportarnos y no queremos ni movernos ni ser desalojados de nuestra manera de ser.
Tengo que decirte, mi querido Diario, que para mí José Carlos ha sido el novio perfecto y es hoy el marido ideal. ¿Qué es porque estoy enamorada, enamoradísima de él y tan cegada que no veo lo que no quiero ver?
He hecho muchas veces el esfuerzo de salir de mi misma y de intentar verle desde fuera. Y es tan igual al de dentro que son la misma cosa. Pero así e ven mis padres, los suyos, nuestro amigos, sus compañeros de trabajo, sus jefes, sus inferiores todos en la escala de la oficina, desde la limpiadora al botones, que me lo alaban cuando no tienen por qué, y en el día a día, en la convivencia tanto serena como íntima y apasionada, su delicadeza, su finura, su tacto, su amor y cariño, es tan sencillo , natural y entrañable, sin afectación alguna, nacido de su más que noble corazón, que me quedo maravillada y anonadada de por qué el Señor me regalo inconmensurable regalo. Aún cuando discrepa de lo que se le dice, aún cuando alguien ataca virulentamente sus criterios y principios, aún cuando se e oponen con maldad a la bondad de sus actos, permanece inalterable, ecuánime, sereno, dueño de sí mismo y responde con convicción pero sin acritud y con un profundo respeto a las diferencias y discrepancias, sin ridiculizar al otro aunque su postura sea ridícula, sin ofender ni menospreciar, sin romper la paz y la concordia.
Nunca jamás me ha llevado la contraria ni ha intentado imponer su voluntad sobre la mía. Con cariño me ha dicho, Ana, yo no pienso así, pienso… pero claro, puedo estar equivocado. Pensaré mucho en lo que me has dicho. Con todo te ruego que tengas paciencia y respete mi forma de pensar u obrar, que estoy dispuesto a cambiar o a suspender mientras te hieran o disgusten.
José Carlos es un primor. Es una rara avis, es un mirlo blanco. Yo no sé, pero mi corazón sí sabe muy bien, porqué, José Carlos, me enamoré de ti.
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08.- "El amor creciente. El hogar en nuestro compartido corazón"
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Mi Diario a quince de abril de 2006. Sábado media mañana.
Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana.
El amor creciente.
Hoy, mi querido y amado diario te voy a confiar un secreto muy, pero que muy grande. Estoy profundamente, tiernamente, inmensamente, completamente, absolutamente, totalmente, entrañablemente, sensiblemente, ¿lo has comprendido ya?, hasta lo más profundo de mi corazón y de mi alma de mi adorado José Carlos. Creo que no hay un pedacito de mi cuerpo o de mi alma que no lo quiera con locura, que no lo ame con serenidad y con pasión al mismo tiempo, y en tiempos sucesivos. Me entiendes, ¿verdad? Enamorada hasta los tuétanos.
Ha sido y así se lo digo muchas veces al Señor al comulgar y en mi última oración antes de dormir el mejor regalo que me ha hecho Dios, el detalle más grande que ha tenido conmigo.
No, no me digas que me he vuelto loca o que he perdido el sentido profundo de mi mente y mi corazón cristianos. Que el mayor regalo es la vida y la VIDA, el ser criatura de Dios, criatura amada por Dios, - la vida- y ser hija de Dios, LA VIDA, la Gracia. Hija amada de Dios y por Dios.
No, porque José Carlos se integra tan perfectamente dentro de mi vida, de toda mi vida, de toda mi persona, que cuando amo a José Carlos sé que también y en él estoy amando Dios. Y sin mezclarse, ni confundirse, cada uno en su esfera, es el mismo amor y en mismo enamoramiento. Que cuando le agradezco a Dios su gran regalo, José Carlos, le estoy agradeciendo también la vida y la VIDA.
Y que mi vida ya no tiene sentido sin José Carlos como no la tendría sin Dios. Ningún sentido.
Le miro sin que él se de cuenta y se me derrite el corazón y la mirada, casi se me empañan los ojos en lágrimas de alegría y se me enternece el corazón casi derritiéndose en su amor.
No, aunque yo sé que no es el más guapo de todos los hombres, a mi me lo parece. Aunque yo se que no es más inteligente, ni quizás el más elegante, el más bondadoso, a mi me lo parece. Bueno, el más tierno, cariñoso, atento, amable, paciente, detallista y enamorado, eso si que es el que más. No hay otro igual. Lo sé. Y veo que mi cariño y mi amor por él se acrecientan cada día.
Disfruto enormemente de estar a su lado, tanto cuando callamos los dos, pero sentimos “su presencia” a nuestro lado, como cuando dialogamos distendidamente, pues es un conversador ameno y cordial, que creo sabe más de escuchar que de hablar, aunque cuando habla dice siempre la palabra adecuado, cariñosa y afable, sin que hiera aún cuando sin levarte la contraria no sea de tu opinión.
Una de las cosas más maravillosa para mí es pasear o ir tranquilamente de la mano. La siento cálida, tierna y delicada en la mía, protectora, envolviéndomela en la suya, envolviéndome toda, apretándomela suavemente de cuando en cuando, con tres apretoncitos pequeños que significan, “te quiero”, “te quiero” y “te quiero” y que yo devuelvo con oros tres, “y yo a tI”, “y yo a ti”, “y a ti también inmensamente.
Otras veces me dice al oído palabras tan cariñosas, tan tiernas, tan enamorada, susurrándome amor, que me derrito toda. Como decía Mónica con su deje canario, “me privo toda”.
Otras veces, por ejemplo cuando estamos en el sofá viendo alguna buena película, a los dos nos gusta mucho el cine, me acurruco dentro de sus brazos y de su regazo, pues su hueco está hecho exactamente para que mi cuerpo y también mi amor, lo rellenen.
No te puedo contar porque me pondría totalmente colorada cómo es en la intimidad. Bueno, tú ya me entiendes.
Hoy muchas amigas mía me dicen “está buenísimo en la cama”. Me parece que con esta expresión se refieren, como cuando dicen “está como un tren”, al disfrute, al placer sexual y sensual de que son receptoras, que a veces parece que le arrancan el uno al otro, o se dan pensando y buscando solo su propio placer. No saben que se pierden lo mejor de la sexualidad plenamente humana, la entrega, la donación total, cuerpo y alma, del uno al otro, que no le quita ni disminuye en nada a la carnal y corporal, a la sexual física, sino que la sublima la lleva al goce el máximo gozo, el saber que todo aquello que eleva a tu cuerpo a la sima del placer sexual y sensual, corporal, hasta la última partícula de tu cuerpo, hasta el éxtasis del orgasmo, es fruto de la donación, entrega y búsqueda consiente de que llegues a ello, por la persona más amada y querida en exclusividad sexual por ti y que tu te estás dando totalmente e igualmente a tu amado, buscando su máximo placer sexual y su máximo gozo espiritual, que te llena en plenitud tus sentimientos, tus anhelos, tu alma, las entrañas de tu ser y tu persona completa, al descubrirlo y encontrarlo todo en tu entrega y amor.
Recuerdo aún, con un poco de envidia cuando lo contaron, el testimonio de Tomás de cómo le ama María en la intimidad, que se hace todo amante para darle totalmente el placer ofrecido y entregado por su cuerpo a su amado, Tomás, y cómo Mónica lo refrendó con el amor totalmente entregado de Francisco Javier que a veces, porque el amor es un círculo perfecto en que cada uno es un semicírculo que se cierra en la perfección de la mutua entrega, se vuelca totalmente sobre ella, y no se refería a la postura física sino a la entrega personal, buscando que llegue a la plenitud del amor humano, físico en el placer, espiritual en el gozo. Fue, lo recuerdo muy bien, cuando tratamos la definición de amor, en que siempre hay que buscar el bien del amado. “Y yo para mi amado”. Entonces ellos estaban ya casados y nosotros dos esperábamos ansiosamente en momento de la entrega total, sí también carnal, por qué negarlo si es una parte también esencial en la pareja humana y en el sacramento divino, porque Dios os llamaba al amor por la vocación matrimonial y esta también es una llamada a a la plenitud del sexo. Desde novios deseamos ardientemente este encuentro total de consumación del amor y del sacramento y lo guardamos celosamente, como don mutuo y a Dios, para el Matrimonio cristiano. Hoy, ya casados, ya esperando el fruto maravilloso y vivo de un hijo, te puedo contar, con un poco de vergüenza aún pero sin envidia alguna
En cuanto a mí y a José Carlos también te la contaré y te diré que José Carlos es como son María y Francisco Javier. A veces en la intimidad de nuestro amor, por favor no lo cuentes ni en el grupo pues me muero de rubor y pudor, siento la punta de sus dedos y sus manos no buscando su goce sino deseando llenarme el mío de placer en todos los rincones de mi piel y de mi cuerpo, de mi carne y de mis deseos. Siento su cuerpo entregado solo a darme felicidad. Y sus caricias y su vehemencia buscando solo no ya despertar la mía que está a mil despierta, sino al llenarse de mí, que yo quede plenamente llena de él. Después, cuando mi pasión ha sido plenamente satisfecha, se queda acariciándome suavemente, sencillamente, confiadamente, o me aprieta cariñosamente la mano, para que mientras yo aterrizo, él lo hizo rápidamente tras la culminación y punto álgido de la unión, no me quede vacía y desamparada, sino amada, querida y siga sintiendo su agradecimiento y su felicidad por mí en cada rincón de mi corazón y de mis entrañas. Sí, mi querido Diario. Sí, mi amado es para mí, PERO YO SOY TOTALMENTE PARA MI AMADO. Te afirmé antes, más arriba, que no iba a decir todo esto. No quería decírtelo. Y no te quería decir, porque me da un poco o un mucho de pudor y vergüenza. Pero ahora que lo escrito, escrito está, me alegro grandemente porque así me queda más claro que todo ello es parte de José Carlos, como el gran regalo de Dios.
Y este maravilloso regalo se cierra en un círculo perfecto al saber, en el sentido de tener la sabiduría, de saborear con toda el alma y toda mi persona, que él está igualmente enamorado de mí, que yo soy para José Carlos, el más hermoso regalo d Dios.
Post-Data: Me ha pedido Carlos, al que con el permiso de José Carlos, le he dejado leer mi Diario y se lo vuelvo a dejar cuando tenemos esas charlas entrañables y confiadas con él, los dos, José Carlos y yo, cada tiempo, en que le descubrimos sin en mínimo tapujo nuestras almas, y sus palabras, cariñosas, afables, comedidas, discretas, orientan nuestras vidas, confirman nuestro camino hacia el Padre, elevan nuestro amor a Jesucristo y se enternecen en amor a María, la madre de Jesús y madre nuestra, con el talante y la entrañable ternura con que él nos habla de Ella, - nunca pensé que pudiera desnudar mi alma con tanto pudor pero tanta sinceridad como lo hago en estas reuniones de los tres, a veces paseando, a veces en algún lugar frente al mar o los montes, - me ha pedido, digo, que le deje copiar esta página, resumida y comprimida quizás, de mi diario para tomarla como base de reunión del grupo al tocar el tema de enamorarnos. Lo presentará como una carta de una chica de otro grupo y de otro cursillo y tiempo cambiando los nombres y situándolo en otras fechas.
Me ha dado mucha vergüenza, pensando que cuando discutamos el tema y opinen Mónica, Isabela, Magdalena, María o Chiara sobre “Joana y Jorge” estarán opinando sobre José Carlos y Ana. Al final le he dicho que sí, pero que no sé si a esa reunión no voy a poder ir “por estar muy constipada y con gripe”. Se ha reído y me ha dado un beso bondadoso en la mejilla.
Cuestionario:
¿Estoy enamorado/a?
¿Cuáles son los signos o señales de ese enamoramiento?
Aquí hay que ser muy sincero y buscar muy bien.
¿Cómo empezó este enamoramiento?
¿Fue una atracción física solamente?
¿Se produjo de flechazo o fue un enamoramiento progresivo a través del trato?
¿No me había dado cuenta y estaba enamorado de el/ella desde siempre?
¿Descubrí su amor, poco a poco o de golpe un día, en la forma de mirarme y de sonreírme cuando me hablaba?
¿Mi amor ha ido aumentando con los días?
¿Siento a todas horas deseo de estar junto a ella/el y se me viene al pensamiento casi de continua?
