jueves, 24 de enero de 2008

07.- "¿Porqué me enamoré de tí?"

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III.- ENAMORARNOS.

FIN DE SEMANA EN LAS DOMINICAS.
Retiro sobre el Amor.
Se entra el 14 de abril de 2006 por la noche.
Retiro el día 15 de abril de 2006.sábado.
Retiro el día 16 de abril de 2006. Domingo.
Salida por la tarde, tras la Misa.
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Mi Diario a catorce de abril de 2006. Viernes.

Voy a contarte sin pelos en la lengua, por qué me enamoré de José Carlos. Y para decirlo con verdad y pronto te diré que no lo sé. Tantas cosas y tantos detalles, esa manera de ser, de pensar, de sentir, de amar, de convivir, de vivir, de obrar, de ser hijo, nieto, amigo, novio, amante, en el verdadero sentido de amante, del que ama y ama de verdad en la verdad del amor, amigo, compañero, estudiante, trabajador, ayudador en casa, servicial con todos, delicado con el prójimo, sensible al sufrimiento, a la pobreza y a los pobres, a los emigrantes, a los niños, a los ancianos, a los desvalidos, creo José Carlos que nunca terminará de nombrar y nombrar cualidades tuyas que he ido viendo y absorbiendo desde que te conocí y con más intensidad desde que nos hicimos novios y desde que nos casamos.
Dicen que la convivencia es difícil en el matrimonio porque cada uno somos hijos de nuestro padre y nuestra madre, tenemos nuestras costumbres y hasta nuestras manías, estamos atávicamente aferrados a nuestra forma de pensar y de comportarnos y no queremos ni movernos ni ser desalojados de nuestra manera de ser.
Tengo que decirte, mi querido Diario, que para mí José Carlos ha sido el novio perfecto y es hoy el marido ideal. ¿Qué es porque estoy enamorada, enamoradísima de él y tan cegada que no veo lo que no quiero ver?
He hecho muchas veces el esfuerzo de salir de mi misma y de intentar verle desde fuera. Y es tan igual al de dentro que son la misma cosa. Pero así e ven mis padres, los suyos, nuestro amigos, sus compañeros de trabajo, sus jefes, sus inferiores todos en la escala de la oficina, desde la limpiadora al botones, que me lo alaban cuando no tienen por qué, y en el día a día, en la convivencia tanto serena como íntima y apasionada, su delicadeza, su finura, su tacto, su amor y cariño, es tan sencillo , natural y entrañable, sin afectación alguna, nacido de su más que noble corazón, que me quedo maravillada y anonadada de por qué el Señor me regalo inconmensurable regalo. Aún cuando discrepa de lo que se le dice, aún cuando alguien ataca virulentamente sus criterios y principios, aún cuando se e oponen con maldad a la bondad de sus actos, permanece inalterable, ecuánime, sereno, dueño de sí mismo y responde con convicción pero sin acritud y con un profundo respeto a las diferencias y discrepancias, sin ridiculizar al otro aunque su postura sea ridícula, sin ofender ni menospreciar, sin romper la paz y la concordia.
Nunca jamás me ha llevado la contraria ni ha intentado imponer su voluntad sobre la mía. Con cariño me ha dicho, Ana, yo no pienso así, pienso… pero claro, puedo estar equivocado. Pensaré mucho en lo que me has dicho. Con todo te ruego que tengas paciencia y respete mi forma de pensar u obrar, que estoy dispuesto a cambiar o a suspender mientras te hieran o disgusten.
José Carlos es un primor. Es una rara avis, es un mirlo blanco. Yo no sé, pero mi corazón sí sabe muy bien, porqué, José Carlos, me enamoré de ti.
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