Señales que se dieron:
Creo que las señales de ese amor están plenamente contadas ya en lo que te he contado, querido Diario, y te diré que cuando lo pienso debió ser un flechazo inmenso y lacerante pues cuando me recuerdo en la boda de Lorena bailando en sus bazos me recuerdo ya locamente enamorada. Creo que estaba enamorada de aquel chico “ideal en mi mente”, idealizado en mi corazón, que había fabricado sobe la imagen de ese José Carlos casi desconocido al habernos cruzados en alguna fiesta y aún sin presentarnos ni hablar se habría clavado en mi subconsciente como la imagen del amor ideal de mi vida.
Pero si algo hoy debo decirte como señal de ese amor es su capacidad de entrega, de serenidad, y su capacidad de callado sacrificio.
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Mi Diario a quince de abril de 2006. Sábado media mañana.
Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana.
El amor creciente.
Hoy, mi querido y amado diario te voy a confiar un secreto muy, pero que muy grande. Estoy profundamente, tiernamente, inmensamente, completamente, absolutamente, totalmente, entrañablemente, sensiblemente, ¿lo has comprendido ya?, hasta lo más profundo de mi corazón y de mi alma de mi adorado José Carlos. Creo que no hay un pedacito de mi cuerpo o de mi alma que no lo quiera con locura, que no lo ame con serenidad y con pasión al mismo tiempo, y en tiempos sucesivos. Me entiendes, ¿verdad? Enamorada hasta los tuétanos.
Ha sido y así se lo digo muchas veces al Señor al comulgar y en mi última oración antes de dormir el mejor regalo que me ha hecho Dios, el detalle más grande que ha tenido conmigo.
No, no me digas que me he vuelto loca o que he perdido el sentido profundo de mi mente y mi corazón cristianos. Que el mayor regalo es la vida y la VIDA, el ser criatura de Dios, criatura amada por Dios, - la vida- y ser hija de Dios, LA VIDA, la Gracia. Hija amada de Dios y por Dios.
No, porque José Carlos se integra tan perfectamente dentro de mi vida, de toda mi vida, de toda mi persona, que cuando amo a José Carlos sé que también y en él estoy amando Dios. Y sin mezclarse, ni confundirse, cada uno en su esfera, es el mismo amor y en mismo enamoramiento. Que cuando le agradezco a Dios su gran regalo, José Carlos, le estoy agradeciendo también la vida y la VIDA.
Y que mi vida ya no tiene sentido sin José Carlos como no la tendría sin Dios. Ningún sentido.
Le miro sin que él se de cuenta y se me derrite el corazón y la mirada, casi se me empañan los ojos en lágrimas de alegría y se me enternece el corazón casi derritiéndose en su amor.
No, aunque yo sé que no es el más guapo de todos los hombres, a mi me lo parece. Aunque yo se que no es más inteligente, ni quizás el más elegante, el más bondadoso, a mi me lo parece. Bueno, el más tierno, cariñoso, atento, amable, paciente, detallista y enamorado, eso si que es el que más. No hay otro igual. Lo sé. Y veo que mi cariño y mi amor por él se acrecientan cada día.
Disfruto enormemente de estar a su lado, tanto cuando callamos los dos, pero sentimos “su presencia” a nuestro lado, como cuando dialogamos distendidamente, pues es un conversador ameno y cordial, que creo sabe más de escuchar que de hablar, aunque cuando habla dice siempre la palabra adecuado, cariñosa y afable, sin que hiera aún cuando sin levarte la contraria no sea de tu opinión.
Una de las cosas más maravillosa para mí es pasear o ir tranquilamente de la mano. La siento cálida, tierna y delicada en la mía, protectora, envolviéndomela en la suya, envolviéndome toda, apretándomela suavemente de cuando en cuando, con tres apretoncitos pequeños que significan, “te quiero”, “te quiero” y “te quiero” y que yo devuelvo con oros tres, “y yo a tI”, “y yo a ti”, “y a ti también inmensamente.
Otras veces me dice al oído palabras tan cariñosas, tan tiernas, tan enamorada, susurrándome amor, que me derrito toda. Como decía Mónica con su deje canario, “me privo toda”.
Otras veces, por ejemplo cuando estamos en el sofá viendo alguna buena película, a los dos nos gusta mucho el cine, me acurruco dentro de sus brazos y de su regazo, pues su hueco está hecho exactamente para que mi cuerpo y también mi amor, lo rellenen.
No te puedo contar porque me pondría totalmente colorada cómo es en la intimidad. Bueno, tú ya me entiendes.
Hoy muchas amigas mía me dicen “está buenísimo en la cama”. Me parece que con esta expresión se refieren, como cuando dicen “está como un tren”, al disfrute, al placer sexual y sensual de que son receptoras, que a veces parece que le arrancan el uno al otro, o se dan pensando y buscando solo su propio placer. No saben que se pierden lo mejor de la sexualidad plenamente humana, la entrega, la donación total, cuerpo y alma, del uno al otro, que no le quita ni disminuye en nada a la carnal y corporal, a la sexual física, sino que la sublima la lleva al goce el máximo gozo, el saber que todo aquello que eleva a tu cuerpo a la sima del placer sexual y sensual, corporal, hasta la última partícula de tu cuerpo, hasta el éxtasis del orgasmo, es fruto de la donación, entrega y búsqueda consiente de que llegues a ello, por la persona más amada y querida en exclusividad sexual por ti y que tu te estás dando totalmente e igualmente a tu amado, buscando su máximo placer sexual y su máximo gozo espiritual, que te llena en plenitud tus sentimientos, tus anhelos, tu alma, las entrañas de tu ser y tu persona completa, al descubrirlo y encontrarlo todo en tu entrega y amor.
Recuerdo aún, con un poco de envidia cuando lo contaron, el testimonio de Tomás de cómo le ama María en la intimidad, que se hace todo amante para darle totalmente el placer ofrecido y entregado por su cuerpo a su amado, Tomás, y cómo Mónica lo refrendó con el amor totalmente entregado de Francisco Javier que a veces, porque el amor es un círculo perfecto en que cada uno es un semicírculo que se cierra en la perfección de la mutua entrega, se vuelca totalmente sobre ella, y no se refería a la postura física sino a la entrega personal, buscando que llegue a la plenitud del amor humano, físico en el placer, espiritual en el gozo. Fue, lo recuerdo muy bien, cuando tratamos la definición de amor, en que siempre hay que buscar el bien del amado. “Y yo para mi amado”. Entonces ellos estaban ya casados y nosotros dos esperábamos ansiosamente en momento de la entrega total, sí también carnal, por qué negarlo si es una parte también esencial en la pareja humana y en el sacramento divino, porque Dios os llamaba al amor por la vocación matrimonial y esta también es una llamada a a la plenitud del sexo. Desde novios deseamos ardientemente este encuentro total de consumación del amor y del sacramento y lo guardamos celosamente, como don mutuo y a Dios, para el Matrimonio cristiano. Hoy, ya casados, ya esperando el fruto maravilloso y vivo de un hijo, te puedo contar, con un poco de vergüenza aún pero sin envidia alguna
En cuanto a mí y a José Carlos también te la contaré y te diré que José Carlos es como son María y Francisco Javier. A veces en la intimidad de nuestro amor, por favor no lo cuentes ni en el grupo pues me muero de rubor y pudor, siento la punta de sus dedos y sus manos no buscando su goce sino deseando llenarme el mío de placer en todos los rincones de mi piel y de mi cuerpo, de mi carne y de mis deseos. Siento su cuerpo entregado solo a darme felicidad. Y sus caricias y su vehemencia buscando solo no ya despertar la mía que está a mil despierta, sino al llenarse de mí, que yo quede plenamente llena de él. Después, cuando mi pasión ha sido plenamente satisfecha, se queda acariciándome suavemente, sencillamente, confiadamente, o me aprieta cariñosamente la mano, para que mientras yo aterrizo, él lo hizo rápidamente tras la culminación y punto álgido de la unión, no me quede vacía y desamparada, sino amada, querida y siga sintiendo su agradecimiento y su felicidad por mí en cada rincón de mi corazón y de mis entrañas. Sí, mi querido Diario. Sí, mi amado es para mí, PERO YO SOY TOTALMENTE PARA MI AMADO. Te afirmé antes, más arriba, que no iba a decir todo esto. No quería decírtelo. Y no te quería decir, porque me da un poco o un mucho de pudor y vergüenza. Pero ahora que lo escrito, escrito está, me alegro grandemente porque así me queda más claro que todo ello es parte de José Carlos, como el gran regalo de Dios.
Y este maravilloso regalo se cierra en un círculo perfecto al saber, en el sentido de tener la sabiduría, de saborear con toda el alma y toda mi persona, que él está igualmente enamorado de mí, que yo soy para José Carlos, el más hermoso regalo d Dios.
Post-Data: Me ha pedido Carlos, al que con el permiso de José Carlos, le he dejado leer mi Diario y se lo vuelvo a dejar cuando tenemos esas charlas entrañables y confiadas con él, los dos, José Carlos y yo, cada tiempo, en que le descubrimos sin en mínimo tapujo nuestras almas, y sus palabras, cariñosas, afables, comedidas, discretas, orientan nuestras vidas, confirman nuestro camino hacia el Padre, elevan nuestro amor a Jesucristo y se enternecen en amor a María, la madre de Jesús y madre nuestra, con el talante y la entrañable ternura con que él nos habla de Ella, - nunca pensé que pudiera desnudar mi alma con tanto pudor pero tanta sinceridad como lo hago en estas reuniones de los tres, a veces paseando, a veces en algún lugar frente al mar o los montes, - me ha pedido, digo, que le deje copiar esta página, resumida y comprimida quizás, de mi diario para tomarla como base de reunión del grupo al tocar el tema de enamorarnos. Lo presentará como una carta de una chica de otro grupo y de otro cursillo y tiempo cambiando los nombres y situándolo en otras fechas.
Me ha dado mucha vergüenza, pensando que cuando discutamos el tema y opinen Mónica, Isabela, Magdalena, María o Chiara sobre “Joana y Jorge” estarán opinando sobre José Carlos y Ana. Al final le he dicho que sí, pero que no sé si a esa reunión no voy a poder ir “por estar muy constipada y con gripe”. Se ha reído y me ha dado un beso bondadoso en la mejilla.
Cuestionario:
¿Estoy enamorado/a?
¿Cuáles son los signos o señales de ese enamoramiento?
Aquí hay que ser muy sincero y buscar muy bien.
¿Cómo empezó este enamoramiento?
¿Fue una atracción física solamente?
¿Se produjo de flechazo o fue un enamoramiento progresivo a través del trato?
¿No me había dado cuenta y estaba enamorado de el/ella desde siempre?
¿Descubrí su amor, poco a poco o de golpe un día, en la forma de mirarme y de sonreírme cuando me hablaba?
¿Mi amor ha ido aumentando con los días?
¿Siento a todas horas deseo de estar junto a ella/el y se me viene al pensamiento casi de continua?
Señales que se dieron:
Creo que las señales de ese amor están plenamente contadas ya en lo que te he contado, querido Diario, y te diré que cuando lo pienso debió ser un flechazo inmenso y lacerante pues cuando me recuerdo en la boda de Lorena bailando en sus bazos me recuerdo ya locamente enamorada. Creo que estaba enamorada de aquel chico “ideal en mi mente”, idealizado en mi corazón, que había fabricado sobe la imagen de ese José Carlos casi desconocido al habernos cruzados en alguna fiesta y aún sin presentarnos ni hablar se habría clavado en mi subconsciente como la imagen del amor ideal de mi vida.
Pero si algo hoy debo decirte como señal de ese amor es su capacidad de entrega, de serenidad, y su capacidad de callado sacrificio.
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09.- "He oído tu voz, Señor. Aquí estoy"
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Mi Diario a quince de abril de 2006. Sábado media tarde.
Tras la misa de hoy a las doce, y un rato de oración antes de comer, yo sé que he oído tu voz, Señor, y quiero decirte como Isaías, "Aquí estoy". O como María "he aquí la esclava de Señor, hágase en mí según tu palabra, tus deseos, tu santísima voluntad, Señor mío y Dios mío"
Estábamos en la capilla José Carlos y yo, de rodillas, juntos, cogidos suavemente de la mano, ante el Sagrario, y la voz que sentí en mi corazón tras la comunión, -“Ana, yo soy tu Buen Pastor. Tu eres una oveja amada y privilegiada de mi rebaño y te necesito para amar más a mis hermanos, los hombres, y a tus hermanos, los hombres.”- la volví a sentir con claridad desde el Tabernáculo.
“Señor, aquí estoy. Hágase en mi según tu palabra” le respondí sin palabras. Quedé transformada, poseída en tota mi persona por su presencia y por su amor.
Me sentí anonadada, pequeña, insignificante, pobre, paupérrima pero me atrevía a añadir: “siervos inútiles somos, sierva inútil soy, pero todo lo puedo en ti que me confortas, mi Jesús”
Miré a José Carlos levemente a su rostro. Tenía los ojos cerrados, pero clavados materialmente en el Sagrario. Supe, supe sin lugar a duda que el Señor le estaba hablando. Supe que sus palabras eran. “José Carlos, yo soy tu Buen Pastor, y mi ovejas conocen mi voz. Apacienta mis ovejas en tu entrega sacramental del matrimonio.”
Oí en mi corazón a José Carlos que con inmenso amor le decía: “Señor, tu sabes que te amo. Aquí estoy con Ana para ti”
Luego abrió los ojos y nos miramos. Creo que tenía una luz en sus pupilas que nunca había visto. Había tanto amor, tanto cariño, tanta entrega, tanta transparencia de Dios en nuestras miradas que quedaron fundidas en una solo. Yo sé que José Carlos escuchó lo que el Señor me dijo mi respuesta, como sabe que yo se cómo le hablo y que le dijo él.
Nunca hemos explicitado esta vivencia del Señor ni esta donación amorosa y mutua de los dos hacia El, nos referimos a ella como “te acuerdas de aquel momento tan maravilloso juntos ante Jesús” y sabemos los dos a todo lo que se refiere con detalles y a todo el compromiso con el Señor a que llegamos aquel día.
Pero no creáis que fue una aparición ni un milagro. No lo creas tú tampoco, querido Diario.
Es la formas normal con que el Pastor a pacienta a sus ovejas y les habla. Es la forma normal como sus ovejas conocen su voz, y El da la vida por sus ovejas.
Nosotros Señor, José Carlos y yo desde aquel día queremos dar la vida por ti y por tus ovejas. Las de nuestro rebaño pequeño que serán nuestros hijos, tu aprisco, nuestro hogar. Las del gran rebaño, tu Iglesia, la Casa del Padre, aquí abajo. Las ovejas perdidas, escapadas por la puerta sin cerrar de tu corral y tu alpende.
Gracias, Señor, por haberme aceptado en tu rebaño, por haberme llamado por mi nombre, por haberme enviado a mis hermanos con la “buena nueva”, sin exigencias, sin imposiciones, solo como anuncio, como buena noticia. “Dios ha nacido para amarte más, ha puesto su tienda entre nosotros, para estar en nuestro pueblo, Dios existe, sí, Dios existe, Dios ES el que ES, (Y Soy el que Soy) y es nuestro Padre.
¿Se puede anunciar algo más maravilloso algo más grande, algo más amoroso, algo más misericordioso, algo más paternal que la Paternidad de Dios?
“Quien a Dios tiene nada le falta”. ¿Puede faltarte algo siendo como eres en efecto y en verdad HIJO DE DIOS? “Sólo Dios basta.”
Todo nuestro Matrimonio Sagrado por tu Sacramento será Señor, con tu gracia y por tu Alianza, la Imagen del amor de Dios a los hombres y de Cristo a su Iglesia.
Imagen viva, fuerte, luminosa, atractiva, de gracia para el que está fuera, de fuerza para el que esté dentro, convincente por sí no por nosotros, como la Palabra de Dios que tiene fuerza y gracia en sí misma.
La fuerza del mensaje, no del mensajero. Haz, Señor, que yo mengue, para que Tú crezca.
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Mi Diario a quince de abril de 2006. Sábado media tarde.
Tras la misa de hoy a las doce, y un rato de oración antes de comer, yo sé que he oído tu voz, Señor, y quiero decirte como Isaías, "Aquí estoy". O como María "he aquí la esclava de Señor, hágase en mí según tu palabra, tus deseos, tu santísima voluntad, Señor mío y Dios mío"
Estábamos en la capilla José Carlos y yo, de rodillas, juntos, cogidos suavemente de la mano, ante el Sagrario, y la voz que sentí en mi corazón tras la comunión, -“Ana, yo soy tu Buen Pastor. Tu eres una oveja amada y privilegiada de mi rebaño y te necesito para amar más a mis hermanos, los hombres, y a tus hermanos, los hombres.”- la volví a sentir con claridad desde el Tabernáculo.
“Señor, aquí estoy. Hágase en mi según tu palabra” le respondí sin palabras. Quedé transformada, poseída en tota mi persona por su presencia y por su amor.
Me sentí anonadada, pequeña, insignificante, pobre, paupérrima pero me atrevía a añadir: “siervos inútiles somos, sierva inútil soy, pero todo lo puedo en ti que me confortas, mi Jesús”
Miré a José Carlos levemente a su rostro. Tenía los ojos cerrados, pero clavados materialmente en el Sagrario. Supe, supe sin lugar a duda que el Señor le estaba hablando. Supe que sus palabras eran. “José Carlos, yo soy tu Buen Pastor, y mi ovejas conocen mi voz. Apacienta mis ovejas en tu entrega sacramental del matrimonio.”
Oí en mi corazón a José Carlos que con inmenso amor le decía: “Señor, tu sabes que te amo. Aquí estoy con Ana para ti”
Luego abrió los ojos y nos miramos. Creo que tenía una luz en sus pupilas que nunca había visto. Había tanto amor, tanto cariño, tanta entrega, tanta transparencia de Dios en nuestras miradas que quedaron fundidas en una solo. Yo sé que José Carlos escuchó lo que el Señor me dijo mi respuesta, como sabe que yo se cómo le hablo y que le dijo él.
Nunca hemos explicitado esta vivencia del Señor ni esta donación amorosa y mutua de los dos hacia El, nos referimos a ella como “te acuerdas de aquel momento tan maravilloso juntos ante Jesús” y sabemos los dos a todo lo que se refiere con detalles y a todo el compromiso con el Señor a que llegamos aquel día.
Pero no creáis que fue una aparición ni un milagro. No lo creas tú tampoco, querido Diario.
Es la formas normal con que el Pastor a pacienta a sus ovejas y les habla. Es la forma normal como sus ovejas conocen su voz, y El da la vida por sus ovejas.
Nosotros Señor, José Carlos y yo desde aquel día queremos dar la vida por ti y por tus ovejas. Las de nuestro rebaño pequeño que serán nuestros hijos, tu aprisco, nuestro hogar. Las del gran rebaño, tu Iglesia, la Casa del Padre, aquí abajo. Las ovejas perdidas, escapadas por la puerta sin cerrar de tu corral y tu alpende.
Gracias, Señor, por haberme aceptado en tu rebaño, por haberme llamado por mi nombre, por haberme enviado a mis hermanos con la “buena nueva”, sin exigencias, sin imposiciones, solo como anuncio, como buena noticia. “Dios ha nacido para amarte más, ha puesto su tienda entre nosotros, para estar en nuestro pueblo, Dios existe, sí, Dios existe, Dios ES el que ES, (Y Soy el que Soy) y es nuestro Padre.
¿Se puede anunciar algo más maravilloso algo más grande, algo más amoroso, algo más misericordioso, algo más paternal que la Paternidad de Dios?
“Quien a Dios tiene nada le falta”. ¿Puede faltarte algo siendo como eres en efecto y en verdad HIJO DE DIOS? “Sólo Dios basta.”
Todo nuestro Matrimonio Sagrado por tu Sacramento será Señor, con tu gracia y por tu Alianza, la Imagen del amor de Dios a los hombres y de Cristo a su Iglesia.
Imagen viva, fuerte, luminosa, atractiva, de gracia para el que está fuera, de fuerza para el que esté dentro, convincente por sí no por nosotros, como la Palabra de Dios que tiene fuerza y gracia en sí misma.
La fuerza del mensaje, no del mensajero. Haz, Señor, que yo mengue, para que Tú crezca.
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10.- "Tê a tê con José Carlos"
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Mi Diario a dieciséis de abril de 2006. Domingo.
Escribo a media mañana, tras el diálogo “te a te” con José Carlos y la charla-oración los dos solos con Jesús ante el Sagrario en alto.
Hemos salido al jardín, hemos buscado, tras un paseo en silencio y de la mano, por una hermosa avenida de cipreses rodeadas de preciosas flores, geranios encarnados y azules, rosas, blancos, moteados, un banco en la parte más alta del jardín, junto a una gran fuente en forma de semicírculo sobre una lata pared de rocas, y sentándonos hemos ido desgranando la encuesta que ya hicimos sobre el amor, pero centrándonos en la de cómo es el amor en nuestra pareja.
Todas las conclusiones de que no es el amor, que yo llevaba en un resumen de mi Diario, las hemos remachado como negativas, y gracias al Señor Jesús está bastante bien superadas en nuestra pareja.
Aunque no agrada como un sabrosísimo caramelo, de eucaliptos que son con los de menta los que me gustan, sabemos que aunque estemos secos como un palo seco, el amor puede estar presente como motor de nuestras vidas y de nuestros actos.
Más, puede que con mucho sacrificio y dolor sea el envoltorio con que se presente el amor, como amor hay en el dolor del parto.
Nuestro amor no es desde luego un doy para que me des, ni un sentirse acompañado, querido y amparado, aunque así nos sentimos fuertemente el uno con el otro. El sexo ha sido y es muy importante para nosotros, y con mucha frecuencia nuestros cuerpos y almas, nuestra persona entera lo desea y anhela, la pasión nacida racionalmente en el contexto de contigo y para ti, vehemente y desbordada, me embarga porque nace de nuestra unión y amor, que nos deja libre a ambos, porque nuestra unión aún la sacramental está basada en la entrega libre y renovada cada segundo de seguir queriéndote, de saber que se fundamenta el amor en un acto libre de mi voluntad, (con mucha frecuencia lo fundamentamos en un acto libre pero del sentimiento o la emoción placentera y desaparecidos estos creemos que ya no existe amor), José Carlos me remachó, el amor está en mi voluntad de querer quererte.
Yo le saqué una definición que copie en mi Diario muy sofisticada de la libre voluntad. “No se puede hacer querer, no queriendo querer lo que no se quiere querer.”
Lo que traducido al afirmativo es que podemos siempre querer lo que queremos querer.
Todo lo demás son añadiduras. El amor está esencialmente en mi voluntad de querer. Y el motivo que lanza mi voluntad a querer es el descubrimiento del bien y la bondad. El bien es atractivo de por sí. Tiene fuerza de arrastre. De atracción. Cuando nuestra inteligencia descubre y ve el bien, le manda a la voluntad que vaya hacia el y lo posea.
Algunas no parecieron tan superficiales que ni las discutimos. Consecuencia de hacer el amor, antiguamente se decía sobre todo a la chicas en los matrimonios de conveniencia, cásate, el amor ya llegará, entrega condicionada o controlada, querer ser querido, enjoyar a la casi siempre engañada, vamos a tener otro hijo ara reconciliarnos, MENTIRA, probar a vivir juntos y si nos va bien seguimos, nos pareció una falta de confianza en el amor del otro y en el nuestro, nacida de un concepto de amor, con una carga tan alta de egoísmo, que no tiene nada de amor. Claro que el amor tampoco es una entrega ciega y sin darnos cuenta de nada. Y amor ciego no es amor, es ceguera. Si el amor es hacer el bien al otro y tu sabes que por mucho que quieras a la otra persona no le podrás hacer feliz, por ejemplo porque está locamente enamorada de otro, o porque no tiene capacidad para amarte a ti, tu amor te debe llevar a dejarle libre y no comprometerla contigo por muy fuerte y dolosa que pueda ser esta postura de renuncia por amor.
Nos gustó mucho esa de que es una fuerza de entrega puesta por Dios en nosotros y ya fue la coincidencia total en que Dios nos hizo para el amor, para amarle a El y amando a la pareja y a todos los hombres, amarle a El, y que no descansará nuestro corazón como dice Agustín hasta que no descanse en Dios.
Mil cosas más vimos. En mil detalles más nos examinamos mutuamente. Si te las contara todas necesitaría mil Diario y entonces no serías tú, mi Diario.
Terminamos luego ante el Sagrario, juntos, pidiéndole perdón por nuestras tibiezas en el amar tantas veces, sobre todo a los demás, a los más pobres y desvalidos, a los más necesitados de cariño, de alguien que les escuche, de alguien que les coja una mano y que se la apriete con amor.
Le dijimos que gracias porque con sus pequeños fallos nuestro amor de pareja iba bien, no por nuestros méritos sino por los suyos aunque con nuestro esfuerzo, ole, también nacidos de su gracia y protección, pero libremente seguidos por nuestra voluntad y nuestro corazón, Dios nos hizo libres y nos deja siempre libres.
Que teníamos que replantearnos nuestro amor hacia fuera, y que para que fuera verdadero como dice Pablo nuestro amor “no pase jamás”.
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Mi Diario a dieciséis de abril de 2006. Domingo.
Escribo a media mañana, tras el diálogo “te a te” con José Carlos y la charla-oración los dos solos con Jesús ante el Sagrario en alto.
Hemos salido al jardín, hemos buscado, tras un paseo en silencio y de la mano, por una hermosa avenida de cipreses rodeadas de preciosas flores, geranios encarnados y azules, rosas, blancos, moteados, un banco en la parte más alta del jardín, junto a una gran fuente en forma de semicírculo sobre una lata pared de rocas, y sentándonos hemos ido desgranando la encuesta que ya hicimos sobre el amor, pero centrándonos en la de cómo es el amor en nuestra pareja.
Todas las conclusiones de que no es el amor, que yo llevaba en un resumen de mi Diario, las hemos remachado como negativas, y gracias al Señor Jesús está bastante bien superadas en nuestra pareja.
Aunque no agrada como un sabrosísimo caramelo, de eucaliptos que son con los de menta los que me gustan, sabemos que aunque estemos secos como un palo seco, el amor puede estar presente como motor de nuestras vidas y de nuestros actos.
Más, puede que con mucho sacrificio y dolor sea el envoltorio con que se presente el amor, como amor hay en el dolor del parto.
Nuestro amor no es desde luego un doy para que me des, ni un sentirse acompañado, querido y amparado, aunque así nos sentimos fuertemente el uno con el otro. El sexo ha sido y es muy importante para nosotros, y con mucha frecuencia nuestros cuerpos y almas, nuestra persona entera lo desea y anhela, la pasión nacida racionalmente en el contexto de contigo y para ti, vehemente y desbordada, me embarga porque nace de nuestra unión y amor, que nos deja libre a ambos, porque nuestra unión aún la sacramental está basada en la entrega libre y renovada cada segundo de seguir queriéndote, de saber que se fundamenta el amor en un acto libre de mi voluntad, (con mucha frecuencia lo fundamentamos en un acto libre pero del sentimiento o la emoción placentera y desaparecidos estos creemos que ya no existe amor), José Carlos me remachó, el amor está en mi voluntad de querer quererte.
Yo le saqué una definición que copie en mi Diario muy sofisticada de la libre voluntad. “No se puede hacer querer, no queriendo querer lo que no se quiere querer.”
Lo que traducido al afirmativo es que podemos siempre querer lo que queremos querer.
Todo lo demás son añadiduras. El amor está esencialmente en mi voluntad de querer. Y el motivo que lanza mi voluntad a querer es el descubrimiento del bien y la bondad. El bien es atractivo de por sí. Tiene fuerza de arrastre. De atracción. Cuando nuestra inteligencia descubre y ve el bien, le manda a la voluntad que vaya hacia el y lo posea.
Algunas no parecieron tan superficiales que ni las discutimos. Consecuencia de hacer el amor, antiguamente se decía sobre todo a la chicas en los matrimonios de conveniencia, cásate, el amor ya llegará, entrega condicionada o controlada, querer ser querido, enjoyar a la casi siempre engañada, vamos a tener otro hijo ara reconciliarnos, MENTIRA, probar a vivir juntos y si nos va bien seguimos, nos pareció una falta de confianza en el amor del otro y en el nuestro, nacida de un concepto de amor, con una carga tan alta de egoísmo, que no tiene nada de amor. Claro que el amor tampoco es una entrega ciega y sin darnos cuenta de nada. Y amor ciego no es amor, es ceguera. Si el amor es hacer el bien al otro y tu sabes que por mucho que quieras a la otra persona no le podrás hacer feliz, por ejemplo porque está locamente enamorada de otro, o porque no tiene capacidad para amarte a ti, tu amor te debe llevar a dejarle libre y no comprometerla contigo por muy fuerte y dolosa que pueda ser esta postura de renuncia por amor.
Nos gustó mucho esa de que es una fuerza de entrega puesta por Dios en nosotros y ya fue la coincidencia total en que Dios nos hizo para el amor, para amarle a El y amando a la pareja y a todos los hombres, amarle a El, y que no descansará nuestro corazón como dice Agustín hasta que no descanse en Dios.
Mil cosas más vimos. En mil detalles más nos examinamos mutuamente. Si te las contara todas necesitaría mil Diario y entonces no serías tú, mi Diario.
Terminamos luego ante el Sagrario, juntos, pidiéndole perdón por nuestras tibiezas en el amar tantas veces, sobre todo a los demás, a los más pobres y desvalidos, a los más necesitados de cariño, de alguien que les escuche, de alguien que les coja una mano y que se la apriete con amor.
Le dijimos que gracias porque con sus pequeños fallos nuestro amor de pareja iba bien, no por nuestros méritos sino por los suyos aunque con nuestro esfuerzo, ole, también nacidos de su gracia y protección, pero libremente seguidos por nuestra voluntad y nuestro corazón, Dios nos hizo libres y nos deja siempre libres.
Que teníamos que replantearnos nuestro amor hacia fuera, y que para que fuera verdadero como dice Pablo nuestro amor “no pase jamás”.
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11.- "Con el Señor dentro"
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Mi Diario a dieciséis de abril de 2006. Domingo ya en casa.
Mis conclusiones del Encuentro-Retiro.
Retiro el día 16 Domingo. Salida por la tarde tras la misa.
Escribo en mi casa antes de dormirme He vuelto de Teror transformada y contenta.
Pero estoy muy embarazada. Casi a punto. Tengo al Señor dentro. En mi alma y en mi corazón. Por la comunión, en mi cuerpo. Por el embarazo, en el fruto del Espíritu de un nuevo hijo de Dios por las aguas del bautismo y por su amor de Padre. En el fruto adorable, amable y entrañable del amor de José Carlos. Algo muy profundo de José Carlos entró en mí y fecundo en mí. Y uniéndose a mí, nuestro amor y nuestra unión "se hizo carne y habita ya entre nosotros" desde hace nueve meses. El embrión es vida, el feto es vida, y vida humana. Es un ser maravilloso y con todos los derechos del "nasciturus" que son todos los derechos de una persona humana sin dejar ninguno y empezando por el derecho a la existencia y a la vida.
Quizás y sin quizás el más claro compromiso de nuestro encuentro-retiro de las Dominicas de Teror, ha sido la clarísima llamada de Dios, De Jesús desde El Sagrario
a una entrega más comprometida con los demás. A dar más a nuestros hermanos a fondo perdido, sin buscar nada a cambio, sin remuneración posible humana, y sin ni siquiera cambiárselo y comercializarlo con el cielo. “No me tienes que dar porque te quiera el cielo que me tienes prometido”
Ya en la segunda semana de abril de 2004 a muy poco de nuestra boda, nos casamos en mayo, el ocho, cómo no lo iba a recordar, asistimos al que nosotros llamamos el Segundo Cursillo de El Madroñal”, el nuestro como pupilos es el primero, como ayudantes de Monitores. Nos sentamos cada noche en el mismo grupo, nosotros elegimos el primero en recuerdo del nuestro, y participamos en las reuniones de grupo como una pareja más, aunque el primer día nos presentamos como novios que ya habíamos hecho el Cursillo, por respeto a ellos y a su intimidad. Nos aceptaron con a máxima naturalidad y a los diez segundo ya éramos una pareja como otra cualquiera. Fue muy emocionante para nosotros, dirigir el segundo día de la fe unas palabras a todos los novios tras la puesta en común y antes de la despedida, sobre lo que para nuestra pareja significaba la fe y había significado el cursillo y su compromiso.
Al tercer Cursillo asistimos ya solos, como monitores de un grupo. Sentimos a flor de piel la responsabilidad de que aquellas parejas encontraran de nuevo el amor, en un enamoramiento de Jesús y de su Iglesia.
Carlos llama a estos Cursillos “la segunda oportunidad,” como en la carretera, pues es para muchos la última vez que se van a acercar a la Iglesia y al Señor, de forma voluntaria. Pero que cada vez son menos las parejas, que incluso solo por un sentido atávico de la religión o una costumbre familiar con la que no se atreven a romper, que vienen voluntariamente a pedir el Sacramento.
Sin fe y con una sociedad cada vez más permisiva, “pasan” del sentimiento religioso de sus familias que a su vez cada vez “pasan” más de si lo reciben o no. Ya se “han acostumbrado” y a ellos no les da vergüenza “obligar” a la familia a aceptarlo, el hecho de un día hacer el atillo e irse a vivir tan ricamente con su pareja, a veces casi de ayer.
El tema del sexo y la entrega no tiene importancia porque ha quedado libre y cuando les viene bien y les apetece, sin más condiciones que les produzca placer y les llene sus apetezcas sexuales. No condiciona lo que ya se hace “con normalidad” como quien se bebe un vaso de agua.
Así nos dijo los agentes de Pastoral de cada Diócesis o parroquias deberíamos volcarnos en, con respeto absoluto a su libertad, abrirle de nuevo el camino a una nueva incorporación a la Iglesia viva.
Queda para algunos el bautismo de los hijos, pero aún este tema cada día queda más en la apatía y la despreocupación pues ellos no lo consideran ningún bien para los críos. Es una ceremonia huera y vacía.
Me perdí enormemente contándote cosas que se me agolpan en el corazón y que deseo plasmarlas en tus páginas para no olvidarlas nunca.
Pero vuelvo a lo que te estaba contando. Este tercer Cursillo para nosotros fue un nuevo encuentro con el Señor y una llamada de su voz a preocuparnos de su rebaño tanto de las ovejas del redil como de las ovejas perdidas.
Sin menoscabo de la imagen le pedimos al Señor que al menos nos deje ser su perro pastor para cuidar sus ovejas. Si El dejó siempre abierta la puerta del aprisco, papa no obligar a ninguna de sus ovejas a permanecer en el contra su voluntad o al menos nunca reparó la rotura de la cerca, nosotros le prometíamos guardar el rebaño de los ataque de cualquier lobo, aún con la vida, pero nunca jamás morder a ninguna para obligarlas a permanecer en el. Nadie ha dejado más libre al hombre que el mismo Dios, su creador. Libre lo creó y libre permaneceremos durante toda la existencia aunque usemos la misma libertad que Él nos da para ir contra Él o contra sus hijos, los hombres. El no tiene siempre extendida la mano para que nosotros nos agarremos a ella. Pero hasta que nosotros no hagamos el gesto de agarrarla El no la apretará.
Hemos pues decidido como gran consecuencia de esta entrega total y absoluta a Él, de su llamada fuerte y amorosa, hacernos “pescadores de hombres” y para ello como Jesús vamos a dedicar todos nuestros esfuerzos a un grupo de novios y luego de parejas casadas como han hecho con nosotros. Así intentaremos formar un grupo de hogares cristianos y padres amantes de Jesús y de su Iglesia, que serán a su vez nuevas familias de Cristo y multiplicaremos en vertical en vez de sumar en horizontal.
Así pues vamos a dedicarnos a fondo al pequeño grupo que en el Cursillo logramos por su gracia formar entre tres parejas del grupo del que eran monitores Mónica y Francisco Javier, dos de nuestro grupo y uno del de María y Tomás, pues todos teníamos como gran fruto de ese Cursillo intentar formar un grupo de permanencia y continuidad.
Entre Mónica y Francisco Javier y nosotros seguiremos llevando el grupo y nos reuniremos en El madroñal los sábados en que no tengamos reunión de nuestro grupo de Cursillo. Será un doble trabajo de formación y donación que esperemos que Jesús bendiga con su presencia. “Donde dos o más estéis reunidos en mi nombre allí estaré yo en medio de vosotros”
Cuando nosotros tengamos reuniones por circunstancias en semana seguidas o en temas muy especiales, la Madre de Dios, Navidad, u otros, Carlos nos ha dicho que nos reuniremos los dos grupos juntos, así como los sábados en Misa y otras festividades. Empezaremos a hacer Comunidad y pequeña Iglesia doméstica dentro de la de El Madroñal.
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Mi Diario a dieciséis de abril de 2006. Domingo ya en casa.
Mis conclusiones del Encuentro-Retiro.
Retiro el día 16 Domingo. Salida por la tarde tras la misa.
Escribo en mi casa antes de dormirme He vuelto de Teror transformada y contenta.
Pero estoy muy embarazada. Casi a punto. Tengo al Señor dentro. En mi alma y en mi corazón. Por la comunión, en mi cuerpo. Por el embarazo, en el fruto del Espíritu de un nuevo hijo de Dios por las aguas del bautismo y por su amor de Padre. En el fruto adorable, amable y entrañable del amor de José Carlos. Algo muy profundo de José Carlos entró en mí y fecundo en mí. Y uniéndose a mí, nuestro amor y nuestra unión "se hizo carne y habita ya entre nosotros" desde hace nueve meses. El embrión es vida, el feto es vida, y vida humana. Es un ser maravilloso y con todos los derechos del "nasciturus" que son todos los derechos de una persona humana sin dejar ninguno y empezando por el derecho a la existencia y a la vida.
Quizás y sin quizás el más claro compromiso de nuestro encuentro-retiro de las Dominicas de Teror, ha sido la clarísima llamada de Dios, De Jesús desde El Sagrario
a una entrega más comprometida con los demás. A dar más a nuestros hermanos a fondo perdido, sin buscar nada a cambio, sin remuneración posible humana, y sin ni siquiera cambiárselo y comercializarlo con el cielo. “No me tienes que dar porque te quiera el cielo que me tienes prometido”
Ya en la segunda semana de abril de 2004 a muy poco de nuestra boda, nos casamos en mayo, el ocho, cómo no lo iba a recordar, asistimos al que nosotros llamamos el Segundo Cursillo de El Madroñal”, el nuestro como pupilos es el primero, como ayudantes de Monitores. Nos sentamos cada noche en el mismo grupo, nosotros elegimos el primero en recuerdo del nuestro, y participamos en las reuniones de grupo como una pareja más, aunque el primer día nos presentamos como novios que ya habíamos hecho el Cursillo, por respeto a ellos y a su intimidad. Nos aceptaron con a máxima naturalidad y a los diez segundo ya éramos una pareja como otra cualquiera. Fue muy emocionante para nosotros, dirigir el segundo día de la fe unas palabras a todos los novios tras la puesta en común y antes de la despedida, sobre lo que para nuestra pareja significaba la fe y había significado el cursillo y su compromiso.
Al tercer Cursillo asistimos ya solos, como monitores de un grupo. Sentimos a flor de piel la responsabilidad de que aquellas parejas encontraran de nuevo el amor, en un enamoramiento de Jesús y de su Iglesia.
Carlos llama a estos Cursillos “la segunda oportunidad,” como en la carretera, pues es para muchos la última vez que se van a acercar a la Iglesia y al Señor, de forma voluntaria. Pero que cada vez son menos las parejas, que incluso solo por un sentido atávico de la religión o una costumbre familiar con la que no se atreven a romper, que vienen voluntariamente a pedir el Sacramento.
Sin fe y con una sociedad cada vez más permisiva, “pasan” del sentimiento religioso de sus familias que a su vez cada vez “pasan” más de si lo reciben o no. Ya se “han acostumbrado” y a ellos no les da vergüenza “obligar” a la familia a aceptarlo, el hecho de un día hacer el atillo e irse a vivir tan ricamente con su pareja, a veces casi de ayer.
El tema del sexo y la entrega no tiene importancia porque ha quedado libre y cuando les viene bien y les apetece, sin más condiciones que les produzca placer y les llene sus apetezcas sexuales. No condiciona lo que ya se hace “con normalidad” como quien se bebe un vaso de agua.
Así nos dijo los agentes de Pastoral de cada Diócesis o parroquias deberíamos volcarnos en, con respeto absoluto a su libertad, abrirle de nuevo el camino a una nueva incorporación a la Iglesia viva.
Queda para algunos el bautismo de los hijos, pero aún este tema cada día queda más en la apatía y la despreocupación pues ellos no lo consideran ningún bien para los críos. Es una ceremonia huera y vacía.
Me perdí enormemente contándote cosas que se me agolpan en el corazón y que deseo plasmarlas en tus páginas para no olvidarlas nunca.
Pero vuelvo a lo que te estaba contando. Este tercer Cursillo para nosotros fue un nuevo encuentro con el Señor y una llamada de su voz a preocuparnos de su rebaño tanto de las ovejas del redil como de las ovejas perdidas.
Sin menoscabo de la imagen le pedimos al Señor que al menos nos deje ser su perro pastor para cuidar sus ovejas. Si El dejó siempre abierta la puerta del aprisco, papa no obligar a ninguna de sus ovejas a permanecer en el contra su voluntad o al menos nunca reparó la rotura de la cerca, nosotros le prometíamos guardar el rebaño de los ataque de cualquier lobo, aún con la vida, pero nunca jamás morder a ninguna para obligarlas a permanecer en el. Nadie ha dejado más libre al hombre que el mismo Dios, su creador. Libre lo creó y libre permaneceremos durante toda la existencia aunque usemos la misma libertad que Él nos da para ir contra Él o contra sus hijos, los hombres. El no tiene siempre extendida la mano para que nosotros nos agarremos a ella. Pero hasta que nosotros no hagamos el gesto de agarrarla El no la apretará.
Hemos pues decidido como gran consecuencia de esta entrega total y absoluta a Él, de su llamada fuerte y amorosa, hacernos “pescadores de hombres” y para ello como Jesús vamos a dedicar todos nuestros esfuerzos a un grupo de novios y luego de parejas casadas como han hecho con nosotros. Así intentaremos formar un grupo de hogares cristianos y padres amantes de Jesús y de su Iglesia, que serán a su vez nuevas familias de Cristo y multiplicaremos en vertical en vez de sumar en horizontal.
Así pues vamos a dedicarnos a fondo al pequeño grupo que en el Cursillo logramos por su gracia formar entre tres parejas del grupo del que eran monitores Mónica y Francisco Javier, dos de nuestro grupo y uno del de María y Tomás, pues todos teníamos como gran fruto de ese Cursillo intentar formar un grupo de permanencia y continuidad.
Entre Mónica y Francisco Javier y nosotros seguiremos llevando el grupo y nos reuniremos en El madroñal los sábados en que no tengamos reunión de nuestro grupo de Cursillo. Será un doble trabajo de formación y donación que esperemos que Jesús bendiga con su presencia. “Donde dos o más estéis reunidos en mi nombre allí estaré yo en medio de vosotros”
Cuando nosotros tengamos reuniones por circunstancias en semana seguidas o en temas muy especiales, la Madre de Dios, Navidad, u otros, Carlos nos ha dicho que nos reuniremos los dos grupos juntos, así como los sábados en Misa y otras festividades. Empezaremos a hacer Comunidad y pequeña Iglesia doméstica dentro de la de El Madroñal.
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12.- "Nos ha nacido un niño"
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Mi Diario a veintinueve de abril de 2006. Diario. Sin reunión.
Nace el hijo de Ana y José Carlos.
Es un “machito”. Se ven en “El Materno”
Escrito el cinco de mayo de 2006 ya en casa.
Te lo voy a contar, mi querido y amado Diario, como si lo estuviera viviendo en el día en que como un nuevo Niño Jesús, nos nació, con toda salud y gracia el pequeño Nacho, nuestro primer hijo. ¡Un hijo! ¡Un hijo! ¡Un hijo! ¡U hijo, Dios mío, hijo de Dios!
¡José Carlos te quiero, te quiero, te quiero!
Ayer, viernes, cuando volvía del trabajo al medio día, gracias a Dios como embarazada no tengo oficina por las tardes en el último mes, empezaron las contracciones muy suaves, ya en el coche. Me traía José Carlos, que había pasado a recogerme y se puso muy nervioso. Más nervioso que yo que lo estaba un poquito. Quería irse ya para el Materno, y tuve que calmarle. Aún no ha llegado la hora, José Carlos. Quedamos mus se iban haciendo más fuertes en el pequeño trayecto hacia casa en dirigirnos a casa de mi padres, que estaban en Las Palmas y no en el campo, en Santa Brígida. Llamé a mi madre por el móvil y se lo comuniqué. ¿Pero estás ya, ya? Me interrogó. No, mamá. Ha empezado casi ahora mismo, pero estaré más tranquila contigo y si nos tenemos que marchar de pronto no importa porque ya tenemos la maletita con todo lo del niño y lo mío en el maletero del coche, desde hace dos días que cumplí por “deseo expreso de mi dueño y señor” José Carlos, el previsor.
Pasé la tarde en la salita pequeña de mis padres, el gabinete azul, que le llamamos, que es muy recogidito y acogedor, haciendo un jerseysito para Ignacio de punto, azul, como me enseñó mi abuela Luisa, y midiendo la duración entre dolor y dolor para ver si se acortaba como señal roja e alarma.
José Carlos, que había trabajado como un negro de seguido toda la mañana para dejárselo todo terminado, llamó a su Jefe y le dijo que como quedaron estaba todo a punto y que si había algo urgente Luís, su auxiliar, o Flora, su secretaria, le llamaran al móvil. Se quedó, simulando leer, junto a mí, toda la tarde. Los tres, papá se fue a su oficina rogando le avisáramos urgentemente, rezamos despacio y masticando las “Ave Marías” el Rosario y mi madre, que lo precedía fue poniendo intenciones a cada Misterio. Tocaban los Misterios Dolorosos, era viernes, pero mi madre rezo los Gozosos.
Primer Misterio, la Anunciación del Ángel a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios. Para agradecer al Señor el embarazo de vuestro hijo, su encarnación en tu seno, y los nueve meses tan maravillosos a pesar de algunos dolores que habéis vivido juntos y en buena salud los tres.
No sé si José Carlos y yo habíamos rezado un Rosario a María con tanta devoción y gozo. Me cogía la mano con fuerza y a veces me acariciaba con un cariño y suavidad que era también una oración.
Segundo Misterio “La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel”. Lo rezamos para agradecerle a Dios su visitación como juntando su paternidad divina a la nuestra humana, en el Niño que nos iba a nacer. A Él también.
Tercer Misterio el Nacimiento del Niño Jesús en el Portal de Belén. Porque en los dolores del parto, -yo había ya pedido a mi ginecólogo y a mi comadrona que lo quería tener “en vivo”, sin epidural ni ningún paliativo, - rece yo, me una a todas las mujeres que llegan a ser madre con dolor, y que todo ese dolor se convierta en amor al ser recién nacido. “Con dolor parirá a tus hijos” fue lo que dicen un castigo. El dolor transformado en amor es la bendición que yo pido a Dios al darle un hijo.
Cuarto Misterio, La presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de María Santísima. Para que nuestro nieto, rezó de nuevo mi madre, tenga siempre como meta y guía de toda su vida el amor y el servicio a Dios Padre, su Creador, a Dios Hijo su Redentor y Pastor y a Dios espíritu Santo su santificado y vida de su alma.
Quito Misterio, el Niño perdido y hallado en el Tempo. Ahora fue José Carlos el que elevó con ternura su plegaria a Dios. El, que nunca pide, no pudo por menos de pedir ara su hijo amado, que estaba en puertas. Muchas veces lo tendremos que perder en sus enfermedades, en sus dolores, en sus sufrimientos. Para que le hallemos al haberle enseñado a recibir el dolor como purificación y transformarlo como Cristo en la Cruz en redención y salvación. Para que aliviándole de los dolores necesarios e inherentes a la propia naturaleza humana, no intentemos liberarle entre algodones de todo dolor y sufrimiento, sino educarle en saber aceptar los inevitables, apaciguar los disminuibles, y transformar todo dolor en vida y amor.
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Mi Diario a veintinueve de abril de 2006. Diario. Sin reunión.
Nace el hijo de Ana y José Carlos.
Es un “machito”. Se ven en “El Materno”
Escrito el cinco de mayo de 2006 ya en casa.
Te lo voy a contar, mi querido y amado Diario, como si lo estuviera viviendo en el día en que como un nuevo Niño Jesús, nos nació, con toda salud y gracia el pequeño Nacho, nuestro primer hijo. ¡Un hijo! ¡Un hijo! ¡Un hijo! ¡U hijo, Dios mío, hijo de Dios!
¡José Carlos te quiero, te quiero, te quiero!
Ayer, viernes, cuando volvía del trabajo al medio día, gracias a Dios como embarazada no tengo oficina por las tardes en el último mes, empezaron las contracciones muy suaves, ya en el coche. Me traía José Carlos, que había pasado a recogerme y se puso muy nervioso. Más nervioso que yo que lo estaba un poquito. Quería irse ya para el Materno, y tuve que calmarle. Aún no ha llegado la hora, José Carlos. Quedamos mus se iban haciendo más fuertes en el pequeño trayecto hacia casa en dirigirnos a casa de mi padres, que estaban en Las Palmas y no en el campo, en Santa Brígida. Llamé a mi madre por el móvil y se lo comuniqué. ¿Pero estás ya, ya? Me interrogó. No, mamá. Ha empezado casi ahora mismo, pero estaré más tranquila contigo y si nos tenemos que marchar de pronto no importa porque ya tenemos la maletita con todo lo del niño y lo mío en el maletero del coche, desde hace dos días que cumplí por “deseo expreso de mi dueño y señor” José Carlos, el previsor.
Pasé la tarde en la salita pequeña de mis padres, el gabinete azul, que le llamamos, que es muy recogidito y acogedor, haciendo un jerseysito para Ignacio de punto, azul, como me enseñó mi abuela Luisa, y midiendo la duración entre dolor y dolor para ver si se acortaba como señal roja e alarma.
José Carlos, que había trabajado como un negro de seguido toda la mañana para dejárselo todo terminado, llamó a su Jefe y le dijo que como quedaron estaba todo a punto y que si había algo urgente Luís, su auxiliar, o Flora, su secretaria, le llamaran al móvil. Se quedó, simulando leer, junto a mí, toda la tarde. Los tres, papá se fue a su oficina rogando le avisáramos urgentemente, rezamos despacio y masticando las “Ave Marías” el Rosario y mi madre, que lo precedía fue poniendo intenciones a cada Misterio. Tocaban los Misterios Dolorosos, era viernes, pero mi madre rezo los Gozosos.
Primer Misterio, la Anunciación del Ángel a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios. Para agradecer al Señor el embarazo de vuestro hijo, su encarnación en tu seno, y los nueve meses tan maravillosos a pesar de algunos dolores que habéis vivido juntos y en buena salud los tres.
No sé si José Carlos y yo habíamos rezado un Rosario a María con tanta devoción y gozo. Me cogía la mano con fuerza y a veces me acariciaba con un cariño y suavidad que era también una oración.
Segundo Misterio “La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel”. Lo rezamos para agradecerle a Dios su visitación como juntando su paternidad divina a la nuestra humana, en el Niño que nos iba a nacer. A Él también.
Tercer Misterio el Nacimiento del Niño Jesús en el Portal de Belén. Porque en los dolores del parto, -yo había ya pedido a mi ginecólogo y a mi comadrona que lo quería tener “en vivo”, sin epidural ni ningún paliativo, - rece yo, me una a todas las mujeres que llegan a ser madre con dolor, y que todo ese dolor se convierta en amor al ser recién nacido. “Con dolor parirá a tus hijos” fue lo que dicen un castigo. El dolor transformado en amor es la bendición que yo pido a Dios al darle un hijo.
Cuarto Misterio, La presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de María Santísima. Para que nuestro nieto, rezó de nuevo mi madre, tenga siempre como meta y guía de toda su vida el amor y el servicio a Dios Padre, su Creador, a Dios Hijo su Redentor y Pastor y a Dios espíritu Santo su santificado y vida de su alma.
Quito Misterio, el Niño perdido y hallado en el Tempo. Ahora fue José Carlos el que elevó con ternura su plegaria a Dios. El, que nunca pide, no pudo por menos de pedir ara su hijo amado, que estaba en puertas. Muchas veces lo tendremos que perder en sus enfermedades, en sus dolores, en sus sufrimientos. Para que le hallemos al haberle enseñado a recibir el dolor como purificación y transformarlo como Cristo en la Cruz en redención y salvación. Para que aliviándole de los dolores necesarios e inherentes a la propia naturaleza humana, no intentemos liberarle entre algodones de todo dolor y sufrimiento, sino educarle en saber aceptar los inevitables, apaciguar los disminuibles, y transformar todo dolor en vida y amor.
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13.- "De criatura de Dios, a hijo de Dios"
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Mi Diario a trece de mayo de 2006. Sábado mañana.
Se reúnen en casa de Ana.
El Sermón.
El Bautismo del agua.
La luz.
Los oleos.
La Presentación y ofrenda a la Virgen de Monserrat.
El canto de “Aunque recorra la vida”
El desayuno.
Las felicitaciones y los comentarios. Así si es hermosa la ceremonia del Bautismo.
(Carta de Carlos, bisabuelo, a su nieto, sobre el bautismo)
Isabel está a punto, a punto.
Mi Diario a trece de mayo de 2006. El bautizo.
Este sábado habíamos quedado mi suegra y yo con Fray Raico, monje del Monasterio de la santísima Trinidad de Santa Brígida, en la Cuesta de la Rama, para bautizar a Nachito, Ignacio como le llama nuestra pequeña Sonsoles. Quedamos primero a las diez y luego como no había mucha prisa lo retrasamos para las once a fin de que llegaran todos con más tranquilidad. En verdad solo íbamos mi familia, la de José Carlos, dos o tres amigos íntimos de nuestros padres y otros seis o siete nuestros, ya del Colegio, ya de la Carrera ya del trabajo. Y el grupo de Cursillo completo. No pudo venir Don Matías a la ceremonia pues le tocaba toar el órgano en la catedral, de la que es organista creo que suplente. Invitamos también a Maisona y Eduardo que vinieron con sus tres pequeñas y con Belén. El mayor está en Pamplona estudiando.
El Monasterio fue un deseo de mis suegros, que a veces van allí a Misa y que Fray Raico y los otros monjes son muy amigos de los hermanos de José Carlos y de José Carlos mismo.
El sermón o las palabras del oficiante fueron muy hermosas y emotivas. Fue casi un diálogo con todos nosotros sobe que le pedíamos a la Iglesia para nuestro Nachito y que le iba a dar el bautismo a nuestro hijo como nos dio a nosotros.
Creo recordar que dijo que nos hacía hijos de Dios las aguas del bautismo, que recibíamos esa paternidad gracias a redención de Cristo Jesús, que nos infundía los dones del Espíritu Santo, que nos libraba del pecado original, que más que un pecado es una carencia y desde luego no es personal ni se puede impura como una ofensa a Dios del bautizado, y que si se bautizaba un adulto le limpiaba igualmente de toda mancha anterior al bautismo con la misma fuerza de la Penitencia o Confesión. Por el Bautismo entramos a formar parte de la Iglesia de Cristo, reunión de hermanos y pueblo de Dios que camina hacia el Reino.
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Mi Diario a trece de mayo de 2006. Sábado mañana.
Se reúnen en casa de Ana.
El Sermón.
El Bautismo del agua.
La luz.
Los oleos.
La Presentación y ofrenda a la Virgen de Monserrat.
El canto de “Aunque recorra la vida”
El desayuno.
Las felicitaciones y los comentarios. Así si es hermosa la ceremonia del Bautismo.
(Carta de Carlos, bisabuelo, a su nieto, sobre el bautismo)
Isabel está a punto, a punto.
Mi Diario a trece de mayo de 2006. El bautizo.
Este sábado habíamos quedado mi suegra y yo con Fray Raico, monje del Monasterio de la santísima Trinidad de Santa Brígida, en la Cuesta de la Rama, para bautizar a Nachito, Ignacio como le llama nuestra pequeña Sonsoles. Quedamos primero a las diez y luego como no había mucha prisa lo retrasamos para las once a fin de que llegaran todos con más tranquilidad. En verdad solo íbamos mi familia, la de José Carlos, dos o tres amigos íntimos de nuestros padres y otros seis o siete nuestros, ya del Colegio, ya de la Carrera ya del trabajo. Y el grupo de Cursillo completo. No pudo venir Don Matías a la ceremonia pues le tocaba toar el órgano en la catedral, de la que es organista creo que suplente. Invitamos también a Maisona y Eduardo que vinieron con sus tres pequeñas y con Belén. El mayor está en Pamplona estudiando.
El Monasterio fue un deseo de mis suegros, que a veces van allí a Misa y que Fray Raico y los otros monjes son muy amigos de los hermanos de José Carlos y de José Carlos mismo.
El sermón o las palabras del oficiante fueron muy hermosas y emotivas. Fue casi un diálogo con todos nosotros sobe que le pedíamos a la Iglesia para nuestro Nachito y que le iba a dar el bautismo a nuestro hijo como nos dio a nosotros.
Creo recordar que dijo que nos hacía hijos de Dios las aguas del bautismo, que recibíamos esa paternidad gracias a redención de Cristo Jesús, que nos infundía los dones del Espíritu Santo, que nos libraba del pecado original, que más que un pecado es una carencia y desde luego no es personal ni se puede impura como una ofensa a Dios del bautizado, y que si se bautizaba un adulto le limpiaba igualmente de toda mancha anterior al bautismo con la misma fuerza de la Penitencia o Confesión. Por el Bautismo entramos a formar parte de la Iglesia de Cristo, reunión de hermanos y pueblo de Dios que camina hacia el Reino.
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14.- "La Maternidad, regalo de Dios"
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“La Virgen también fue madre. La Madre de Jesús”
Mi Diario a veintisiete de mayo de 2006. Sábado.
La Maternidad regalo de Dios.
Dios es padre y madre.
Ha nacido el día quince el hijo de Isabel.
Voy a verla con todos a la clínica.
Nos reunimos en casa de Isabel.
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“La Virgen también fue madre. La Madre de Jesús”
Mi Diario a veintisiete de mayo de 2006. Sábado.
La Maternidad regalo de Dios.
Dios es padre y madre.
Ha nacido el día quince el hijo de Isabel.
Voy a verla con todos a la clínica.
Nos reunimos en casa de Isabel.
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15.- "La armonía en el trabajo doméstico"
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Mi Diario a diez de junio de 2006. Sábado.
El trabajo doméstico y con los hijos no tiene sexo.
En esto no existe rol de hombre y rol de mujer.
En el trabajo, ocupaciones y necesidades del hogar no hay rol masculino y rol femenino.
Todo es compartido al 50% aunque no se deben "matar" las diferencias propias de la masculinidad o de la feminidad.
Los hijos necesitan ambas que se complementan.
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Mi Diario a diez de junio de 2006. Sábado.
El trabajo doméstico y con los hijos no tiene sexo.
En esto no existe rol de hombre y rol de mujer.
En el trabajo, ocupaciones y necesidades del hogar no hay rol masculino y rol femenino.
Todo es compartido al 50% aunque no se deben "matar" las diferencias propias de la masculinidad o de la feminidad.
Los hijos necesitan ambas que se complementan.
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16.- "Sólo al gusto de Dios"
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ACEPTAR A LOS DEMAS COMO SON.
Mi Diario. Reunión del veinticuatro de junio de 2006. Sábado.
Yo no tengo derecho a cambiaros a mi gusto.
Aceptar a los demás en general como son.
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ACEPTAR A LOS DEMAS COMO SON.
Mi Diario. Reunión del veinticuatro de junio de 2006. Sábado.
Yo no tengo derecho a cambiaros a mi gusto.
Aceptar a los demás en general como son.
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17.- ""Ni príncipe ni azul"
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Mi Diario. Reunión del ocho de julio de 2006. Sábado.
Entrada:
Carta: De Catina.
“Ni príncipe ni azul”
Aceptar a los demás. Y a la pareja tal cual es.
Aunque estamos a menos de veinte kilómetros, Carlos, he preferido escribirte a esperar nuestra próxima entrevista como nos prometiste.
Ayer, anoche, echada en la cama, ya en camisón, empecé a soñar despierta en mi adorado Luis. Le veía, sí, le veía, tan guapo, tan elegante, tan atento, tan listo, tan bueno y de buenos sentimientos, tan enamorado de mí, tan... tan... tan... ¿podría existir otro hombre "tan" perfecto?
Todo lo bueno del mundo le eché encima y mi amor, mi enamoramiento le quitó hasta el último pelo del último defecto.
Él, solo él, gigante e inmenso, sin nada ni nadie alrededor, era "mi" príncipe. Mi príncipe azul. Soñándolo en mi ensoñamiento, feliz y serena, me quedé dormida.
Hoy, al despertar, he recordado lo que nos dijiste de Pablo: "El amor se alegra en la verdad". Y en verdad ni Luis es príncipe, ni yo soy princesa ni ninguno de los dos somos azules.
El es como es, con sus claro oscuros, su cualidades, muchas, y sus defectos, menos, sus cosas que me gustan y me entusiasman y sus cosas que "las paso" y que, a veces, a duras penas las paso. Y yo debo tener mis debilidades, mis limitaciones, mis caprichos, mis.... tanto para él como para los demás, y también, como no, virtudes, aptitudes positivas, y cualidades que hacen de mi persona una persona responsable y quizás servicial, agradable y abierta a los demás. Caigo bien, o como se dice ahora molo un montón.
Debo, con realismo, aún dentro de un profundo amor, aceptarlo tal cual es, no querer cambiarle ni hacerle a "mi gusto y medida" (te acuerdas nos dijiste "se casó con una chica muy joven para hacerla a su mano, para hacerla su guante") sino ayudarle, si él quiere, a mejorar como debo dejarme ayudar por él a mejorar.
Pero y ¿si nuestras dos realidades son tan irreconciliable e incompatible, que al aceptarnos tan como somos el uno al otro, sale un "nosotros" explosivo y sin posible conciliación para vivir en común?
Por favor, háblanos de ese tema para ver cómo podemos los dos compaginar en el amor, diferencias incompaginables.
Un beso fuerte,
Catina.
Reunión de Grupo.
Conclusión.
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Mi Diario. Reunión del ocho de julio de 2006. Sábado.
Entrada:
Carta: De Catina.
“Ni príncipe ni azul”
Aceptar a los demás. Y a la pareja tal cual es.
Aunque estamos a menos de veinte kilómetros, Carlos, he preferido escribirte a esperar nuestra próxima entrevista como nos prometiste.
Ayer, anoche, echada en la cama, ya en camisón, empecé a soñar despierta en mi adorado Luis. Le veía, sí, le veía, tan guapo, tan elegante, tan atento, tan listo, tan bueno y de buenos sentimientos, tan enamorado de mí, tan... tan... tan... ¿podría existir otro hombre "tan" perfecto?
Todo lo bueno del mundo le eché encima y mi amor, mi enamoramiento le quitó hasta el último pelo del último defecto.
Él, solo él, gigante e inmenso, sin nada ni nadie alrededor, era "mi" príncipe. Mi príncipe azul. Soñándolo en mi ensoñamiento, feliz y serena, me quedé dormida.
Hoy, al despertar, he recordado lo que nos dijiste de Pablo: "El amor se alegra en la verdad". Y en verdad ni Luis es príncipe, ni yo soy princesa ni ninguno de los dos somos azules.
El es como es, con sus claro oscuros, su cualidades, muchas, y sus defectos, menos, sus cosas que me gustan y me entusiasman y sus cosas que "las paso" y que, a veces, a duras penas las paso. Y yo debo tener mis debilidades, mis limitaciones, mis caprichos, mis.... tanto para él como para los demás, y también, como no, virtudes, aptitudes positivas, y cualidades que hacen de mi persona una persona responsable y quizás servicial, agradable y abierta a los demás. Caigo bien, o como se dice ahora molo un montón.
Debo, con realismo, aún dentro de un profundo amor, aceptarlo tal cual es, no querer cambiarle ni hacerle a "mi gusto y medida" (te acuerdas nos dijiste "se casó con una chica muy joven para hacerla a su mano, para hacerla su guante") sino ayudarle, si él quiere, a mejorar como debo dejarme ayudar por él a mejorar.
Pero y ¿si nuestras dos realidades son tan irreconciliable e incompatible, que al aceptarnos tan como somos el uno al otro, sale un "nosotros" explosivo y sin posible conciliación para vivir en común?
Por favor, háblanos de ese tema para ver cómo podemos los dos compaginar en el amor, diferencias incompaginables.
Un beso fuerte,
Catina.
Reunión de Grupo.
Conclusión.
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18.- "Te acepto y quiero como eres. Sé tú"
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Mi Diario. Reunión del veintidós de julio de 2006. Sábado.
La aceptación mutua en la pareja humana.
Mañana, y en El Madroñal, Don Matías bautizará al hijo de Isabel y Juan Carlos. Lo hacen en domingo para que puedan llegar los padres de Juan Carlos que vienen desde Cádiz, donde viven.
Pero hoy nos hemos reunido en El madroñal, y tras la Misa hemos charlado sobre cómo debemos aceptar a la pareja tal cual es, tal cual la conocimos, tal cual nos enamoramos de ella, tal cual ella misma se acepta.
Carta: A Catina.
Aceptar al otro tal cual es.
Después de tu carta me quedé un poco preocupado. En lo poco que os conozco creo que sois una pareja encantadora y "muy bien avenida", para lo que se lleva hoy por ahí.
Os veo compenetrados, conociéndoos el uno al otro bastante o muy bien, y con muchas posibilidades de éxito como pareja. Por tu carta parecéis el uno totalmente y diametralmente opuesto al otro.
Aceptar las limitaciones del otro, o aceptar al otro tal cual es, ni es imposible, ni es difícil. Sólo hay que conocerlo, conocerse y dejarse conocer. Y esto a veces es lo hacemos difícil pues de novios tendemos a dar la mejor impresión al otro "porque le amamos y no queremos ni disgustarlo ni que se preocupe".
Conocí una pareja que parecía muy "encajada". Dos meses después de la boda me lo encontré a él en una reunión. Le pregunté por ella. Carlos, me dijo, nos separamos al mes del viaje de novios. ¿Por qué, mi amigo? No la conocía. Me engañó completamente durante el año de novios.
Dominante, mandona, con un genio insoportable, todo le parecía mal, yo era el más inepto de todos los hombres, incluso para la cama, y su madre, su madre, su madre, a todas horas. Era lo único y lo mejor.
Todos somos claro-oscuros. Luz ensombrecida por nuestras sombras, por nuestras oscuridades, por nuestras limitaciones, por nuestras diferencias, por nuestros fallos, por nuestros egoísmos aceptados por nuestra pequeñez, por nuestras cobardías, por nuestras comodidades, por nuestros pecados y por nuestras maldades.
Pero esas sombras están iluminadas por nuestras virtudes, por nuestros valores, por nuestra capacidad de sacrificio, de comprensión, de entrega, de renuncia, de ternura, de aceptación, de acogida, de amor.
Quizás el primer paso para limar y aceptar las diferencias sea el diálogo tranquilo, poniendo por delante el cariño, el amor sincero y el deseo de aceptar al otro porque le amamos. DEBE saberlo. Te quiero y te acepto tal cual eres. Se que me quieres y acepta tal cual soy.
Puesta esta premisa, vamos con serenidad a dialogar, sin enfadarnos, por muy fuerte que sea lo que el uno dice del otro. Escribe a solas las cosas buenas de Luís. Y las menos buenas y las que no te gustan, aunque no sean malas. Que el haga lo mismo sobre ti.
Luego escribe lo mismo sobre ti misma. Y el sobre sí.
Con las cosas claritas, no pongas cosas porque sí. En una tarde tranquila, frente al mar o la montaña, cogidos un rato de la mano, empezar a dialogar.... parte y parte....
No hay que discutir nada, no hay que justificarse. Se trata simplemente de exponer.
No valen los "si pero yo......", "eso es por que ...", "yo no lo veo así...." Eso será otro día. Hay que aceptar que el otro nos vea distinto y claroscuro, y callar. Y no recomerse. Y no prolongar las listas como cuentos interminables. Otro día te contaré como sigue este embrollo para desliar esta madeja que puede parecerte más enrollada. El amor es aceptar la verdad y la verdad a veces duele.
No os separéis con rencor, ni con ira, ni con resquemor. ¡Ah! así me ves,¿verdad?. Que porqueriíta te parezco. Mezclar los claros con los obscuros para que el gris sea aceptable. Prometeos que aún doliéndoos lo que os decís, vais a superarlo.
Vuestra verdad, aún dolorosa es mejor que vivir en el engaño, en el disimulo o en la mentira.
Cuando esa noche vayas a dormir sueña de nuevo con tu príncipe azul. Ahora con la realidad de tantas cosas buenas como le encontraste. Pónselas todas, sin fijarte hoy en las sombras. Verás cómo se difuminan en la luz y se pierden en el amor.
Carlos.
Preguntas:
Reunión de Grupo:
Conclusión:
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Mi Diario. Reunión del veintidós de julio de 2006. Sábado.
La aceptación mutua en la pareja humana.
Mañana, y en El Madroñal, Don Matías bautizará al hijo de Isabel y Juan Carlos. Lo hacen en domingo para que puedan llegar los padres de Juan Carlos que vienen desde Cádiz, donde viven.
Pero hoy nos hemos reunido en El madroñal, y tras la Misa hemos charlado sobre cómo debemos aceptar a la pareja tal cual es, tal cual la conocimos, tal cual nos enamoramos de ella, tal cual ella misma se acepta.
Carta: A Catina.
Aceptar al otro tal cual es.
Después de tu carta me quedé un poco preocupado. En lo poco que os conozco creo que sois una pareja encantadora y "muy bien avenida", para lo que se lleva hoy por ahí.
Os veo compenetrados, conociéndoos el uno al otro bastante o muy bien, y con muchas posibilidades de éxito como pareja. Por tu carta parecéis el uno totalmente y diametralmente opuesto al otro.
Aceptar las limitaciones del otro, o aceptar al otro tal cual es, ni es imposible, ni es difícil. Sólo hay que conocerlo, conocerse y dejarse conocer. Y esto a veces es lo hacemos difícil pues de novios tendemos a dar la mejor impresión al otro "porque le amamos y no queremos ni disgustarlo ni que se preocupe".
Conocí una pareja que parecía muy "encajada". Dos meses después de la boda me lo encontré a él en una reunión. Le pregunté por ella. Carlos, me dijo, nos separamos al mes del viaje de novios. ¿Por qué, mi amigo? No la conocía. Me engañó completamente durante el año de novios.
Dominante, mandona, con un genio insoportable, todo le parecía mal, yo era el más inepto de todos los hombres, incluso para la cama, y su madre, su madre, su madre, a todas horas. Era lo único y lo mejor.
Todos somos claro-oscuros. Luz ensombrecida por nuestras sombras, por nuestras oscuridades, por nuestras limitaciones, por nuestras diferencias, por nuestros fallos, por nuestros egoísmos aceptados por nuestra pequeñez, por nuestras cobardías, por nuestras comodidades, por nuestros pecados y por nuestras maldades.
Pero esas sombras están iluminadas por nuestras virtudes, por nuestros valores, por nuestra capacidad de sacrificio, de comprensión, de entrega, de renuncia, de ternura, de aceptación, de acogida, de amor.
Quizás el primer paso para limar y aceptar las diferencias sea el diálogo tranquilo, poniendo por delante el cariño, el amor sincero y el deseo de aceptar al otro porque le amamos. DEBE saberlo. Te quiero y te acepto tal cual eres. Se que me quieres y acepta tal cual soy.
Puesta esta premisa, vamos con serenidad a dialogar, sin enfadarnos, por muy fuerte que sea lo que el uno dice del otro. Escribe a solas las cosas buenas de Luís. Y las menos buenas y las que no te gustan, aunque no sean malas. Que el haga lo mismo sobre ti.
Luego escribe lo mismo sobre ti misma. Y el sobre sí.
Con las cosas claritas, no pongas cosas porque sí. En una tarde tranquila, frente al mar o la montaña, cogidos un rato de la mano, empezar a dialogar.... parte y parte....
No hay que discutir nada, no hay que justificarse. Se trata simplemente de exponer.
No valen los "si pero yo......", "eso es por que ...", "yo no lo veo así...." Eso será otro día. Hay que aceptar que el otro nos vea distinto y claroscuro, y callar. Y no recomerse. Y no prolongar las listas como cuentos interminables. Otro día te contaré como sigue este embrollo para desliar esta madeja que puede parecerte más enrollada. El amor es aceptar la verdad y la verdad a veces duele.
No os separéis con rencor, ni con ira, ni con resquemor. ¡Ah! así me ves,¿verdad?. Que porqueriíta te parezco. Mezclar los claros con los obscuros para que el gris sea aceptable. Prometeos que aún doliéndoos lo que os decís, vais a superarlo.
Vuestra verdad, aún dolorosa es mejor que vivir en el engaño, en el disimulo o en la mentira.
Cuando esa noche vayas a dormir sueña de nuevo con tu príncipe azul. Ahora con la realidad de tantas cosas buenas como le encontraste. Pónselas todas, sin fijarte hoy en las sombras. Verás cómo se difuminan en la luz y se pierden en el amor.
Carlos.
Preguntas:
Reunión de Grupo:
Conclusión:
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19.- "Mi santo. Santa Ana y San Joaquín"
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Mi Diario a veintiséis de julio de 2006.Miércoles.
Reunión en casa con mi familia y amigos.
El niño ya tiene tres meses menos dos días.
Nos vamos de vacaciones a un sitio tranquilo.
Bautizo del hijo de Isabel y Juan Carlos en el madroñal el domingo día 23.
Ver entrada tema anterior.
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Mi Diario a veintiséis de julio de 2006.Miércoles.
Reunión en casa con mi familia y amigos.
El niño ya tiene tres meses menos dos días.
Nos vamos de vacaciones a un sitio tranquilo.
Bautizo del hijo de Isabel y Juan Carlos en el madroñal el domingo día 23.
Ver entrada tema anterior.
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lunes, 3 de diciembre de 2007
20.- "Espero que Dios me envie su ángel en Francisco Javier"
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Mi Diario a tres de agosto de 2006.-
Correo electrónico de Mónica a sus amigos del grupo.
Mis queridos amigos todos:
Mi muy querido Ana, María, Isabela, Magda y Clara.
Mi muy queridos amigos José Carlos, Tomás, Juan Carlos, Pedro y Jorge.
No hace ni diez días que nos vimos en casa de Ana y José Carlos para volver a ver a su hijito, qué niño más hermoso, bonito y bueno, cómo disfruté teniéndole un poquito en mis brazos, y despedirnos por las vacaciones de agosto. Francisco Javier y yo las cogeremos más adelante pues en agosto aún hay mucha faena en el campo, aún no hace ni diez días, digo, y ya os echo de menos como si fueran años.
Cómo bendecimos a Dios, Francisco Javier y yo, por haberos puesto en nuestro camino. Desde luego nunca pudimos pensar que una amistad pudiera ser tan grande ni en tan poco tiempo. Y mira que tenemos amigos entrañables del pueblo, de la parroquia y del Grupo de Confirmación.
Algún día os dejaré leer mi Diario de esa época y etapa maravillosa de la vida, de mi vida plena en el amor de Dios y a Jesús, cuando nos fuimos preparando para recibir la Confirmación y para hacernos adultos en la fe y fuertes en el Señor Jesús.
No tanto “soldados de Cristo” cómo se dice para subrayar la disponibilidad, obediencia y valor del cristiano confirmada, confirmado en la fe, sino de discípulos y seguidores de la persona de Cristo y amantes y vivificados por su mensaje vivido. Si hermosos fueron esos días, los días de preparación al Matrimonio y sobre todo a recibir el Sacramento del Matrimonio, Alianza eterna con nuestro Dios, aunque la pareja muera, la Alianza permanecerá para siempre, esos días fueron maravillosos y formidables, porque descubrimos hasta la saciedad ese Cristo autor del bendito Sacramento, que es maravilloso y formidable. ¡Cristo es maravilloso! ¡Cristo es formidable!
Y luego estos meses de bendición en que cada semana hemos ansiado que fuera sábado, para veros y reunirnos tras la Misa en el Madroñal, con Don Matías, ¡ah cómo quiero a Don Matías! ¡Qué hombre más humano es y qué sacerdote más divino es! , un sábado sí y otro no, tratar todos los temas sobre el amor, que ha sido una delicia compartir con ustedes. (Bueno, vosotros-ustedes, para los peninsulares)
Pero lo que os quiero compartir en esta carta que volará por los espacios cibernéticos hasta vuestros ordenadores y vuestros correos, es el profundo sentimiento de mi corazón, las profundas ansias de mi alma y de mi cuerpo de ser madre que me invadió cuando tuve en mis brazos al pequeño Ignacio, junior.
¡Cómo bendije a Dios dándole gracias por haber bendecido a mis amigos queridos por el “niño que se les ha dado”! Os puedo asegurar que no sentí envidia alguna. Eran tantas mis ganas de bendecir a Dios y darle gracias por el regalo a mi queridísima Ana y a mi entrañable José Carlos que mi alma y mi ser estaba sólo llena de agradecimiento. Recordé el día en que tuve en mis brazos por primera vez a tu hijo, María, al tuyo hace tan poco, Isabel, o al primero de todos que fue tu hijita, mi querida Magdalena.
No os puedo negar porque os ocultaría algo de mis deseos que quiero compartir con vosotros que le pedía a Dios Padre, que me enviara el ángel de la fecundidad por medio de mi adorado Francisco Javier y de su amor fecundo y unitivo, para quedarme encinta, como se dice en el Evangelio que quedó María.
Y lo quiero compartir con todos vosotros porque deseo que cuando habléis con Dios Padre le digáis que se acuerde un poco de Francisco Javier y de Mónica que quieren en su “carne” compartir su Paternidad. Qué diga su palabra, aunque esta sea con minúscula, para que el verbo se haga carne en el vientre de Mónica, su hija, y habite entre nosotros, por la donación del amor de Francisco Javier, en su entrega corporal y en nuestra comunión carnal.
Os quiero muchísimo. Os echo e menos muchísimo. Estamos de trabajo hasta las pestañas, pero la cosecha ha sido hermosa y “como los lirios del campo” Dios la ha cuidado y hecho fecunda y productiva. Estamos muy contentos. Los dos graneros están llenos y la huerta está verde y preciosa con el agua del pozo y el riego. Cada fin de semana, los domingos abrimos nuestro puesto en San Mateo, en El Mercadillo, y nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente. Loado sea el Señor Jesús.
Un beso fuerte para todos, Mónica.
Ya Mónica os cuenta de todo. Creo que expresó en alto mis pensamientos y deseos cuando expresaba sus deseos y pensamientos. Ser padres. ¡Qué maravilla! Pero si Dios nos hace esperar será porque esta escribiendo en nuestras vidas su Voluntad. Y “nuestra comida debe ser haber la voluntad de nuestro Padre”.
Espero que esté mes pase pronto para volveros a ver, pero que dure mucho para que vuestras vacaciones sean largas y placenteras. Un abrazo fuerte, Francisco Javier.
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Mi Diario a tres de agosto de 2006.-
Correo electrónico de Mónica a sus amigos del grupo.
Mis queridos amigos todos:
Mi muy querido Ana, María, Isabela, Magda y Clara.
Mi muy queridos amigos José Carlos, Tomás, Juan Carlos, Pedro y Jorge.
No hace ni diez días que nos vimos en casa de Ana y José Carlos para volver a ver a su hijito, qué niño más hermoso, bonito y bueno, cómo disfruté teniéndole un poquito en mis brazos, y despedirnos por las vacaciones de agosto. Francisco Javier y yo las cogeremos más adelante pues en agosto aún hay mucha faena en el campo, aún no hace ni diez días, digo, y ya os echo de menos como si fueran años.
Cómo bendecimos a Dios, Francisco Javier y yo, por haberos puesto en nuestro camino. Desde luego nunca pudimos pensar que una amistad pudiera ser tan grande ni en tan poco tiempo. Y mira que tenemos amigos entrañables del pueblo, de la parroquia y del Grupo de Confirmación.
Algún día os dejaré leer mi Diario de esa época y etapa maravillosa de la vida, de mi vida plena en el amor de Dios y a Jesús, cuando nos fuimos preparando para recibir la Confirmación y para hacernos adultos en la fe y fuertes en el Señor Jesús.
No tanto “soldados de Cristo” cómo se dice para subrayar la disponibilidad, obediencia y valor del cristiano confirmada, confirmado en la fe, sino de discípulos y seguidores de la persona de Cristo y amantes y vivificados por su mensaje vivido. Si hermosos fueron esos días, los días de preparación al Matrimonio y sobre todo a recibir el Sacramento del Matrimonio, Alianza eterna con nuestro Dios, aunque la pareja muera, la Alianza permanecerá para siempre, esos días fueron maravillosos y formidables, porque descubrimos hasta la saciedad ese Cristo autor del bendito Sacramento, que es maravilloso y formidable. ¡Cristo es maravilloso! ¡Cristo es formidable!
Y luego estos meses de bendición en que cada semana hemos ansiado que fuera sábado, para veros y reunirnos tras la Misa en el Madroñal, con Don Matías, ¡ah cómo quiero a Don Matías! ¡Qué hombre más humano es y qué sacerdote más divino es! , un sábado sí y otro no, tratar todos los temas sobre el amor, que ha sido una delicia compartir con ustedes. (Bueno, vosotros-ustedes, para los peninsulares)
Pero lo que os quiero compartir en esta carta que volará por los espacios cibernéticos hasta vuestros ordenadores y vuestros correos, es el profundo sentimiento de mi corazón, las profundas ansias de mi alma y de mi cuerpo de ser madre que me invadió cuando tuve en mis brazos al pequeño Ignacio, junior.
¡Cómo bendije a Dios dándole gracias por haber bendecido a mis amigos queridos por el “niño que se les ha dado”! Os puedo asegurar que no sentí envidia alguna. Eran tantas mis ganas de bendecir a Dios y darle gracias por el regalo a mi queridísima Ana y a mi entrañable José Carlos que mi alma y mi ser estaba sólo llena de agradecimiento. Recordé el día en que tuve en mis brazos por primera vez a tu hijo, María, al tuyo hace tan poco, Isabel, o al primero de todos que fue tu hijita, mi querida Magdalena.
No os puedo negar porque os ocultaría algo de mis deseos que quiero compartir con vosotros que le pedía a Dios Padre, que me enviara el ángel de la fecundidad por medio de mi adorado Francisco Javier y de su amor fecundo y unitivo, para quedarme encinta, como se dice en el Evangelio que quedó María.
Y lo quiero compartir con todos vosotros porque deseo que cuando habléis con Dios Padre le digáis que se acuerde un poco de Francisco Javier y de Mónica que quieren en su “carne” compartir su Paternidad. Qué diga su palabra, aunque esta sea con minúscula, para que el verbo se haga carne en el vientre de Mónica, su hija, y habite entre nosotros, por la donación del amor de Francisco Javier, en su entrega corporal y en nuestra comunión carnal.
Os quiero muchísimo. Os echo e menos muchísimo. Estamos de trabajo hasta las pestañas, pero la cosecha ha sido hermosa y “como los lirios del campo” Dios la ha cuidado y hecho fecunda y productiva. Estamos muy contentos. Los dos graneros están llenos y la huerta está verde y preciosa con el agua del pozo y el riego. Cada fin de semana, los domingos abrimos nuestro puesto en San Mateo, en El Mercadillo, y nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente. Loado sea el Señor Jesús.
Un beso fuerte para todos, Mónica.
Ya Mónica os cuenta de todo. Creo que expresó en alto mis pensamientos y deseos cuando expresaba sus deseos y pensamientos. Ser padres. ¡Qué maravilla! Pero si Dios nos hace esperar será porque esta escribiendo en nuestras vidas su Voluntad. Y “nuestra comida debe ser haber la voluntad de nuestro Padre”.
Espero que esté mes pase pronto para volveros a ver, pero que dure mucho para que vuestras vacaciones sean largas y placenteras. Un abrazo fuerte, Francisco Javier.
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